En la prensa

¿Oso o jabalí?

Fuente: abc.es

En 1990 eran sólo unos setenta, pero actualmente son cerca de 200 los osos que campan por Castilla y León. En veinte años no han conseguido librarse del apellido de «en peligro de extinción», pero su supervivencia ha ido superando obstáculos, provocados, en mucho casos, por actividades antrópicas.

 

Su entorno es la vertiente cantábrica de la Comunidad, un hábitat en el que tienen como habituales vecinos a los jabalíes. Comparten con ellos alimentación y nichos y, en ocasiones, la confluencia de ambos puede llegar a provocar problemas, ya sea por lo víveres o por roces de convivencia. Ante una amplia población de jabalíes, la actividad cinegética es la mejor aliada del oso contra esta amenaza, pero puede ser al mismo tiempo el principal enemigo si uno de los disparos no apunta adecuadamente a la presa y acaba dando a estos ejemplares. Por ello, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que dirige Antonio Silván, ha editado un manual de buenas prácticas con las que empuñar un arma en las zonas en las que vive esta especie protegida.

El furtivismo, los lazos o los venenos son los riesgos a los que se enfrenta el oso actualmente. A ellos, se suman los disparos accidentales en cacerías de jabalí, de las que es el principal beneficiario. Y es que un fenómeno más habitual de lo que comúnmente se cree es la confusión de ambos animales. Tras la maleza «es difícil de distinguir», señala el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, que ha colaborado con la Junta en la elaboración del «Manual de caza en zonas oseras». De hecho, en el mismo se acuña el término «jabaloso» con el que pretenden llamar la atención sobre este espejismo que en el «fragor» de la práctica cinegética acaba conllevando una importante pérdida, al no identificarse bien la presa. Así, se recomienda «disparar sólo a pieza vista» en estos entornos y en «todos», ya que «desgraciadamente» también se registran casos en los que la bala ha dado a un ser humano.

El manual, del que se han editado 4.000 ejemplares, recoge las pautas a seguir para «compatibilizar la caza y la conservación del oso», además de otra serie de consejos como qué hacer si alguien se topa con uno de estos animales, cuando se recomienda no actuar con brusquedad y alejarse despacio sin bloquearle el paso, explicó Silván.

 

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