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Se cierra el proyecto de reintroducción de bisonte europeo en Valencia

Fernando Morán –miembro del Grupo de Especialistas en Bisonte Europeo de la IUCN, director del Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España y miembro del Centro Mundial de Conservación del Bisonte Europeo– ha enviado una nota para comunicar que la Asociación de Conservación del Bisonte Europeo ha cerrado definitivamente el proyecto de reintroducción de la especie en Valencia.

Morán expone que la Asociación de Conservación del Bisonte Europeo, representada por él, «con mi ayuda, trabajo y dinero», envió en 2015 cuatro ejemplares en colaboración con el Ayuntamiento de Benagéver, «que se hizo cargo de la mitad de los costes del transporte», a la Reserva de Valdeserrillas (Benagéber), dejándolos a cargo de su director, Carlos Álamo.

Tras morir tres ejemplares «sin una explicación clara», la asociación se desvinculó del proyecto de reintroducción de bisonte europeo y, recomendó no enviar más animales hasta que se aclara el motivo de los fallecimientos, aunque en el mes de abril de 2016, la fundación holandesa True Nature «sin hacer caso de nadie», llevó doce bisontes más a la reserva, comenta Fernando Morán,

En octubre de 2016 la Fiscalía de Medio Ambiente de Valencia y el Seprona inician una investigación tras aparecer tres bisontes muertos por circunstancias desconocidas, citándose a Carlos Álamo por un presunto delito de maltrato animal, al considerar la investigación que murieron por abandono.

Tras ser denunciado por este hecho, Álamo, para quien la Fiscalía de Medio Ambiente solicitaba una pena de un año de prisión, admitió que dejó morir por inanición a los bisontes, al no tener medios para alimentarlos, y vio así reducida la pena a ocho meses de cárcel, prohibición de tenencia de animales y la posibilidad de trabajar en cualquier negocio relacionado con la fauna durante dos años.

El director del Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España afirma que el proyecto «haya sido desastroso, con doce bisontes muertos de dieciséis enviados. Los cuatro machos restantes, los más fuertes, que han sobrevivido, se han desplazado a Riaño y la Fundación True Nature es ahora responsable de ellos. Es su momento de enmendar lo pasado y demostrar que pueden desarrollar un buen proyecto de conservación de la especie, con buenas noticias. Realmente así lo deseo».

También lamenta que el traslado no se hiciera en octubre de 2016, cuando aún quedaban nueve ejemplares «y empezamos a hablar de sacarlos de ahí, pero tanto la justicia, en un caso complejo y difícil de creer como éste, como las autoridades o la propia Fundación True Nature precisaron de tiempo para reaccionar. Un tiempo que los bisontes no tenían».

Morán espera que estos hechos sirvan de ejemplo de cómo no se han de hacer las cosas para todos aquellos que quieran ayudar a esta especie en peligro de extinción. «No sólo es la voluntad en conservación, hacen falta los medios y, si no se tienen, los animales lo pagan. A veces la ayuda se convierte en quebranto y este proyecto ha sido un quebranto importante para la especie, con los noticiarios de España y todo el mundo llenos de fotos de bisontes decapitados. Los bisontes necesitan comida, agua y espacio. Nada más, y nada menos. Si algo de eso falla, sobre todo la comida y el agua, se mueren. Si tienen comida, agua y espacio, viven, se reproducen y prosperan. No es tan difícil».

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