El próximo domingo día 16 de octubre miles de cazadores gallegos volverán ha hacerse al monte en busca de las piezas de caza menuda que, por desgracia, cada vez son más escasas. Los datos aportados por los cazadores no invitan al optimismo.
Conejos, perdices, faisanes y liebres, cada vez más escasos en los montes gallegos, serán el objetivo de los cazadores en esta primera salida al monte gallego. La temporada de caza menor se presenta, una vez más, poco propicia, donde la escasez de piezas a buen seguro será el denominador común en Galicia.
Las poblaciones de caza menor no mejoran año tras año, básicamente porque nada cambia año tras año en el campo gallego… Y, si algo cambia, desgraciadamente es para peor.
La Mesa Galega por la Caza (MGC) sostiene que mientras no se ponga en marcha un proyecto de recuperación de la caza menor en Galicia, con la aplicación de diversas medidas como las presentadas por esta Mesa, «poco o nada se puede hacer».
Insiten desde la MGC que otro año es «más de lo mismo: abandono del rural, prelación, hábitat desfavorable, enfermedades, repoblaciones ineficaces y presión cinegética, marcan el oscuro presente de las poblaciones de caza menor en Galicia y, lo que es peor todavía, apuntan a un negro futuro si no se adoptan medidas urgentes».
La desilusión y el pesimismo hacen mella en el colectivo cinegético gallego que comprueban, año tras año, como todo el esfuerzo económico y material realizado en la gestión de sus cotos de caza, no da los frutos deseados.
A la espera de la llegada de las migratorias, el colectivo tendrá que conformarse con disfrutar al máximo de los trabajados lances que nos proporcione el buen trabajo de nuestros fieles compañeros de caza, los perros.
Ante la previsión de perchas escasas, desde la Mesa Gallega por la Caza invitan a los cazadores gallegos a gozar de los valores intrínsecos que lleva aparejada la actividad cinegética, como son la amistad, el compañerismo o la solidaridad, entre otros, haciendo un llamamiento al colectivo de cazadores gallegos para que ejerzan la caza con la máxima de las responsabilidades y con el mayor grado de seguridad que requiere esta actividad, tanto en el aspecto personal como pensando siempre en los demás usuarios del monte.
