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Herramientas para mantener la sostenibilidad de la caza de la becada

El miércoles 11 de octubre el Departamento de Medio Ambiente de Navarra convocó al colectivo de cazadores, técnicos y guarderío para tomar parte en una interesante conferencia impartida por el biólogo del Instituto de Investigación de Recursos Naturales IREC, Jose Luis Guzmán, en la que disertó acerca herramientas para mantener la sostenibilidad de la caza de la becada.

En primer lugar, y en lo que respecta a Navarra hemos de romper una lanza a favor de los compañeros navarros de la delegación navarra del Club de Cazadores de Becada (CCB), capitaneados por Miguel Minondo, y de la Asociación de Becaderos Navarros (ABN), dirigidos por David Lizaso, que llevan desde los años noventa trabajando denodadamente realizando estudios de esta especie y de su comportamientos, aportando multitud de datos de capturas y jornadas de caza, anillando ejemplares, o siguiéndolas mediante radiolocalización en su periplo migratorio. Datos que siempre han estado a disposición de la Administración para mejora de la gestión de esta especie que tiene enamorados a una gran cantidad de cazadores navarros.

Miguel Angel hizo hincapié en uno de los grandes retos de la ciencia moderna, que es llegar a la ciudadanía, que ésta comprenda la relevancia del método científico y se sienta partícipe en los proyectos de investigación. El mundo de la caza no es una excepción en esta falta de entendimiento, siendo uno de los grandes mitos el pensar que toda investigación en materia cinegética tiene como fin promover normativas de caza más restrictivas.

Esto no puede estar más lejos de la realidad, las investigaciones científicas tienen como finalidad conocer mejor el mundo que nos rodea, sin posicionamientos políticos o ideológicos de partida. En el caso del estudio de los recursos naturales, como es el caso de la caza, una de las prioridades de la ciencia sería determinar las causas que explican su abundancia, siendo fundamental conocer cómo se relacionan las tasas de extracción con las de renovación.

En la actualidad se nos presentan grandes oportunidades para salvar esta brecha entre ciencia y caza. Por una parte, existe una corriente conocida como ciencia ciudadana, en la que se promueve una suerte de colaboración entre científicos y ciudadanos. De tal forma que los ciudadanos, en tanto que usuarios del recurso, participarían en la toma de datos, mientras que los científicos se encargarían del diseño experimental, así como del análisis e interpretación de los resultados.

La caza de la becada es un claro ejemplo de ciencia ciudadana, ya que diversos colectivos de cazadores llevan décadas tomando datos del resultado de sus cacerías y poniéndolos a disposición de instituciones científicas. Hasta el momento, dicha información se ha venido recogiendo mediante cuadernillos de caza o mediante el uso de plataformas web. Ambas herramientas están prestando un servicio estupendo, pero presentan potenciales mejoras como la necesidad de digitalizar la información generada por los cuadernillos, o la complejidad de las plataformas web. El desarrollo de la app se enmarca dentro de la “Encomienda para la coordinación a escala nacional de la gestión cinegética de la becada”. Financiada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) y el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y cuyo objetivo es contribuir a la caza sostenible de esta especie. José Luis presentó  La app “becada”, indicando que es una aplicación para móviles de descarga gratuita desarrollada con la finalidad de conocer cómo varia la abundancia y la presión de caza de la becada entre años y territorios, de tal forma que los cazadores de becada puedan participar en la monitorización de la especie mediante dicha tecnología.

 

Uso de collares GPS 

Entre las preguntas que hicieron los asistentes a la conferencia, destacan los comentarios acerca de los anuncios de limitación del uso en la caza de la becada de collares con localización GPS, medida que tiene cazadores a favor y en contra, y que ha sido pospuesta dos años hasta un estudio de sus pros y sus contras. Sí era más factible en que en vez de plantearse limitar el número de día hábiles para su caza se establezca un número máximo de ejemplares a cazar por año o la necesidad de estudiar la afección que pueda tener la caza de la becada en la tranquilidad de las poblaciones de jabalíes en los acotados al solaparse las  zonas boscosas donde se cazan ambas especies.

 

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