Armas y munición

En el punto de mira Savage Axis II XP. Un comienzo inteligente

Foto de Apertura

La creación de un producto debe ir aparejada a un riguroso estudio de mercado, de las carencias y de la oferta. Las empresas invierten, precisamente, en estos términos, sabiendo que de ello depende el éxito o el fracaso de su marca. De nada nos servirá conseguir desarro-llos sobresalientes si luego no existen posibles usuarios o su número es tan despreciable que haga inviable su producción. La oferta y la demanda, las ventas, la ley del dinero. Y es aquí donde nace nuestro protagonista de hoy, un rifle que comenzó llamándose Edge (borde) y que ahora, renombrado, atiende al potente Axis (eje). De algún modo y a poco que se estudien estos dos nombres con los que se le ha llamado, encontramos una importante lucha interior. Se trata, precisamente, de fijar esa cuota de mercado imprescindible con la que empezamos estas líneas. No podemos olvidar que Savage nace allá por el 1894 de la mano de Arthur Savage. Nace como una firma con corazón norteamericano hasta en el logotipo, curiosamente en honor del jefe indio Lame Deer, para cuya tribu y en estrecha colaboración, Savage fabrica una remesa de su famoso modelo de palanca 99.

Pero volvamos a los nombres y a la importancia de su letra pequeña. La marca siempre se ha caracterizado por la manufactura de armas de calidad, teniendo, sobre todo, una premisa fundamental recogida en su lema, la precisión. Sí, ha leído bien, la marca atiende a la siguiente leyenda: «Savage, la definición de precisión». De ello se extrae que dar un paso hacia, digamos, la sencillez, debe ir aparejado a la nula pérdida de calidad, pues, de otro modo, perderíamos ese carácter que la ha hecho famosa a través del tiempo. Borde, eje, ¿sabe a que se refieren? Sencillamente, a ese capital humano básico sobre el cual el futuro de la caza se sustenta, esa parte de la población que comienza con ganas, pero sin posibles. Ahí lo tiene, ése es el mercado perseguido y que la marca trata de cubrir, ese el laberinto que debe sumar economía a un estricto mantenimiento de calidad que no rompa el carácter Savage. Este compromiso se llama Axis, estudiemos ahora en detalle cómo lo han conseguido.

Mi agradecimiento a las empresas Gamo y Armería Fuertes de Colloto. Sin su colaboración la realización de ese artículo hubiese sido imposible.

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El Axis es un rifle sencillo, práctico, no sobra nada. Se ha conformado como un comienzo sin carencias, pero también sin excesos de ningún tipo. Piense que el pack ofrecido con el Weaver Kaspa 3-9×40 sale en poco más de 800 euros, y con ello se pretende que el nuevo cazador no se sienta en inferioridad de condiciones.
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La culata del Savage Axis II XP es tremendamente sencilla. En un primer vistazo su particular estética contrasta con la sensación mostrada en el momento del encare. Efectivamente, el trabajo hecho desde el punto de vista de la ergonomía está muy conseguido.
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Lomo recto sin carrillera ni montecarlo. Guardamanos de sección ovalada con un ligero rebaje superior para mejorar la sujeción.
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La culata sintética se ha tratado tanto en el guardamanos como en el pistolet, moleteando la superficie para hacerla rugosa. Con ello se consigue un mejor asimiento durante el empuñamiento, incluso con lluvia.
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El cargador extraíble, fabricado en chapa estampada y con la tapa en el mismo tipo de plástico que la culata, permite el almacenamiento al tresbolillo de cuatro cartuchos, que sumados al de la recámara hacen un total de cinco posibles. Para ponerlo y quitarlo hay que actúan con bastante fuerza.
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Sobre monturas Weaver el pack incluye un visor también Weaver, el modelo Kaspa, un 3-9×40, una combinación absolutamente todoterreno perfecta para un modelo como este.
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En la parte derecha junto al puente trasero de la acción aparece el reten del cerrojo. Para conseguir soltarlo ha de maniobrase a la vez este y el disparador. Su tacto es muy áspero.
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La manija del cerrojo aparece esqueletizada para rebajar el peso del conjunto, práctica habitual en armas livianas.
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El cañón es bastante delgado y carece en este modelo de elementos de puntería. La boca viene trabajada en un avellanado que rebate las estrías, protegiéndolas en caso de golpes fortuitos. La longitud en .30-06 Springfield es de 22”, 55,88 cm.
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El Savage Axis II XP, junto a la Weaver Kaspa, es un rifle tremendamente ligero. Se nota la primera vez que tomamos contacto con él. El paso por la báscula obligado pone número a la sensación, sólo 3.243 kilogramos, toda una pluma.
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El cerrojo del Axis es un convencional de cuatro movimientos con dos tetones en cabeza. Tras ellos aparecen alargados otros dos giratorios que mejoran el guiado. Como nota a reseñar cuenta con un orificio de grandes dimensiones en previsión de una posible perforación del pistón para evacuar los gases lejos del tirador.
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La longitud total son 108 centímetros.
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El Accutrigger es el disparador que monta este rifle. Con él se consiguió dar un paso adelante tanto en la precisión como en la seguridad. Realmente se trata de dos disparadores en uno, el primero en forma de pestaña actúa como seguro. Sin casi peso obliga al tirador a accionarlo totalmente para acceder al segundo, si no lo hacemos el disparo no se produce. Esto permite que el peso de este último sea regulable entre 0.68 y 2.7 kilos sin que exista la posibilidad de disparos accidentales, con una salida muy nítida y sin arrastres.
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El seguro es deslizable hacia delante y hacia atrás. Es silencioso y fácil de accionar.
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Sobre la tapa del pistolet aparece grabado el logotipo de la marca, la cara del Jefe indio Lame Deer.
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Y llegó el momento de la verdad. Dianas a 50 metros, sacas sobre la mesa de tiro y cascos para proteger lo oídos. Alimento con las RWS Evo Green de 136 grains y, tras varios, disparos corrijo el punto de impacto para que haga diana en el papel. Dejo enfriar unos minutos y tomo como referencia la tangente horizontal de lo negro. A 9 aumentos el punto exacto es muy fácil de concretar. Disparo tres veces seguidas viendo ya a través del visor lo importante del grupo. Las salidas son nítidas, el retroceso suave, de .30-06 Sprgf. Al llegar a la diana descubro las bondades del equipo probado que dejan claro que es capaz de entregarnos una precisión al nivel de los más grandes. Entre centros la separación máxima de los tres impactos apenas llega a los 5 mm, conformando un trébol perfecto. Reconozco que fue una pena no haber podido contar con un campo de mayor longitud, la precisión mostrada por este conjunto se lo merecía, piense que esa separación trasladada a 100 metros es solo de 1 cm ¡casi nada para un equipo de 800 euros! Pueden dormir tranquilos, Savage ha dejado intacta su reputación.

 

 

Texto y fotos: Miguel Coya [michelcoya@ gmail.com / [email protected]]

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