Desde el pulpitillo

Ecolobrones, Capítulo II

El problema de los ecolobrones es que prosperan como especie, y se van situando en muchos despachos de esas empresas paralelas a la Administración creadas para colocarlos, mediante oposiciones sin más opositores que ellos mismos. Algunos adquirieron un grado cultural más que adecuado para superar el nivel exigido por la Administración paralela (han acreditado saber sumar “llevando”), e incluso saben contar hasta diez en más de un idioma (en casos excepcionales, hasta en tres: castellano, andaluz y catalán por línea materna).

Es el caso de algunos especímenes de ecolobrón subdespeñaperrensis, que han colonizado una gran parte de Andalucía en los últimos treinta años, donde se desenvuelven con naturalidad entre el resto de ciudadanos. El problema es que mientras se mantuvieron dentro de la disciplina familiar, que marcaba el cabeza de familia, el desbarajuste provocado por su presencia allí donde acudían no se notaba demasiado, porque los vigilantes avisaban antes de que los descalabros pasaran a mayores. Pero llegó el momento en el que, como es lógico, algunos tuvieron que emanciparse, y nada mejor que buscarles un despacho dentro de la Administración, digamos matriz, para garantizarles un sueldo, secretaria, un coche y chófer.

Al fin y al cabo, dentro de la línea político-administrativa ya se había bajado el nivel lo suficiente como para que la presencia de mononeuronales de línea dinástica no se notara demasiado si se les incluía en programas de subsanación medioambiental, o de recuperación de especies amenazadas. De hecho, como proyecto experimental de gran calado, para comprobar la posible versatilidad de especímenes de ecolobrón subdespeñaperrensis  dentro de la Administración, ya se viene desarrollando en Andalucía  desde hace treinta años un programa destinado a la salvaguarda y protección del sueldo de un grupo de gente, cada vez mayor, que dedican sus jornadas lectivas a mirar cómo caga un lince contra un ladrillo, o como caga en tierra proveniente de los lagos de Covadonga, desparasitada y sometida a pruebas de carbono catorce para comprobar su autenticidad, por dos equipos de dieciocho personas con secretaria, chófer y coche oficial proveniente de la factoria de Santana Motor.

Los resultados de su estudio se publicaron recientemente en la revista de reconocido eco científico Juntandalucis Exciencie y llevaron a los observadores a afirmar que «Analizada la conducta de este felino de orejas pinceladas, piel moteada, rabo corto y mirada lánguida, al que llamamos lince, y que destaca entre el resto de los felinos de la creación por haber sido capaz de sobrevivir a los distintos programas de conservación de la especie a los que ha sido sometido durante más de treinta años. Quedando así demostrada su cabezonería y capacidad reproductiva allí donde no hemos conseguido molestarlo. Hemos observado con los distintos aparatos de gran visión, fotografías mediante célula fotoeléctrica aportados por nuestros patrocinadores, ciento cincuenta y seis cámaras subjetivas instaladas en distintas áreas de distribución, cuarenta observadores a jornada completa, de los cuales, más del cincuenta por ciento acreditan haberse sentado en los escalones de la Facultad de Veterinaria, siendo el responsable de proyecto, primo segundo del que pudo haber sido rector magnífico, de la Facultad de Ciencias de la Información de Campo de Criptana (que no llegó a construirse por culpa del PP). Habiendo sometido a los animales observados a dos años de estudio permanente en el que las vacaciones de los participantes en el proyecto se han pagado doble, más horas extraordinarias en número de treinta y tres por persona y día trabajado, debido a la dificultad para sustituir a los responsables del proyecto, a los que finalizado el mismo, se prejubila con un sueldo de tres mil doscientos euros mensuales, más dietas en concepto de jubilación anticipada. Hemos observado, decimos, que el mencionado felino, deposite o no sus deyecciones sobre suelo duro o blando: ¡no usa papel higiénico! Lo que después de sometido a consejo y estudio, nos lleva a la conclusión de la imperiosa necesidad de la creación de una factoría para la fabricación de un papel especial de fibra vegetal, con aromas de espliego, tomillo y humo de velas del Rocío el lunes por la mañana. Ya que a pesar de haber situado en las zonas de observación más de tres mil dispensadores de papel de distintas marcas y aromas, el lince no las usa, siendo una de las principales causas de muerte de la especie los atropellos en la carretera de Almonte, cuando cruzan – sin duda- para ir a la droguería». Firmado: el equipo observador.

Me atrevo a pensar que una vez los participantes en el estudio hayan sido galardonados con la medalla al mérito medioambiental con distintivo “arcoíris intenso”, y se les haya organizado una rueda de conferencias en países iberoamericanos -con cargo al dinero público andaluz-, más unas jornadas de recuperación tras el esfuerzo debidamente pagadas en el Caribe, con visita a Fidel Castro para informarle del éxito del proyecto, las vacantes las cubrirán, casi seguro, un porcentaje elevado de ecolobrones subdespeñaperrensis.

¡Y así nos va!. Desde Andalucía con amor, Carlos Enrique.

P.D.: ¡Gracias por vuestro ánimo!. Con lectores como vosotros es fácil encontrar la tecla que se busca.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.