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El ‘movimiento antioso’ en el Pirineo francés calienta motores y se manifestará el 30 de abril

Pintada contra la suelta de dos osas en Laruns, cerca de El Portalet. © LA RÉPUBLIQUE DES PYRÉNÉES

El ‘movimiento antioso’ del lado francés de los Pirineos ha empezado a calentar motores ante la manifestación que se celebrará en la ciudad de Pau el próximo 30 de abril y que se prevé masiva. De momento, han aparecido pintadas en las carreteras de los valles pirenaicos y también señales de tráfico con impactos de bala en las siluetas de oso dibujadas por los autores de estos actos, según informa el diario La République des Pyrénées.

Incluso en el local que comparten los grupos de izquierda de la región y el departamento en Oloron aparecieron recientemente pintadas en contra de la suelta de dos osas, anunciada por el Gobierno de París y que ha disparado las protestas entre los habitantes de los valles que viven de la ganadería.

Uno de los lugares más afectados por estos ataques contra la reintroducción del plantígrado ha sido la localidad de Borce, en el valle de Aspe, donde los carteles que anuncian el Museo del Oso local están perforados por los tiros, aunque según la Gendarmería estos disparos se produjeron hace ya algún tiempo.

Bernard Uthurry, vicepresidente del Consejo Regional de Nueva Aquitania, recordó que el organismo al que pertenece ya se pronunció hace dos años a favor de la suelta de dos osas en las cumbres del Béarn, en la frontera con la provincia de Huesca.

Esta medida fue acordada en París por el Ministerio de Transición Ecológica, pero enseguida se topó con la oposición de ganaderos, cazadores y numerosos agricultores de alta montaña, que ven en el oso una amenaza directa a su forma de vida.

La suelta de las dos osas, procedentes del Este de Europa, está prevista para el próximo otoño. El objetivo de esta iniciativa es detener el declive de la población de plantígrados pese a los esfuerzos repobladores de los últimos años.

París, con el apoyo de las asociaciones ecologistas y de gran parte de la opinión pública francesa, se propone recuperar una especie que desapareció de la cordillera pirenaica en la primera mitad del siglo XX.

En el 2004, en pleno esfuerzo por la recuperación del oso, un cazador del pueblo de Urdos, en el valle de Aspe, mató de un disparo a Cannelle, el último ejemplar autóctono, un suceso que conmocionó a los defensores de la especie y relanzó la aclimatación de animales traídos de países del Este.

Fuente: elperiodicodearagon.com

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