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Botswana sigue insistiendo en que no dará más licencias de caza

Según ha informado la agencia de noticias Xinhua, el presidente de Botswana, Ian Khama, afirmó el pasado 28 de octubre que el gobierno del país no expedirá licencias para la caza de animales salvajes en 2012, como medida para proteger la fauna y reafirmar la industria turística.

 

Khama hizo público este anuncio mientras se encontraba en el complejo turístico de Maun, en la parte noroeste del país, declarando que la expedición de licencias de caza ha impulsado el furtivismo y ha obstaculizado que el turismo haya contribuido de manera más significativa al producto interno bruto del país (el turismo es un sector cada vez más importante en Botswana, que representan casi el 12% del PIB).

En Botswana hay dos grandes áreas de caza: el delta del Okavango y la región central del Kalahari (Central Kalahari Game Reserve). El delta del Okavango es el mayor delta interior del mundo, hogar de una población muy diversa de especies animales, entre las que se encuentran miles de elefantes, un considerable número de manadas de búfalo del Cabo, cocodrilos, hipopótamos, leones y leopardos, siendo también el hogar de una increíble variedad de aves. Por su parte, la Reserva del Kalahari Central ofrece, igualmente, una gran variedad faunística y algunas de las selvas más remotas e inexploradas del sur de África.

«Nuestro proyecto de control de la vida silvestre a través de la expedición de licencias de caza ha llegado a su límite», dijo Khama, agregando que el número de animales silvestres, que atraen a turistas de todo el mundo, ha ido a la baja.

Por su parte, Debbie Peake, vicepresidente de la Asociación Botswana Wildlife Management, ha comentado al respecto que, en contra de la opinión del sector dedicado a la caza y de los distintos estamentos que gestionan la vida salvaje, el Gobierno del país ha decido suprimir la caza en las grandes concesiones cinegéticas del norte, aunque existe una autorización hasta después de 2014 para su aprovechamiento.  

Los miembros de esta Asociación, aunque respetarán las decisiones gubernamentales, seguirán haciendo hincapié en las conclusiones de las investigaciones y trabajos científicos en materia de conservación y en la importancia de mantener la actividad cinegética para el equilibrio de las poblaciones. 

Peake comentó que «lo que queda por discutir con el Gobierno es lo que tienen pensado hacer con la gestión del elefante y de los predadores y cómo van a hacer frente al incremento de los conflictos que se crearán entre estas especies y los asentamientos humanos de las zonas rurales, pues los elefantes, por ejemplo, continúan expandiéndose por las tierras cultivables en busca de alimento». También señaló que, además, «si estas comunidades rurales siguen soportando la peor parte en este conflicto con los elefantes y los predadores, no será de extrañar que se haga un uso ilegal de estos recursos si sólo obtienen perjuicios por cohabitar con estas especies», recordando que tampoco hay que olvidar que el cese de la actividad cinegética en las áreas más remotas favorecerá el furtivismo, pues éstas no podrán ser tan transitadas por los operadores de safaris fotográficos como lo son en la actualidad por las partidas de caza, y por supuesto, en estas áreas habrá una pérdida significativa de empleo en la población rural que ya no podrá trabajar como guías, porteadores, pisteros, desolladores, personal de campo, conductores, mantenimiento de los campamentos de caza, etcétera».

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