Escopeta negra

Guillermo… es más peligroso un tonto que un malvado

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Decía el maestro de maestros de ésta, hasta no hace mucho, dignísima profesión, Ryszard Kapuściński, que «Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante». La falta de escrúpulos de una caterva de personajillos, en aras de un minuto de gloria, hace tiempo que ha convertido a una parte muy importante del periodismo en un auténtico cenagal (recuerden el tratamiento que dieron a la información del 6-J).

Utilizar el recurso del ‘corta-pega’, el sacar la información de contexto, el desgajar frases de un todo para convertir verdades en mentiras, o viceversa, se ha convertido en una práctica habitual en estos ‘bufones del papel cuché’ que, además, para lograr lo que pretenden, utilizan trucos de ‘puta compungida’ (con perdón a quienes ejerzan la llamada profesión más antigua del mundo en cualquier caso más digna que ellos).

Un tal Guillermo Elejabeitia, de El Diario Vasco V., no ha dudado en hacer uso de todas y cada una de las citadas ‘artes’, para conseguir un minuto efímero (posiblemente menos, porque no se ha enterado ni el Tato), a costa de nuestro querido y malogrado Mario Miguelañez, su familia y su empresa. En un artículo publicado este fin de semana bajo el título La montaña caza al rey de las ‘chuches’, este… ‘señor’, sacando de contexto frases de una larga conversación con el que suscribe (y bajo solemne promesa de que no lo iba a hacer bajo ningún concepto –si no le hubiera colgado el teléfono en los primeros diez segundos–) se ha permitido verter todo tipo de necedades sobre una de las personas (en el concepto más humano de la palabra y así se lo recalqué varias veces) más humana, digna, ética, altruista, generosa (que no es lo mismo) que haya existido en este país en los últimos tiempos y, además, un buen amigo… ¡Indignante!

Podría calificar a este sujeto –tras, repito, la conversación de más de media hora que mantuve con él y sus promesas y afirmaciones– de cínico, mentiroso, falto de ética y unos cuantos calificativos más, pero no lo voy a hacer; una conversación de ese tiempo no me da derecho a juzgar a nadie… Eso sí, a raíz de lo que ha escrito, y eso escrito está y es una prueba irrefutable, sí puedo calificarlo de inculto o ignorante, entre otras cosas, porque, una publicación como El Diario Vasco, fundada nada menos que en 1934, no sé merece tener entre sus filas a alguien, que se llame periodista, que no sabe distinguir un carnero de una cabra montés y, además, no sea capaz de informarse antes de publicarlo… Como apreciación personal me da que no sabe distinguir, tampoco, al conejo de la Loren

Por cierto, tampoco ha acertado con el nombre de la hermana de Mario, que era mucho más fácil…

A. Mata

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