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Monteros y rehaleros en Doñana antes del Parque Nacional

Rehala Manuel Puig década 1940. Doñana.

En la Asamblea de la Asociación Española de Rehalas (AER) del pasado 22 de junio de 2019, celebrada en Niebla (Huelva) se presentó por el catedrático de Antropología de la Universidad de Sevilla, Dr. Pablo Palenzuela, la ponencia titulada “Monteros y rehaleros en Doñana antes del parque nacional”, dentro del ámbito de la propuesta de declaración de Bien de Interés Cultural, en el ámbito de Andalucía, promovido por la Federación Andaluza de Caza, Ateca y la Asociación Española de Rehalas.

En esta edición, debemos agradecer la acogida por parte del consistorio municipal, presidido por su alcaldesa Laura Pichardo, así como la interesante ponencia de Pablo Palenzuela sobre la montería y la rehala tradicional en Doñana antes de su Declaración como Parque Nacional, hace ahora 50 años.

La exposición partió de los albores de la montería y rehala modernas hasta 1969, hace ahora cincuenta años, fecha en que fue declarado parque nacional y dejó de llevarse a cabo esta actividad. Desde entonces, no hay monterías en el parque nacional y sólo se llevan a cabo actividades de gestión de poblaciones mediante métodos de captura y desplazamiento del exceso de reses.

Las fotos que se adjuntan representan aquellas jornadas cinegéticas en las que, compartiendo su común afición, convivían monteros con rehaleros y en las que era frecuente la presencia de S. M. el rey Alfonso XIII. Se trata de un documento gráfico de incalculable valor que, el autor de la ponencia, a través de la Asociación Española de Rehalas, quiere compartir para su común conocimiento a través de esta publicación.

Al mismo tiempo, las condiciones del terreno (marismas, dunas, matorral bajo) de Doñana imponían ciertas reglas peculiares como la batida de la mancha a caballo, el tiro a res pasada, los puestos en pico de sierra, sin traviesas y la señalización del campo de tiro con cañas en la arena. Se advierte la presencia en las rehalas, en su mayoría, de podencos de talla grande, perros adaptados a cazar en la arena, un terreno no por llano, menos exigente.

Cazadores con rehalas en Doñana, 1911.

Desde la AER agradecen al Dr. Palenzuela su aportación, que aprovechamos para plantear la compatibilidad de la protección de este ecosistema privilegiado, con una práctica ordenada de la montería como herramienta de gestión eficaz, fuente de recursos y garantía del mantenimiento de este patrimonio social y cultural, entre otros aspectos.

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