Gestión

De berrea y de «pepas» ha llegado su momento

 

Gabinete de Peritación Veterinaria ALBÉITARES, S.L.U.
www.albeitares.es

Ha llegado su momento después del intenso verano, de sus calores y de sus días largos, que se acortan… Han bajado la temperatura y las primeras lluvias mas o menos intensas han hecho su aparición y, con ellas, la esperada berrea. Para muchos es el preámbulo de la ansiada temporada montera y, especialmente para los gestores, un momento de intenso trabajo, esfuerzo y de decisiones que, sin duda, darán sus frutos dentro de un tiempo que por largo se hace algo indeciso.

Nuestro venado o ciervo rojo ibérico (Cervus elaphus) es un rumiante poliginico, esto es, el macho se reproduce con cuantas hembras le sea posible, trasmitiendo su genoma a su harén y por tanto a su territorio. Las hembras son las encargadas de  criar la progenie y de ellas depende directamente la población de la siguiente generación.

¿Por qué la berrea es al inicio del otoño?. Su respuesta es derivada del aporte nutricional, que sin duda es el principal factor decisivo de todo mantenimiento y desarrollo poblacional. Tras el periodo de escasez del verano, llegan al inicio del otoño las hembras con mejor condición corporal, mayores y mejores reservas, saliendo al celo inducido por la estacionalidad y la propia acción del macho. El periodo de gestación es de aproximadamente en siete a ocho meses, suponiendo por tanto que las crías verán la luz al inicio de la próxima primavera. Esto supone de hecho un proceso selectivo, ya que las hembras de menor condición corporal saldrán mas tarde a celo y su cubrición se hará por machos de peor rango que aquellas de mejor condición que serán cubiertas al inicio de la berrea por machos predominantes y por tanto de mayor capacidad genética, asegurando de esta forma la selección inicial de los mejoras para con la próxima generación.

Tras el nacimiento de los cervatillos y un periodo variable de tres a cuatro meses de lactación, alcanza la hembra un nuevo ciclo reproductivo y por tanto en buenas condiciones ambientales y especialmente de aporte nutricional podemos alcanzar el ratio reproductivo de una cría al año. La variabilidad del aporte nutricional hace desequilibrar estos programas reproductivos retrasando tanto el destete como por consiguiente el celo en la hembra fracasando la capacidad reproductiva y alcanzando ratios  de un no optimo  0.5 crías año, generando un descenso poblacional en el territorio de nuestros venados.

De esta característica, se podría decidir que aquellas hembras delgadas y que alcanzan vacías en una berrea, se deberían descastar. Pues la respuesta es evidentemente NO, ya que esta hembra, denominada «machorra» es una hembra que va a recuperar de forma satisfactoria su condición corporal y en el momento  de la próxima berrea será una de las optimas para alcanzar un celo productivo satisfactorio alcanzando una gestación adecuada y dando con mayor porcentaje de robustez y conformación una próxima generación de venados en nuestro coto.

Entones que hembras descastar?. Sería la consiguiente pregunta, y dar una respuesta global y generalizada es difícil ya que carecemos de los básicos detalles que nos da cata territorio y cada coto. pero a modo de gestión en época de berrea para con nuestra «pepas» seria las de dar prioridad en el descaste a las hembras que llegados en este momento estén delgadas y con una cría de poco desarrollo, ya que sus esfuerzos han sido muchos, su celo va a estar muy silente y la futura cría va a arrastrar esta debilidad.

Sin duda hemos tocado un punto en el plan de gestión de la berrea en nuestros cotos, preguntas como ¿Cuantas reses descastar? ¿Cómo debemos planificar nuestra población ? o ¿Cómo podemos influir para aumentar el porcentaje de machos nacidos en nuestra explotación?. Son preguntas a responder en próximos escritos. de corazón que disfrutéis de la berrea.

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