Podríamos decir que la montería es, además de una pasión para muchos, siendo miles los monteros, gestores, perreros o guardas los que cada año participan en ella, una modalidad cinegética ancestral que se viene practicando, con diferentes matices, desde hace cientos de años en la península Ibérica.
En el caso de las grandes monterías, en fincas o cotos bien gestionados, organizadas por profesionales con muchos años de experiencia, el jabalí es un seguro que nunca falla y, allí donde es posible cazarlos, ciervos e incluso muflones o gamos, lo acompañan de manera exitosa, garantizando unas buenas juntas de carnes. Probablemente, en estas condiciones, el problema principal en el momento actual sea aún cubrir todos los puestos. La crisis está afectando también al sector y son muchos ya los que no pueden asumir su participación como hace unas temporadas, aunque ése sería tema para tratar en otra ocasión.
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