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Conejos, jabalíes y canguros: los retos más difíciles para los coches autónomos

Los fabricantes de coches autónomos están preparándose para poner su tecnología en masa en el mercado. A finales de año Tesla promete que sus coches estarán listos para cruzar de punta a punta Estados Unidos sin necesidad de un conductor humano ni para repostar.

Otros fabricantes ponen fechas entre 2019 y 2021 para sus propios sistemas, mientras que Cruise, propiedad de General Motors, pasea sus coches por las calles de San Francisco con una eficiencia asombrosa, y Waymo, una compañía hermana de Google, pone sus vehículos autónomos al alcance de los que alquilen un coche en las tiendas de AVIS en Phoenix, Arizona.

A pesar de que los algoritmos se han demostrado hábiles para evitar colisiones, ciclistas, personas cruzando por partes que no deben, un nuevo reto se acumula: animales salvajes.

No es que los humanos seamos especialmente buenos a la hora de evitar choques violentos con fauna salvaje. En España son más de 7.000 cada año, el 9% de los accidentes de coche, una cifra que sube hasta el 50% en algunas provincias del norte peninsular. Los accidentes más comunes son con jabalíes y ciervos. Suponen el 79% del total de las colisiones entre coches y animales salvajes. La cifra puede ser superior porque muchos accidentes leves no son reportados ante las autoridades y no llegan a los libros de estadísticas.

En Estados Unidos la cifra de animales heridos sube hasta un millón cada año debido a la mayor presencia de venado de grandes dimensiones en el norte del país, incluyendo renos y alces.

Los coches autónomos reducirán la incidencia de estos choques según los fabricantes. No solo son capaces de detectar animales cruzando a más distancia, los sistemas de LIDAR (identificación por láser de objetos) es capaz de identificar animales cerca de los límites de la carretera incluso de noche, cuando los accidentes pueden suponer un mayor riesgo.

Los sistemas no son perfectos todavía. Volvo ha iniciado pruebas locales en Australia y se ha dado cuenta de que sus sistemas no identificaban a los canguros como un obstáculo. La peculiar forma del animal, muy común en las zonas rurales del país, no era reconocido adecuadamente. Los ingenieros tendrán que cambiar los para ampliar los métodos de detección.

A día de hoy pueden detectar a muchos animales salvajes antes de que crucen incluso de noche, pero solo los más grandes

Estos marsupiales gigantes demuestran que no está todo solucionado en el campo de la conducción autónoma, y que ir del 99% de eficiencia al 99,9% será el tramo más complicado.

Los problemas persisten en la identificación actual de animales más pequeños como los mapaches, ardillas o conejos. Estos últimos forman una triste imagen en las carreteras de la península Ibérica durante los meses de verano donde combinan una actividad reproductiva aumentada con mayores movimientos debido a las temperaturas y la búsqueda de alimentos.

Los actuales sistemas semi-autónomos donde el vehículo puede circular solo bajo unas condiciones concretas, incluso mantener las distancias con otros coches, cambiar de carril o tomar curvas e intersecciones, no están listos para evitar todos los casos de colisiones.

Actualmente el protocolo es el frenado automático o la cesión del control del vehículo al conductor. Pero durante esas décimas de segundo en el mejor de los casos, la suerte del animal o de los ocupantes del coche puede haber sido decidida debido a la velocidad con la que ocurren estos accidentes.

Fuente: lavanguardia.com

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