En la prensa

Los cazadores confían en que la nieve atraiga a la arcea

Fuente: lne.es

La llega de la nieve es motivo de satisfacción para los aficionados a la caza menor. La nieve empujará a las arceas hacia las zonas bajas de nuestros montes donde los cazadores ya podrán disfrutar de la «entrada» de este ave, aunque ya son varios los avezados aficionados que ya han podido capturar los primeras ejemplares desde la apertura de la veda. Este es el caso de José Manuel «El Fruti» y Ramón quienes el pasado fin de semana firmaron si primer «triplete» de arceas.

 

La temporada de caza menor se abrió el pasado mes de octubre y dura tres meses, hasta enero. Abarca treinta y ocho especies cinegéticas distintas, aunque la reina es la arcea además de la perdiz roja o los faisanes.

La reina entre los cazadores asturianos es la becada o para muchos la dama del monte. Esta especie es, posiblemente, el ave cinegética que más pone a prueba a los amantes del arte de la caza ya que requiere de mucha destreza. Los cazadores deben e estar en una buena forma física. Contar con un buen perro adiestrado y, lo más importante, rapidez y eficacia con la escopeta. Otro de los puntos esenciales es el instinto para adivinar dónde pueden estar o por dónde se van a «levantar». El instinto de rastreo no debe estar exento de constancia pues la arcea es un ave de mil argucias y muy diestra en el arte del escape. Estas argucias hacen que los aficionados de la caza menor ansíen con avidez la llegada del frío y la nieve que facilite la «entrada» de su presa preferida para adentrarse en los montes en busca de un ave que exige de su máxima destreza para poder llevarla a tierra de un certero disparo.

Al margen del arte del rastreo son muchos los cotos regionales que han comenzado a efectuar sueltas de arcea. Uno de ellos es el de Mieres que el pasado sábado hizo la primera de la temporada en varias de sus zonas, donde soltaron 150 ejemplares de becada.

Al margen de la caza menor, el pasado fin de semana fue bueno en los distintos cotos regionales donde la actividad, tras dos fines de semana marcados por la lluvia, volvió a la normalidad.

La cuadrilla de Paredes abatió dos jabalíes el pasado domingo. Peor fortuna tuvieron en el coto de Villayón donde tan sólo se salvó de la «quema» la cuadrilla de Lendelforno. Este fue el único equipo que regresó a los carros con caza. Fue en la zona de Arbón donde mataron un suido. La peor parte del fin de semana se lo llevaron los de Ponticiella y Arbón quienes firmaron sendos roscos en sus respectivas monterías.

En el coto de Mieres, la actividad no deparó problema alguno y se siguen marcando unos registros de piezas abatidas parecidos a los del pasado curso. Sólo una cuadrilla regresó de vacío.

Cabe reseñar al cazador Alejandro Menendez Suárez, de los Monteros de La Voz, quien se estrenó en el arte cinegético logrando su primer captura. Su jabalí abatido en Sierra Pulide tuvo un peso de 90 kilogramos.

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