Internacional

Alberta vigila la expansión de un tipo de encefalopatía espongiforme en cérvidos

Las autoridades de la provincia de Alberta, en Canadá, están alerta ante la expansión de la enfermedad del desgaste crónico transmisible en cérvidos (chronic wasting disease o CWD, en inglés) desde la vecina provincia de Saskatchewan. Los expertos vaticinan que la enfermedad, que afecta a ciervos, elks y alces principalmente, podría llegar hasta las grandes ciudades de Calgary y Edmonton, en Alberta, en el plazo de una década.

Alberta controla regularmente el avance de la CWD debido a su conexión con otra enfermedad más conocida y que afecta al ganado doméstico, la encefalopatía espongiforme bovina, y al temor a que algún día pueda ser transmisible en humanos.

Según los últimos datos hechos públicos por el informe anual sobre Desarrollo de Recursos Sostenibles, el pasado año fueron analizados 3.194 animales en la región sureste de Alberta, de los cuales 33 dieron positivo por CWD.

Ante estos datos, los cazadores consideran que el Gobierno debería extender su programa de control de este mal a toda Alberta. En este sentido Conrad Fennema, presidente de la Asociación de Caza y Pesca de Alberta, ha señalado que «la mayor preocupación es la expansión de la enfermedad, y no creo que nadie sea capaz de saber si puede ser transferible a los humanos o no, como ocurre con la encefalopatía espongiforme bovina».

Y es que se ha pasado de registrarse 4 casos de ciervos afectados por CWS en 2005 primer año en que se detectó la afección, a 20 positivos en 2010 y los 33 ya comentados en 2011.

Volver al control cinegético
El informe anual sobre Desarrollo de Recursos Sostenibles asegura que desde que el Gobierno regional detuvo en 2008 el programa de abates selectivos donde fueron hallados ciervos aquejados de la enfermedad de desgaste crónico, ésta ha incrementado su prevalencia y distribución geográfica, incluyendo su rebrote en áreas donde medidas de control previas habían logrado reducir su incidencia.

Precisamente la expansión de la enfermedad es lo que más preocupa a los científicos. El biólogo de la Universidad de Alberta David Coltman, que ha estudiado la CWD en ciervos, asegura estás más preocupado por el crecimiento geográfico de la enfermedad que por el creciente número de ejemplares afectados.

«Si observas un mapa, uno se da cuenta de que la enfermedad se ha detectado ya en un enorme área geográfica», lo que supone, en palabras de Coltman, que «no existen barreras geográficas, y además sabemos que los ciervos no son caprichosos a la hora de la dirección que parecen tomar». El problema, asegura este biólogo, es que en la situación actual ya no sería efectivo realizar un programa de abates selectivos de animales.

No obstante, el Gobierno de Alberta sigue confiando en los cazadores para abatir los ejemplares enfermos y recoger datos sobre la CWD. El presidente de los cazadores de Alberta cree que el Gobierno debería contar con los cazadores para abatir ciervos afectados en toda Alberta. «No hacer nada no es una opción», sentencia Fennema.

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