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Rumanía restringe a mínimos la caza de osos, lobos, linces y gatos salvajes

Rumanía anunció por sorpresa el pasado martes que limitará significativamente la caza de trofeos de osos pardos, lobos, linces y gatos salvajes.

350 - Oso pardoLa medida podría cambiar una tendencia que comenzó a observarse en Rumanía cuando el país entró a formar parte de la Unión Europea (2007): cada año crecía el número de cazadores que llegaban al país para abatir grandes carnívoros, informa The Guardian, que asegura que en 2016 los permisos de caza permitieron que 550 osos, 600 lobos y 500 grandes gatos salvajes fueran abatidos, debido a que durante la pasada década prosperó en Rumanía una floreciente industria relacionada con la caza en los montes Cárpatos, hasta convertirse en una actividad de varios millones de euros, con cazadores de todo el mundo que pagan hasta 10.000 € por un trofeo de oso de los Cárpatos.

Según The Guardian, el Gobierno rumano ha afirmado que la industria cinegética se estaba basando en una laguna en la legislación europea que permite la eliminación de los animales salvajes que han sido demostrado ser un peligro para los seres humanos, daños que se han utilizado para cazar en exceso a estas especies.

Ahora, cada año, las distintas asociaciones de caza que existen en Rumanía podrán presentar al Ejecutivo los datos de población que existe de cada especie de gran carnívoro y el número de ejemplares que son susceptibles de atacar a las personas y causar daños en las propiedades privadas. La última cifra serviría al Gobierno para establecer unas cuotas de caza que anualmente se repartirían entre las asociaciones y empresas de caza para que las puedan vender a los cazadores interesados.

Las organizaciones ecologistas han criticado esta metodología, aduciendo que se presta a una sobrevaloración de las poblaciones de grandes carnívoros presentes en Rumanía. Las últimas estimaciones oficiales hablaban de seis mil osos y cuatro mil lobos. «Si las asociaciones de cazadores se ocupan de monitorear y contabilizar a estas especies, cada una dentro de un pequeño territorio, se presta a que éstas cuenten una y otra vez a los mismos ejemplares, dando lugar a falsas estadísticas», aseguran, según publica The Guardian.

El diario británico prevé que la prohibición enfrente a los habitantes de las zonas rurales con los de las ciudades, donde en los últimos meses ha proliferado un fuerte movimiento de rechazo hacia la caza. Los aldeanos, por su parte, argumentan que los grandes carnívoros amenazan a diario sus medios de vida y cazarlos supone la única solución.

Los ecologistas están convencidos de que el éxito o el fracaso de la prohibición dependerá de que el Gobierno sepa gestionar el miedo de granjeros y ganaderos, afirmando que el sistema no estaba funcionando y que la caza no reduce los conflictos entre carnívoros y seres humanos. También temen que la población rural, que sí ve en la caza la respuesta a los conflictos, empiece a tomar el problema en sus propias manos. «La prohibición es un gran paso, pero no queremos que la caza pase a ser sustituida por el furtivismo», comentan.

El Gobierno rumano ha anunciado que gestionará directamente a estas especies con la creación de una unidad policial especial para recabar datos sobre los daños que ocasionan estos grandes carnívoros y ocuparse directamente de los animales más peligrosos. También se están planteando recolocar algunos ejemplares en países extranjeros.

 

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