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Reflexiones de ADECANA sobre la obligatoriedad de los guardas

La Asociación de Cazadores Navarros (ADECANA) ha remitido la siguiente nota de prensa en la que expresa su indignación con la obligatoriedad de contratar un guarda de caza en los cotos navarros, afirmando que prueba de ello son las firmas de más de cien presidentes de sociedades locales de cazadores y muchos particulares que han enviado su adhesión a ADECANA en contra de esta medida. La nota de prensa es la siguiente:

 

 

EN PRIMER LUGAR, y contrariamente a lo que se afirma por algunos, indicar que no existe normativa europea que imponga tal obligación, por lo que tal medida se dispuso en la Ley de Caza y Pesca por mediación de los técnicos del Departamento que elaboraron su borrador, aprobado posteriormente por el Parlamento y, por lo tanto, a éste le corresponde el modificar algo que está mal hecho, ya que es antisocial, es inviable económicamente y va a ocasionar un desastre para la caza en Navarra si se lleva a efecto. ¿Si tan bueno va a ser para la caza en Navarra, por qué han tenido que aprobarse tres moratorias atrasando su aplicación? 

Como bien es sabido, ADECANA ha solicitado  formalmente ante la Junta de Portavoces de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento la modificación de la Ley de Caza, petición que ha sido aceptada de buen grado por la totalidad de los grupos parlamentarios, habiendo presentado incluso el PSN una propuesta por escrito, por lo que esperamos que lo antes posible la estudien a fondo e insten su votación.

 

EN SEGUNDO LUGAR, y centrándonos en lo establecido en el reglamento que han gestado los mismos técnicos de caza, observamos que “crean” una nueva figura de un guarda de caza al que le dotan de una serie de funciones, de las cuales, menos el manejo de hábitats, el resto las hemos venido realizando los cazadores con la colaboración de los socios. ¿Es que los cazadores no sabemos realizar los conteos de las especies cinegéticas e informar de los datos de capturas, controlar los zorros, mantener los bebederos, cazar a rececho los animales que nos autorizan, controlar y prevenir los animales que causan daños, ¿o es que realmente no se fían de nosotros y pretenden ponernos un guardián encima para cada paso que damos?

Otra tema es que estas tareas, quien quiera y pueda económicamente, le pueda interesar el delegarlas en personal ajenas al acotado, pero esto es algo que tiene que ser totalmente voluntario, no obligatorio, siendo cada vez más difícil al haberse eliminado las ayudas para su contratación. Para vigilar los cotos ya tenemos al Seprona de la Guardia Civil, a la Patrulla Ecológica de la Policía Foral y a los 110 guardas de Medio Ambiente que, actualmente, están infrautilizados y que perfectamente pueden controlar, como han hecho siempre, las labores de autogestión de los acotados navarros.

El manejo de hábitats, al ser de carácter medioambiental, es competencia del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, pretendiendo con ello que se realice a costa del dinero de los cazadores unas funciones que le corresponden al Gobierno de Navarra, al cual, por ley, debe velar por la protección, conservación, mejora, ordenación y gestión de la fauna silvestre y sus hábitats. 

Actualmente, el mayor problema de la caza menor en Navarra deriva de la degradación medioambiental ocasionada por la agricultura moderna y, para luchar contra ello, está la modificación de la PAC a través de las ayudas agroambientales, cuya financiación es totalmente pública. Si esto es de ámbito competencial público, su vigilancia y control deben ser públicos. Con la implantación de los regadíos del canal de Navarra, el margen de gestión por parte de los cazadores en el manejo del hábitat es prácticamente nulo. ¿En los cotos donde hace muchos años hay más caza? Concluyente no, lo que demuestra que el problema de la caza menor en Navarra es de ámbito medioambiental.

 

EN TERCER LUGAR, vamos a comentar algo que, hasta ahora, parece que nadie se había dado cuenta, pero que es muy importante para la resolución de este grave problema.

El reglamento actualmente establece que “la vigilancia mínima que deberá establecerse será la equivalente a la de un guarda a dedicación plena por cada 15.000 hectareas en la zona sur de caza, y por cada 25.000 hectareas en la zona norte de caza”.

Si bien la totalidad de los grupos políticos en su momento estaban conformes con la propuesta de ADECANA de eliminar tal obligatoriedad, parece que se está valorando el aumentar el número de hectáreas para abaratar el costo que tendrían que abonar los cazadores, sin tener en cuenta otros aspectos que no les han explicado.

Si se aplica esta medida, en los cotos situados en la zona sur de caza, la vigilancia mínima será la equivalente a la de un guarda a dedicación plena por cada 15.000 hectáreas. Medido en horas anuales de actuación del guarda, será el resultado de multiplicar la superficie del terreno en hectáreas por 0,12 (120 horas al año por cada 1.000 hectáreas); o sea, 10 horas de guarda al mes cada 1.000 hectáreas)

En los cotos situados en la zona norte de caza, la vigilancia mínima será la equivalente a la de un guarda a dedicación plena por cada 25.000 hectáreas. Medido en horas anuales de actuación del guarda, será el resultado de multiplicar la superficie del terreno en hectáreas por 0,07 (70 horas al año por cada 1.000 hectáreas; es decir, 5,8 horas al mes cada 1.000 hectáreas).

Pero lo que los defensores de la obligatoriedad no les han explicado es que con estas horas mínimas de contratación no se cubren ni por asomo el gran número de actividades para las que Medio Ambiente impone la necesidad de contratar guarda.

Ello supone, en la práctica, que si el Parlamento no quita la obligatoriedad de la ley, vía reglamentaria, nos puedan imponer el guarda para lo que quieran.

Ejemplos para lo que nos exige a los cazadores la contratación de un guarda particular son la caza estival de conejos, colocación de lazos para zorros, eliminación de perros y gatos asilvestrados, permisos de rececho, caza en las reservas, etcétera.

Eso sí, cuando Enrique Castién, jefe de la Sección de Gestión Cinegética del Gobierno de Navarra, se autopropone una autorización para cazar él mismo y sus amigos en el espacio protegido de Bertiz, donde está prohibida la caza, allí no hace falta guarda que los vigile. Como dice el refran, “Lo que no quieras para ti, no quieras para nadie”.

Como conclusión de todo ello, ADECANA cree que lo que se pretende con esta obligatoriedad forma parte de una política de ir eliminando la autogestión de los cotos navarros, cediéndola  a unos cuerpos de guarderío formados por y para la administración, convirtiendo a éstos en los únicos interlocutores entre el Departamento de Medio Ambiente y los cazadores. A este respecto resultan muy significativas las declaraciones formuladas por la Asociación de Guardas de Navarra, al afirmar: “Somos gestores, asesores y administradores de los cotos”. 

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