En la prensa

Tenerife: un albergue canino se niega a recibir una donación de pienso por venir de cazadores

Cazadores comprometidos con el bienestar de los animales ofrecen pienso al albergue Valle Colino, y éste se niega.

Hay cosas que no se entienden en este mundo, el mundo de hoy en día está bastante mal en términos generales, por eso no se entiendo cuando unos cazadores, responsables de sus animales, que están en contra del maltrato animal, deciden donar dinero y sacos de pienso para los animales más desfavorecidos de la isla de Tenerife, y en el momento de llevarlo a un albergue, en este caso Valle Colino en La Laguna, Tenerife, algún responsable, bajo criterio propio, decide que ese pienso que tanto necesitan los perros abandonados no debe ser para ellos, no lo necesitan, negando la recogida por el simple hecho de ser cazadores. Opinen ustedes mismos.
El mismo Jorge Alonso, que fue quien gastó tiempo y dinero para recolectar todo este alimento para perros abandonados, nos explica su experiencia:
«Después de recibir tantos palos que nos dan a los cazadores, nos ponemos en pie de guerra y convocamos dos manifestaciones, una en Güimar con más de 1000 personas en la Plaza del Ayuntamiento, y otra en Santa Cruz donde más de 3000 personas recorren las calles de la ciudad, al finalizar la de Santa Cruz de Tenerife algunos de los representantes de los cazadores nos comunican que el próximo movimiento será hacer una caravana de vehículos para recorrer la isla.Antes de que le pusieran fecha, a este evento que a día de hoy todavía no la tiene, yo Jorge Alonso Báez se me ocurren, que ya que vamos a recorrer isla por qué no aprovecharemos para visitar en el camino y donar algo de pienso para ayudar a los perros más necesitados de la isla. El colectivo de cazadores se volcó y en apenas unas pocas horas tenía ya 50 sacos.
Mi primera opción fue Valle Colinos por la sencilla razón que soy de La Laguna y hace algunos años además adopte una perra en este recinto y como ya lo conocía pensé que seria el mejor sitio para donar todo el pienso.
A través de una voluntaria del centro que conozco desde hace años hago las gestiones para ver si quieren el pienso, por qué un cazador de Lanzarote me comentó que en su isla lo intentaron y no lo quisieron y así mismo pasó con Valle Colino, palabras textuales “De los cazadores no queremos nada” a lo que hay que añadir además algunos comentarios en las redes sociales, como que se lo demos a los perros que tenemos viviendo en los barranco.
Mi conclusión es que les sobra el dinero, lo mismo sería bueno informar al Ayuntamiento de La  Laguna para que le rebajen la subvención y le auditen las cuentas por qué rechazar algo así me parece de locos.Después de la negativa lo dejé pasar un poco y con motivo de una comida de hermandad en los Realejos que tuvo lugar el sábado día 8 de Julio, pensé que ya que el primer caso grabado de maltrato animal relacionado con la caza se produjo precisamente ahí, pues sería bueno darles el pienso a ellos, me pongo en contacto con un Concejal de los Realejos y me dice que la idea es muy buena y que adelante.
El mismo es el encargado de ofrecer el pienso al albergue de la zona y al principio todo genial, movilizó a todos  los cazadores y reúno 55 sacos de pienso, unos 1.100 kg en pocas horas, se hacen aportaciones económicas a mi cuenta personal desde Lanzarote, La Palma, Gran Canaria y algunas desde Tenerife por la distancia, los cazadores me venían a traer el dinero a mi casa, con el dinero compro el pienso, el mismo que doy a mis perros e incluso tengo que pedir un remolque prestado y furgón a otro amigo para poderlo desplazar hasta el albergue.
El sábado antes de la comida nos plantamos en la puerta del albergue de Los Realejos y cual sería nuestra sorpresa cuando nos dicen los voluntarios que trabajan en él que por orden de su presidenta no lo pueden recoger, nos quedamos los más de 20 cazadores presentes y el Concejal con cara de gilipollas.
Después de más de media hora negociando por teléfono con la secretaria accedieron a que lo dejáramos pero en la calle, que estaría mal visto por las demás protectoras que dedicándose a lo que de dedican recibieran pienso de los cazadores, pero que se lo dejáramos en la puerta, en la calle, que pareciera que algún buen samaritano lo dejo en la puerta, y que los voluntarios lo meterían para dentro, simplemente me negué y cuando me disponía a marcharme con el pienso accedieron a que lo metiéramos dentro y se los descargamos justo en la entrada pero de puertas adentro y nos fuimos.
Hoy todavía me estoy preguntando si hice bien o no, por los pobres perros se que si y no tienen culpa de estar donde están, pero por los dirigentes de ese y de otros muchos albergues tenía que haber hecho justo lo contrario».

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