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50.000 jabalíes cazados en un año en Cataluña

Las densidades de jabalí se han disparado en las dos últimas décadas en Cataluña hasta el punto de convertirse no solo en una especie muy abundante para la práctica cinegética –ha obligado a alargar la temporada hábil–, sino también en un auténtico quebradero de cabeza para las administraciones y los agricultores, publica elperiodico.com.

Durante la última temporada de caza 2015-2016 se capturaron con permiso nada menos que 50.000 ejemplares. Tres años antes habían sido 35.000. Sin embargo, todo ello no ha evitado que las poblaciones «sigan en aumento», admite Montserrat Barniol, directora general de Forests, del Departament d’Agricultura de la Generalitat.

El jabalí es de largo la especie de fauna salvaje que ocasiona más pérdidas. «Mientras los animales están en el medio natural no pasa nada: el problema es cuando entran en conflicto con los humanos», resume Àngel Miño, director del parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. «Los daños causados en la agricultura no son precisamente pequeños», recuerda Barniol. Los jabalís también están implicados en el 86% de los accidentes de tráfico que se producen en Catalunya debido a la presencia de animales en la calzada, muy por delante de ciervos y corzos.

Los jabalíes están implicados en el 86% de los accidentes que se producen debido a la presencia de animales en la calzada

Causas del incremento

Se estima que en Cataluña hay al menos unos 120.000 jabalíes, cinco veces más que hace 25 años, aunque las cifras son difíciles de precisar debido a los hábitos propios de la especie, los constantes nacimientos, la vida relativamente corta (máximo de 10-12 años) y los efectos de la caza y los atropellos. Según datos del Departament d’Agricultura, en áreas boscosas de las provincias de Girona y Barcelona, como en la Zona Volcánica de la Garrotxa, las Guilleries, el Montseny y el Montnegre-Corredor, se pueden encontrar densidades de más de 15 ejemplares por kilómetro cuadrado.

Las causas del incremento son variadas, pero influyen en gran medida el crecimiento de la superficie forestal, la disponibilidad de alimento en zonas periurbanas -muchos animales llegan a ser alimentados directamente- y su gran capacidad de adaptación a cualquier tipo de ambiente. Lo que sucede con los jabalís -añade el profesor Manel López-Béjar (UAB)- es que se reproducen más cuando tienen más alimento. Es la clave».

Un ejemplo muy claro es el caso de la sierra de Collserola, en las cercanías del núcleo urbano de Barcelona: el número de animales cazados ha pasado de 128 en el 2004 a 652 en el 2015. Las capturas autorizadas por superpoblación han pasado en el mismo periodo de 61 a 123. Y los animales muertos por atropello, de 18 a 48.

Publicado en elperiodico.com.

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