El 22 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica, y en 2016 el lema de esta celebración es ‘Incorporación de la diversidad biológica. Apoyar a la gente y a sus medios de subsistencia’.
Entre las historias sobre medios de vida sostenible podemos encontrar una centrada en la gestión de los osos polares en el ártico canadiense, cuando en la década de los años sesenta se empezó a poner en práctica un sistema de gestión de su población como reconocimiento a los derechos de los pueblos indígenas a vivir de la naturaleza y para asegurarse de que las poblaciones de oso blanco pudieran persistir en la zona. Este sistema asegura la continuidad de las prácticas de caza tradicionales de los pueblos inuit y cree del norte de Canadá, manteniendo al tiempo una población viable de osos.
En una región en la que las condiciones de vida son sumamente duras y donde las perspectivas económicas son escasas, la caza del oso polar es una fuente de alimentos nutritivos y una oportunidad para generar ingresos y sostener las prácticas culturales tradicionales. Como resultado de un responsable sistema de gestión del oso polar, se mantienen los derechos y las tradiciones culturales de los pueblos indígenas canadienses, y así las comunidades continúan cazando de forma sostenible a los osos blancos y los cazadores siguen enseñando sus prácticas tradiciones a las generaciones más jóvenes.