Escopeta negra

¡Fuenteovejuna, señor!

antonio-mata-foto-portadaSolemos saltar, y soltar un improperio, cuando alguien nos pisa el callo del pie derecho… o del otro, que tanto monta cuando de joder, de doler, se trata. Y si el callo al que pisan es el del vecino… nos provoca cierta risa (contenida, para no llevarnos un guantazo) e, incluso, una ‘jaculatoria’ –«¡qué se joda!», suele ser lo habitual–. Por eso, viene muy a cuento el dicho popular que dice «La risa va por barrios», muy emparentado con el de las barbas del vecino, y que vienen como anillo al dedo a las distintas situaciones que, de forma habitual, día sí, día también, se suceden en el devenir de esto lo nuestro o, lo que es lo mismo, mientras no pisen nuestro callo, pues al del vecino que le vayan dando… Esta circunstancia, provoca, a la hora de la verdad, que seamos lo que tantas veces hemos dicho que somos: un cero a la izquierda a la hora de tomar decisiones, y hace que éstas, las decisiones, al menos las importantes, las que nos afectan directamente, las tomen otros por nosotros.

No tiene sentido volver a enumerar las numerosas situaciones ‘delicadas’ –por no poner otro palabro– por las que estamos atravesando. El hartazgo, supino, de mes a mes repicando, siempre con más de lo mismo, nos hace llegar a conclusiones tan… desesperantes, como para pensar que no nos escucha nadie. Ganas dan de tirar la toalla y ponerse a loar el bucólico canto de la perdiz en la siembra, o contar el tan resabido lance en el que ‘yo llegué, vi y maté’ –cosa que, por cierto, se ha convertido en costumbre–. Pero, al menos este mes, aún nos quedan ganas de seguir metiendo el dedo en el ojo para intentar, que no lograr, remover alguna conciencia despistada y que se ponga las pilas para seguir luchando por esto. ¡Cuan largo me lo fiáis…!, que hubiera dicho don Alonso

Lo de las rehalas, de ahí esta prolija introducción, nos llena de esperanza. No por lo que están pasando, que nadie se equivoque, sino por la actitud, y aptitud, que ha tomado su colectivo de pillar al toro por los cuernos y luchar todos unidos, ¡como Fuenteovejuna!

A principios del mes de marzo, en Cinegética 2014, convocaron y consiguieron reunir en torno a la Mesa de Trabajo de las Rehalas a un importante número de asociaciones de rehaleros, junto con algún representante de la Administración y federaciones y asociaciones del sector –RFEC, APROCA, ONC, entre otras–. Lo que en un principio muchos agoreros, con mala leche, vaticinaron que aquello iba a ser como el rosario de la aurora –que el que madrugó no lo vio–, tras la reunión nos enteramos, de muy buena tinta, que, por encima de todo y de todos, y de muchos intereses diversos, existía un espíritu de unión y de preponderancia de los intereses comunes sobre los particulares. Si existían asociaciones que, a priori –e insistimos en lo de las opiniones derrotistas de los sibilinos– siempre se habían significado por sus desencuentros, a la hora de plantear sus propuestas y de lograr un frente común frente ‘al enemigo’, y en pro de solucionar los problemas del colectivo, buscaron, cediendo en lo particular, el beneficio de lo general. Loable actuación, ejemplar para el todo el colectivo, y digna de imitación y de tener en cuenta.

No vamos a entrar en analizar los resultados y conclusiones de dicha Mesa, ni somos quienes para hacerlo. Pero de lo que sí estamos seguros, y de ahí nuestro interés por arrimar el hombro, es de que si son capaces, que lo son y lo serán, de mantenerse unidos luchando por defender a muerte sus rehalas, por lo pronto serán escuchados, que ya lo han sido, y si se hacen fuertes, tendrán todas las cartas en la mano para conseguir lo que se merecen y por lo que están luchando. Insistimos en arrimar el hombro y en hacer un llamamiento desde estas páginas para que, de una forma u otra, todo aquel que se sienta identificado con su lucha y determinación para lograr sus propósitos, todo cazador que se precie, en definitiva, eche una mano, aunque sólo sea para poder decir que somos lo que tantas veces decimos que somos, pero que nunca demostramos.

Más cerca en el tiempo, apenas unos días antes del cierre de esta edición, también hemos recibido otra noticia de las que nos encanta hacernos eco y dar toda la difusión posible. La Asociación Española de Rehalas (AER) ante la negativa del Ministerio de Empleo y Seguridad Social respecto de la conveniencia de dejar fuera del régimen de la Seguridad Social la actividad de la caza con rehala, y no atender a sus legítimas peticiones, ha decidido aconsejar a sus socios, y al colectivo de rehalas en general, ¡dejar de cazar la próxima temporada! ¡Olé, sus… narices! Además, lo hacen con tiempo para que nadie se llame andana ni se sienta perjudicado en sus intereses en el momento de realizar sus programas monteros. Si todo el colectivo rehalero actúa en consecuencia –y todo el colectivo cazador aprieta los riñones y empuja con fuerza– a lo mejor resulta que, de una vez por todas, sí influimos y sí somos parte a la hora de tomar decisiones y que nadie las tome por nosotros… ¡qué ya va siendo hora!

Por nuestra parte… las hermosas palabras de Lope: «¿Quién mató al Comendador? Fuenteovejuna, señor. Y, ¿quién es Fuenteovejuna? ¡Todos a una!».

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