Caza Menor

Cazar en verano: precauciones y aspectos a tener en cuenta

La preparación física del cazador es el conjunto organizado y jerarquizado de los procedimientos de entrenamientos. Estos programas de adiestramiento que deberá llevar a cabo cada cazador, independientemente de su modalidad (mayor o menor), se llevarán a cabo en periodos diferentes (Gamonales & León, 2015).

Por tanto, los ejercicios requerirán de la aplicación de los principios físico-deportivos, principales y reglas, las cuales determinan la especificidad de los objetivos, por edades y etapas del desarrollo deportivo (Alfonzo, 2008). Para ello, es determinante la selección y el uso efectivo de los medios, métodos y procedimientos de entrenamientos que garantizan la obtención de la forma física. Para llevar a cabo el entrenamiento con efectividad, es preciso hacerlo a través de una planificación adecuada (Gamonales & León, 2015). En el gráfico 1 (abajo) se muestran las distintas fases que comprenderá la preparación física del cazador.

Los beneficios de una correcta preparación física son amplios y diversos. Es decir, contribuirá a desarrollar en el cazador los niveles de condición física óptimos (fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad) a través de la práctica de una actividad física-deportiva moderada, la cual no implicará directamente una mejora en el rendimiento, considerando éste como el número total de piezas capturadas, pero sí permitirá mejorar la satisfacción obtenida tras la jornada de caza, y además, contribuirá a la prolongación y mejora de la calidad de vida de los cazadores, a través de beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales (Gamonales & León, 2014b).

Sin embargo, a pesar de conocer los numerosos beneficios, la preparación física del cazador carece de reconocimiento. Numerosos estudios llevados a cabo en este ámbito, investigaciones que persiguen el análisis y la observación de la condición física y los estilos de vida de los cazadores, muestran que los deportistas elegidos por muestreo aleatorio presentan niveles de condición física bajos en la mayoría de pruebas seleccionadas y empleadas para valorar dicha condición física (Gamonales, 2012; Gamonales, León & Muñoz, 2016; Gamonales, León, Muñoz & Jorquera, 2013; Gamonales, León, Muñoz, Hernández & Vizuete, 2012). Por tanto, se recomienda realizar actividad física de manera regular y constante para que realmente se obtengan efectos benéficos para la salud y se logre la prevención de enfermedades. 

Claves a tener en cuenta para cazar con calor

Está claro que la práctica de ejercicio físico siempre es beneficiosa para el organismo y, en general, para la salud. Sin embargo, los cazadores que realicen algún tipo de deporte para mantener su condición física o que practiquen cualquier modalidad cinegética en verano, como puede ser el descaste de conejos, el recechos o la espera, deben tomar una serie de precauciones durante el desarrollo de sus aficiones, porque el calor puede convertirse en un mal enemigo. Algunos aspectos a tener en cuenta para practicar deporte en esta época del año son:

Utilizar ropa y calzado deportivo adecuados al clima. La ropa debe ser holgada y preferiblemente de algodón para facilitar la circulación de aire en su interior. Evitar los tonos oscuros. El calzado debe transmitir seguridad, que abrace bien al tobillo. Además, debe ser flexible, transpirable, no debe apretar y no debe tener costuras interiores. Así mismo, se recomienda utilizar gorra. Es una prenda que conviene llevar, tanto en el verano como en el invierno (Fernández, 2001).

Realizar actividad física al amanecer o al atardecer. Evitar las horas de mayor temperatura, entre las 12:00 y las 18:00 h. De esta forma, se estará evitando sufrir golpes de calor, que son muy perjudiciales para la salud al aumentar la temporada corporal.

Bajar la intensidad de la actividad. Con el calor, el rendimiento físico disminuye, es más fácil deshidratarse y aparece el agotamiento. Por eso, es importante disminuir la marcha.

Hidratación previa, durante y posterior al ejercicio. En verano hay que tomar más líquido, porque se pierde al transpirar. No se debe esperar a tener sed, eso significa que te estás deshidratando. Por tanto, debe beberse a pequeños tragos y sin esperar a tener sed, ya que la deshidratación celular comienza antes de poder apreciar la sensación de sed (Contreras, 2011). Por ello, se recomienda tomar bebidas ergogénicas antes de empezar la actividad cinegética, seguir tomándolas durante la propia actividad entre 100 a 200 mililitros cada 30 minutos, aproximadamente, y tras finalizar la misma (Gamonales, 2016a), pero evitando el agua o bebidas ergogénicas muy fría.

Llevar una dieta equilibrada. Es importante que la dieta proporcione energía y todos los nutrientes necesarios para la práctica físico deportiva. Durante la práctica físico deportiva se deben de evitar los embutidos y demás alimentos cárnicos muy grasos, que ofrecen más inconvenientes que beneficios, pudiendo prescindirse de ellos sin problema alguno, pues dificultan la buena digestión. Se recomienda recurrir a los hidratos de carbono de los frutos secos, chocolate, membrillo, pan de higo o galletas, ya que son muy energéticos (Gamonales, 2016b). Por tanto, se encomienda fomentar las recetas ligeras y el consumo de frutas de temporada y verduras en el periodo estival.

Además, exponer que una buena nutrición por si sola no es suficiente para llegar afrontar las largas jornadas de caza, pero una nutrición inadecuada puede interferir durante las jornadas de caza.

Utilizar protección solar. Para evitar que se queme la piel se recomienda utilizar un factor de protección alto, si se tiene una piel clara o si todavía no se ha adquirido el moreno de piel.

‘Escuchar’ a tu cuerpo. Es decir, si percibes que el calor es excesivo o cualquier otro tipo de molestia (dolor de cabeza, agotamiento, etcétera), evitar la exposición al sol, beber agua rápidamente y alertar a los compañeros de la situación. Por tanto, se recomienda realizar actividad física o cazar siempre en compañía.

Estos son algunos de los aspectos básicos más importantes a tener en cuenta si practicas actividad física en verano. Ante el mínimo el síntoma de calambres, náuseas, fatiga o mareo hay que parar de cazar y buscar un lugar fresco.

Por último, exponer que una adecuada alimentación, acompañada de una buena planificación de actividad física, es indispensable para conseguir un óptimo rendimiento físico.

Por José Martín Gamonales

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