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CITES pide el cierre de los mercados nacionales al comercio de marfil

elefante

La 17ª. reunión de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies (CoP17 CITES) ha acordado solicitar a los países donde es legal el comercio de marfil que cierren de forma urgente sus mercados nacionales, para evitar que con este intercambio se contribuya al furtivismo y al comercio ilegal.

La decisión de CITES no es vinculante, por lo que únicamente puede recomendar a los gobiernos de los países en los que existe un mercado interno legal, que prohíban «de inmediato» la compraventa de este producto, tanto en bruto (colmillos) como de objetos realizados con marfil de elefante.

More ivory statues. Photograph: Daniel Irungu/EPA
Copy: Daniel Irungu/EPA.

La Comisión II de CITES ha votado en contra de las propuestas presentadas por Namibia y Zimbabue (que poseen en torno al 22% de la población total de elefante africano) que se oponían al cierre de los mercados argumentando que el mandato de CITES se limita al comercio internacional de especies y no a los mercados nacionales, y defendían que la despenalización del comercio contribuiría a satisfacer de manera legal la demanda de marfil, además de aportar dividendos que se podrían invertir en la conservación de la especie.

También, con los votos de la Unión Europea, Estados Unidos y gran parte de los países africanos, CITES rechazó la solicitud de Namibia y Zimbabue para poder vender en el mercado internacional sus reservas de marfil confiscadas o precedentes de ejemplares fallecidos de muerte natural, propuesta que contó con el apoyo de la mayoría de países de África meridional y de países consumidores de marfil como Japón y China. A pesar de que el comercio internacional de marfil fue prohibido en el año 1989 por CITES, este organismo ha permitido en dos ocasiones la venta «excepcional» de reservas de marfil a Japón y China, en 1999 y en 2008.

Los partidarios de cerrar los mercados internos sostenían que gran parte del marfil que se vende dentro de un país acaba saliendo de sus fronteras mediante las redes de tráfico internacional, por lo que la cuestión incumbe a la CITES. Además, aseguraban que la regularización del comercio de marfil aumentaría la demanda y provocaría que las piezas obtenidas mediante el furtivismo se hicieran pasar por legales.

La resolución «recomienda» a los gobiernos de los países en los que existe un mercado interior legal de marfil que prohíban «de inmediato» la compraventa de este producto.

Así mismo, la Comisión II ha votado en contra de que las poblaciones de elefantes de Botsuana, Namibia, Sudáfrica y Zimbabue pasen al Apéndice I de CITES (lo que implicaría, entre otras cosas, que la exportación/importación de trofeos de caza de elefantes de Namibia, Sudáfrica y Zimbabue –y Botswana, si se permitiera de nuevo la caza– sería mucho más difícil, si no imposible, para los cazadores internacionales), por lo que continuarán en el Apéndice II.

Según ha informado WWF, además de hacer un llamamiento para cerrar comercios nacionales del marfil que están contribuyendo al comercio ilegal, las naciones reunidas en CITES apoyaron el proceso de los Planes de Acción Nacional, que identifica a los países donde hay puntos débiles que favorecen la cadena de comercio ilegal de marfil, y que es esencial en los esfuerzos para acabar con este comercio. CITES también dejó muy claro que Vietnam y Mozambique deben combatir el comercio ilegal de cuerno de rinoceronte en el periodo de un año o afrontar las sanciones correspondientes.

China, por otro lado, dio la sorpresa al anunciar su postura de cerrar el comercio de este material puesto que es uno de los mayores mercados de marfil ilegal. Según informa EFE, «China quería un mensaje muy claro – declaró Patrick Omondi, de la delegación de Cites en Kenya–. El hecho de que hayan reconocido que hay un problema con su mercado interior y que estén trabajando para cerrar ese mercado es una muy buena señal para la conservación del elefante africano».

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