El lobo ha vuelto a matar en Liébana y en esta ocasión le ha tocado a una explotación de Salarzón. Los ganaderos cansados de esta letanía y en conversaciones con Liebanízate han apuntado la necesidad de buscar una solución eficaz a este problema. Una solución que vaya más allá del debate perpetuo de defensa-ataque del lobo.
Y es que la coyuntura actual de crisis ha llevado a que ya no haya ayudas o indemnizaciones como si ocurría hace años. La situación se vuelve insostenible para muchas familias que ven diezmada su cabaña ganadera y a quienes les resulta muy difícil mantenerla abierta. Apuntan que la superpoblación existente de lobos en los montes lebaniegos es una consecuencia lógica de la sobreprotección que envuelve a este animal.
Las administraciones públicas responsables no están dando una solución a esta dinámica de crecimiento demográfico que se ve reflejado en que el lobo cada vez se acerca más a los núcleos urbanos para atacar a las ovejas. Y es que en su hábitat natural carece de alimento suficiente para sostener a toda la población.
En palabras de una de las partes afectadas “comprendo que para cualquiera que no lo haya vivido le parecerá una aberración lo que hablo, pero este animal mata por placer, entrando en las fincas y arrasando con cuantos animales le es posible, para después comerlos sólo a la mitad y marcharse hasta su próximo golpe”. Aunque señalan que se deben observar soluciones como batidas controladas por guardas que sirvan para regular su población, coinciden en que son las administraciones quienes deben responsabilizarse de dar una solución que para muchos ya llega demasiado tarde.
