Un tema importante para los cazadores gracias al Safari Club Internacional (SCI) ha quedado fuera de la agenda de la 17º. Conferencia de las Partes de CITES (CoP17 ) este mes en Johannesburgo. En una victoria inicial para el SCI y, por primera vez en muchos años de debates, la clasificación de los osos polares no será discutida en esta reunión de CITES.
La lucha contra los grupos anticaza sobre la percepción pública de los criterios científicos sobre el oso polar ha sido una larga batalla. En la COP16 de Bangkok, hace tres años, los osos polares fueron convertidos en símbolo de las llamadas especies «en peligro». Los grupos anticaza, vestidos con trajes de pelo blanco, con chalecos salvavidas, pintaron un cuadro apocalíptico del último oso polar a la deriva sobre un témpano de hielo que se derrite. Empujado por el grupo animalista Humane Society of the United States (HSUS), entre otras, este país pidió cambiar la clasificación del oso polar del Apéndice II al Apéndice I de CITES.
Sin embargo, las Partes de CITES rechazaron rotundamente la propuesta de Estados Unidos. El SCI intervino activamente para explicar que los osos polares no cumplían con los criterios biológicos y comerciales para su inclusión en el Apéndice I de CITES. La conferencia anterior igualmente rechazó una propuesta de Estados Unidos similar, orquestada también por la HSUS y grupos afines, de incluir al oso polar en el Apéndice I. Ambos intentos fueron realizados puramente por razones políticas y carecían de cualquier sustentación científica.
El cambio climático plantea un reto a largo plazo para la conservación del oso polar. La pérdida de hielo marino del Ártico, territorio de caza para el mayor depredador terrestre, es una amenaza emergente. Aún así, la ciencia ha revelado que la población general del oso polar se mantiene en máximos históricos y ocupa la totalidad de su área de distribución histórica. Además, ningún estudio científico ha podido desmostrar que el comercio internacional de partes de osos polares está amenazando a la especie.
El Grupo de Especialistas del Oso Polar de la UICN, integrado por los mejores científicos sobre el Ártico del mundo, no ha cambiado el estatus del oso polar desde que la especie se clasificó por primera vez como «vulnerable» en 1982. Hoy en día, después de la última reevaluación de 2015, la UICN estima que hay 26.000 osos en 19 subpoblaciones reconocidas en todo su hábitat. De las subpoblaciones con datos suficientes para determinar su evolución, siete son estables o en aumento y tres están disminuyendo.
La inclusión en el Apéndice I del oso polar dificultaría gravemente la capacidad de las poblaciones indígenas para el comercio de partes de osos polares y la utilización sostenible de la especie como un recurso de vida silvestre. Los inuits y otros pueblos del Ártico dependen de la caza del oso para la subsistencia, utilizando la totalidad del cuerpo el oso. Los osos polares son una parte vital de la cultura y espiritualidad del Ártico, y se utilizan en la decoración de ropa, artesanía y herramientas.
La caza por parte de los no nativos es una fuente importante de ingresos para las comunidades aisladas del Ártico en Canadá, donde las poblaciones de osos están bien gestionadas, unos ingresos muy necesarios para estas comunidades remotas. Un riguroso sistema basado en criterios científicos de gestión y en la sabiduría tradicional y establece una cuota sostenible para cada una de las comunidades locales. Las cazadores no nativos también tienen que cazar con guías inuits en trineos tirados por perros, manteniendo esa tradición viva ártica. Y aunque la inclusión del oso polar en la ley estadounidense sobre Especies Amenazadas (ESA) en 2008 dio lugar a la prohibición de la importación de su trofeo en este país, lo que desalienta cazadores estadounidenses a viajar a Canadá, la caza sigue siendo una fuente importante de ingresos.
La caza proporciona beneficios para la conservación de las comunidades locales y las poblaciones de osos polares
Los continuos esfuerzos para perjudicar a las poblaciones indígenas que han compartido el Ártico con los osos polares durante miles de años, los extremistas anticaza han demostrado que no tienen ninguna consideración por sus medios de subsistencia y han hecho caso omiso de los informes científicos sobre osos polares y las repercusiones de su comercio.
Mientras tanto, la caza continúa siendo beneficiosa para la conservación de los medios tradicionales de vida de las comunidades del Ártico y las poblaciones de osos polares. Para la CoP17 de CITES de este año, la ciencia ha prevalecido sobre la política en el caso del oso polar y ha conservado la integridad de la CITES como partidaria del uso sostenible.
La CITES CoP17 comienza mañana, 24 de septiembre de 2016, y el Safari Club Internacional trabajará desde Sudáfrica en otros temas sobre el uso sostenible, como el de los leones africanos, los bisontes, cebras de montaña del Cabo, elefantes africanos, tures oriental y occidental, y la importación de los trofeos de caza .