Caza Mayor

Claves para el desarrollo de grandes trofeos de ciervo

Venados

Se trata de una época en la que los grandes machos invierten todas sus energías en intentar cubrir al mayor número de hembras posible para perpetuar la especie. 

Todo ello desencadena importantes disputas, estrés y una pérdida de condición corporal tan grande que incluso puede llevar a la muerte a los ejemplares peor preparados.

La berrea recibe el nombre del característico bramido que emiten los ciervos para tratar de conservar un territorio o un harén de hembras, según la zona en la que nos encontremos.

Proceso de selección natural

El periodo de berrea varía, tanto en duración como en fechas, según la latitud, de modo que en el centro y sur peninsular comenzará antes, normalmente a finales de agosto, y será más breve que en el norte, en el que se retrasará hasta bien entrado septiembre. Todo ello también se va a ver modulado por otros aspectos como la temperatura, lluvia y disponibilidad de alimento entre otros, si bien será el fotoperiodo negativo (el descenso en la duración de horas de luz) un factor determinante para el comienzo de este periodo de celo.

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La berrea no deja de ser la expresión de un proceso de selección natural que ha ocurrido en la especie durante miles de años. Los ciervos han sido capaces de adaptar la época de cubrición al momento ideal para que, tras la gestación, los partos se produzcan en primavera, momento más propicio para garantizar la viabilidad de las nuevas crías nacidas.

El nacimiento de los cervatillos es también más temprano en el sur peninsular, de ahí el adelanto, porque la naturaleza prioriza la viabilidad de las nuevas crías que perpetuarán la especie. Esta estrategia va por delante del riesgo a morir por estrés, calor o agotamiento de los grandes machos que, una vez realizada la cópula, ya no serán tan importantes en términos de conservación.

Es bien sabido también que de la mano de la berrea comienza un esperado periodo cinegético para muchos amantes de la caza mayor, la caza en berrea del ciervo, una modalidad de rececho selectivo que pretende abatir grandes trofeos en intensos lances en los días de finales de verano.

Son muchas las ocasiones en las que hemos tratado de analizar las mejores condiciones para conseguir un gran lance y abatir el trofeo soñado. Sin embargo,  no siempre entendemos por qué en determinadas fincas, cotos o reservas de caza hay excelentes trofeos que rozan la medalla de oro casi siempre, mientras que en otros territorios apenas conseguimos animales que pocas veces alcanzan el bronce.

Hay que añadir también que descartaremos de antemano en este análisis las actuaciones ilícitas de presuntos piratas cinegéticos que, cegados por la obtención de rentas elevadas, contaminan la genética del venado ibérico con ejemplares traídos del centro y norte de Europa y, lo que es más grave aún, ponen en riesgo el equilibrio sanitario de las zonas en las que supuestamente llevan a cabo estas prácticas no autorizadas.

¿Qué factores influyen en la presencia de grandes trofeos?

A pesar de que podría tratarse de una respuesta sencilla, no es así. Son numerosos los factores que influyen en el desarrollo de la cuerna y basta con hacer una revisión rápida a la bibliografía para darse cuenta de la complejidad del asunto.

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Hay que destacar que muchos de los mejores grupos de investigación en este ámbito se encuentran en nuestro país, en concreto en universidades y centros de investigación principalmente de Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía.

Para comprender mejor la influencia e interrelación entre los diferentes aspectos a considerar los agruparemos en dos niveles: factores intrínsecos, aquellos directamente relacionados con el propio animal, y factores extrínsecos, aquellos que tienen que ver con el entorno en el que habitan. Apuntaremos los siguientes:

Factores intrínsecos

Uno de los aspectos más evidentes y consensuados en relación con el desarrollo de la cuerna es la edad del animal, de manera que, a medida que la edad avanza, los trofeos irán ganando en desarrollo hasta llegar a un punto en el que se considera que tanto grosor como número de puntas no irán a más o, incluso, irán empeorando al año siguiente. Esa edad de ‘máximo trofeo’ podríamos ubicarla en torno a los siete-ocho años y, por tanto, podríamos considerarla como aquella edad óptima para abatir a un animal, puramente desde un punto de vista cinegético.

También en este grupo tendríamos que incluir la genética, a su vez modelada durante miles de años por la selección natural y la adaptación evolutiva al entorno en el que los ciervos se encuentran. A pesar de que la genética se considera un factor intrínseco, tiene mucho que ver con el hábitat, el clima, la disponibilidad de alimento, la predación o la propia tradición cinegética del entorno.

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Existen territorios en los que podríamos considerar a sus animales como genéticamente ‘buenos’ en relación al trofeo, mientras que otros no lo serían tanto. Este aspecto se podría reflejar de una manera intuitiva con un ejemplo sencillo de entender. Podríamos definir esa calidad genética como el potencial que tiene un ejemplar de dar lugar a una cuerna excelente o no cuando las condiciones del entorno en el que se ubica son óptimas y no existen restricciones, de manera que un animal con una genética ‘mala’, a pesar de que lo lleváramos a un entorno de calidad, nunca sería capaz de dar lugar a un gran trofeo.

La gestión genética en un territorio es un asunto complejo y lento en la obtención de resultados. En este caso, el aprovechamiento cinegético selectivo es una herramienta esencial a la hora de ir logrando mejoras.

Factores extrínsecos

El ciclo de desarrollo de la cuerna de los cérvidos viene determinado por diferentes cambios endocrinos que se producen en los machos, en los que participan los niveles de hormonas como la testosterona o la prolactina, entre otras. No sería sencillo explicar en un artículo divulgativo el complejo entramado que regula este sistema; sin embargo, sí es necesario destacar que son numerosos los factores que pueden modular los niveles de estas hormonas y, por tanto, influir de forma positiva o negativa en el desarrollo de las cuernas. Entre los factores extrínsecos destacan los siguientes:

Fotoperiodo

Podemos definirlo en términos coloquiales como la alternancia entre los días y las noches y su duración a lo largo de las diferentes estaciones. Este factor va a ser el desencadenante de las diferentes etapas en el desarrollo de la cuerna, desde su inicio en primavera, hasta su completa evolución, descorreado y posterior caída. A media que los días son más largos, los niveles de testosterona y otras hormonas en los machos se van incrementando, lo que va regulando ese crecimiento, para luego volver a disminuir cuando el fotoperiodo es negativo, provocando al final el desprendimiento de la cuerna tras la época reproductiva. Este factor regula el ciclo de desarrollo, pero no es en realidad responsable de un mayor o menor tamaño de la cuerna, sino que van a ser otros los que estimulen o no ese crecimiento y den lugar a mayores trofeos.

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Condiciones climáticas, disponibilidad de alimento y calidad del alimento disponible

Son tres factores extrínsecos que analizaremos de forma conjunta puesto que en gran medida están relacionados. Así, cuando las condiciones ambientales en la primavera son óptimas, con temperaturas suaves y suficientes precipitaciones, se producirían importantes desarrollos vegetales que darán lugar a un alimento de calidad y en cantidad suficiente durante el periodo crítico para la formación de la cuerna, primavera y verano.

Una alimentación limitada va a dificultar la formación de cuernas grandes, puesto que para ello los animales requieren invertir importantes recursos nutricionales. Por otro lado, no sólo es importante la disponibilidad de alimento, sino también su calidad. No debemos olvidar que la cuerna es un apéndice óseo cuyo componente mayoritario son los minerales, entre los que destacan algunos como el magnesio o el sodio. En territorios que, por la composición edáfica o botánica, no disponen de estas sales en cantidad suficiente, requerirán de una suplementación específica para alcanzar la presencia de grandes trofeos. En todo caso, condiciones climáticas extremas, excesivo calor, ausencia de agua o una disponibilidad de alimento limitada, van a generar un importante estrés en los animales que afectará directamente a los ciclos hormonales antes descritos y comprometerá el desarrollo de las cuernas.

Estado sanitario

Un estado sanitario deficiente en poblaciones de venados en los que existan enfermedades endémicas o brotes esporádicos de diferentes enfermedades va a comprometer la presencia de trofeos importantes. Los animales enfermos van a tener más dificultades para alimentarse, estarán más estresados y, por tanto, su condición corporal será peor.

Densidad

Se trata de un factor clave, puesto que densidades elevadas van a suponer la presencia de una mayor competitividad por los recursos disponibles, alimento, territorio o puntos de agua, entre otros. Esto puede originar que los animales se encuentren más estresados o tengan que invertir más energías en desplazarse mayores distancias en busca de esos recursos. También incrementarán la probabilidad de aparición de enfermedades.

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Por otra parte, densidades altas de hembras darán mayores opciones de aparearse a machos de peor calidad o más jóvenes, puesto que los grandes venados no serán capaces de controlar todo el harén y, por tanto, estarán contribuyendo a una selección genética negativa.

Es fundamental conocer la capacidad de carga óptima de cada finca o coto y no dejarnos llevar por el único objetivo de tener más animales, ya que a la larga repercutirá de forma muy negativa en los resultados.

Selección natural por la presencia de predadores

Es bien conocido por todos la situación de la Reserva Regional de Caza Sierra de la Culebra en la provincia de Zamora, uno de los mejores espacios abiertos de la península Ibérica en lo que a calidad de trofeos de ciervo ibérico se refiere. A su vez es el territorio con mayor densidad de lobo de toda Europa. Diversos autores atribuyen la presencia de esos grandes venados a un proceso de selección natural que se ha ido produciendo a lo largo de cientos de años, derivado de la convivencia entre lobos y venados, en los que éstos últimos han ido siendo seleccionados hacia el desarrollo de mayores defensas frente al acoso de los lobos.

Aprovechamiento cinegético

Por último, la actividad cinegética juega un papel fundamental en la presencia o no de grandes trofeos en nuestras fincas y cotos. La caza selectiva, la presión ejercida y, desde nuestro punto de vista, sobre todo la época en la que se realiza el aprovechamiento cinegético en la berrea, son aspectos esenciales. De este modo, si durante la berrea ejercemos una elevada presión sobre los grandes machos y abatimos a los mejores en fechas tempranas, impediremos que éstos cubran a las hembras y, por tanto, contribuyan con su genética a las generaciones futuras, con lo que estaremos generando un importante deterioro a medio y largo plazo de los trofeos.

En conclusión

Son muchos los aspectos que determinan la calidad de la cuerna del ciervo ibérico y, por tanto, limitan la obtención de grandes trofeos en nuestros cotos o fincas.

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Algunos de estos factores son difícilmente controlables, pero muchos otros, algunas veces muy determinantes, sí están en nuestra mano y, por tanto, los buenos gestores los utilizan para obtener mejores resultados. En todo caso, hay que tener en cuenta que, como siempre, el trabajo bien hecho no se reflejará a corto plazo, sino que el progreso es discreto y los verdaderos resultados se obtienen pasados varios años.

Con los siguientes consejos se irá por el camino correcto:

Conoce tu finca o coto. Establece la capacidad de carga en función de los recursos disponibles; analiza la evolución de los pastos y masa forestal a lo largo del año; mantén, recupera o establece una adecuada red de puntos de agua…

Conoce la población de venados con la que cuentas. Revisa las fichas de capturas de los últimos años; analiza las puntuaciones de los trofeos abatidos; crea gráficas con la evolución de las puntuaciones medias de las últimas temporadas y observa su tendencia; relaciona las puntuaciones con las edades y la condición corporal; analiza los posibles brotes de enfermedades aparecidas en el entorno, tanto en la fauna silvestre como en ganaderos de la zona.

Establece puntos críticos en el ciclo biológico del venado. Considera las posibles olas de calor; la restricción de alimentos; la ausencia de agua en determinadas épocas; las sobredensidades; la predación oportunista y el propio aprovechamiento cinegético.

Establece un plan de gestión específico con un objetivo claro a obtener en un plazo razonable y marca unas etapas de ejecución que te ayuden a conseguirlo. En ese plan se debe incluir:

–Aspectos de gestión sobre los animales: control de densidades, caza selectiva de ejemplares defectuosos, gestión sanitaria y control veterinario, plan de aprovechamiento cinegético con cupos de capturas adecuados, modalidades selectivas o no y fechas de realización.

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–Aspectos de gestión sobre el medio: gestión forestal y de los recursos pastables del coto o finca, con desbroces, clareos o repoblaciones en cada caso, siembras específicas para la caza con cultivos adaptados al terreno que ofrezcan alimento en aquellas épocas en las que la zona sea limitante, gestión óptima de los puntos de agua y programa de suplementación con forrajes, bloques minerales o ambos, cuando sea necesario. CyS

 Por Carlos Díez Valle y Carlos Sánchez García-Abad – Equipo Técnico de Ciencia y Caza 

(www.cienciaycaza.org) 

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