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Madrid eliminará más de la mitad de las monteses del PN Guadarrama

Los rebecos en Picos de Europa y la cabra montés, en el Parque Nacional de Sierra Nevada  ya necesitaron en el pasado la intervención de ‘pistoleros’ para paliar los efectos de la sarna producidos por la sobrepoblación.

La sobrepoblación de cabra montés del Parque Nacional del Guadarrama, estimada en unos 4.000 ejemplares, están poniendo en peligro el ecosistema del parque, por lo que la Comunidad de Madrid deberá disminuir, a lo largo de diez años, esta cifra hasta los 1.500 ejemplares, a través de batidas y trampas.

El último de 2014 estimó que cerca de 4.000 cabras monteses habitan zonas como La Pedriza, la Bola del Mundo o la Cuerda Larga de Peñalara. El Gobierno regional ya expuso el año pasado la necesidad de intervenir para evitar problemas futuros para algunas especies de fauna y flora y para la propia viabilidad de la cabra montés, que es especie cinegética en Madrid desde el año 2008, según publica Abc.es.

Según los expertos, la población óptima debería rondar los 1.500 ejemplares para que ni este ni el resto de especies corrieran peligro. Para ello elaboró un plan de actuación a diez años, en diciembre del año pasado, en el que se autorizó su caza con armas de fuego una vez que se levantara la veda. Hasta ahora, las monteses se apresaban con jaulas-trampa y se abatían con arco, unos sistemas poco eficaces para los expertos.

El plan, que tendrá que ser coordinado a través de los propios órganos de gestión del parque –tanto con Castilla y León como con el propio Organismo Autónomo de Parques Nacionales–, aún no se ha puesto en marcha. Durante su elaboración se previó la muerte del 75% de los animales que sobran, mientras que el 25% restante se capturará vivo para ser trasladado a otras reservas nacionales. Fuentes de la consejería explicaron a ABC que las próximas semanas se celebrarán varias reuniones para tomar una decisión.

Aunque desconoce cómo serán finalmente las extracciones, en el plan estaba previsto que correrían a cargo de funcionarios o personal designado por el Parque Nacional. Una medida que dejaría fuera a la caza deportiva como método para reducir ese 75% de los ejemplares que sobran. Los criterios en principio son de conservación, nunca por el valor recreativo ni económico del trofeo.

Una decisión polémica tanto para las asociaciones ecologistas, preocupadas por cómo compaginar el disfrute de este Parque Nacional con el empleo de armas, como para los cazadores. Estos últimos no comprenden por qué no se puede hacer un aprovechamiento deportivo de esta superpoblación. Rodrigo Moreno de Borbón, presidente de la Feria Cinegética de Madrid, opina además que de confirmarse la exclusión de la caza deportiva como parte de la solución «se estaría perdiendo una importante oportunidad económica para los municipios de la zona y la propia Comunidad». El coste por abatir una cabra va desde los 300 euros –en el caso de una hembra– hasta los 3.000 de un macho adulto que suponga un trofeo, según Moreno de Borbón.

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