Perros

El ciclo sexual de los perros de caza

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Por Ignacio R. García Gómez

Nuestros perros van a alcanzar su madurez sexual entre los seis y los doce meses, variación que depende de su velocidad de crecimiento, que a su vez deriva de la raza y del peso del individuo.

Así, en las razas de tamaño pequeño esta pubertad la alcanzarán apenas a los seis meses de edad, mientras que en las razas de mayor volumen y peso los ejemplares alcanzan más tarde su madurez sexual, a partir del primer año de vida.

El celo de las hembras
Una de las preguntas más repetidas a todo profesional veterinario es «¿cuántas veces tiene el celo, una perra?». La respuesta vuelve a estar en dependencia a la raza que tenga nuestro animal, pero podemos generalizar diciendo que son dos las veces que una perra tiene el celo a lo largo de un año, pudiendo variar el periodo entre celos de cinco meses a ocho o nueve meses.

Cuando explicamos el celo de nuestras perros de caza debemos incidir en las diferentes etapas en las que se divide el periodo sexual de una hembra domestica de la especie canina. Las etapas reciben el nombre de proestro, estro, diestros y anoestro. Intentaremos explicar claramente las distintas características de cada una de ellas. Asimismo, conviene aclarar que las características fundamentales del celo se basan en modificaciones de los tejidos del órgano reproductor y de las hormonas implicadas en su aparición y desenlace, principalmente la progesterona.

Etapas del celo
La primera de las fases del ciclo sexual de nuestra perra es la denominada como proestro. Esta primera fase se inicia con la aparición del sangrado vaginal. Esta metrorragia proviene, como su nombre indica, del útero y es derivada de la preparación de dicho órgano para la implantación del posible embrión en caso de fecundación.

Es en esta fase, que puede llegar a durar un amplio abanico de tiempo (entre tres y 21 días), cuando los machos se sienten atraídos por el olor hormonal de nuestra hembra, si bien por regla general nuestra mascota aún no es receptiva y suele mostrar rechazo a la monta con gestos de indiscutible hostilidad, que puede llegar a la agresividad, aunque normalmente realiza posturas de sentada para cerrar el acceso de los fogosos machos.

El estro es el verdadero celo de nuestro animal. Tras la fase anterior ahora nuestra hembra ya es receptiva y acepta encantada la presencia del macho, mostrando su tercio posterior para la monta. Como es lógico, esta fase del ciclo finaliza cuando el rechazo al macho es de nuevo evidente.

El estro se alarga en torno a los diez días, pero en base a la fisiología específica de nuestra mascota puede ser inferior e incluso alcanzar los veintiún días de duración. Como cabe suponer, es en este momento cuando la preñez se inicia con la fecundación del óvulo y su implantación en el útero.

La tercera fase del ciclo de nuestra hembras se denomina diestro y dura en torno a los dos meses. Durante este periodo el rechazo a machos se mantiene y en el supuesto caso de gestación se inician todos los signos propios del estado de preñez.

La última fase, denominada anestro, es la fase de reposo sexual en la que no existe ninguna actividad a este respecto. El anestro continuará hasta el inicio del nuevo ciclo, que como hemos indicado puede ser de otros dos a tres meses.

No hacer caso de prácticas tradicionales
Existen numerosas prácticas populares relacionadas con la actividad sexual de nuestra perra, sin duda todas ellas sin ninguna fundamentación científica. Por ello, desde esta página queremos dejar el siguiente consejo: No haga nada que alguien le recomiende, pregunte a su veterinario. Él y solo él le recomendará las mejores prácticas para favorecer, estimular o incluso anular la actividad sexual de su hembra. Con ello gana usted, su perro y, cómo no, todos los demás.

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