Este equipo –compuesto por diez funcionarios con permiso de caza– ayudará, a partir de final de agosto, en las operaciones para paliar ataques del lobo en el área Alpes-Mediterráneo-Córcega.
Su labor consistirá en ayudar a los ganaderos que han sufrido repetidos ataques, participar con otros agentes de la Oficina Nacional de la Caza y de la Fauna Silvestre de Francia en operaciones para asustar e incluso abatir lobos y constatar los daños causados.
La ministra Ségolène Royal informó, así mismo, que va a solicitar a la Comisión Europea y a la Convención de Berna que los modos de gestión del lobo se adapten en función de su abundancia, como ocurre con los dos modelos que existen en España, al norte y al sur del río Duero.
La razón de estas decisiones está en la constatación de que los ataques del lobo en Francia se han duplicado en los últimos cinco años (en el periodo de julio de 2014 a julio de 2015 hubo 8.500 corderos muertos).
La población de lobos en el país se ha triplicado en diez años (pasó de 100 en 2004 a unos 300 en 2014), el número de departamentos donde se han registrado ataques se ha triplicado en cinco años (9 en 2010 frente a 27 en 2014).
La consecuencia de todo eso es que el presupuesto para la protección de los rebaños y para pagar las indemnizaciones por los ataques ha subido a más de 15 millones de euros este año.