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Carta abierta de Carmen Basarán a los socios del RCM: «En la muerte del Conde de Yebes»

El conde de Yebes cabalgando en ‘El Robledo’.

Queridos amigos y consocios:

Con enorme pena os participamos el fallecimiento, el día 7 de agosto de don Francisco de Asís Tur de Montis y Figueroa, conde de Yebes, a los 60 años de edad.

Paco Tur, era nieto de don Eduardo Figueroa Alonso-Martínez, VIII conde de Yebes y fundador junto con el marqués de Valdueza y el conde de Rocamartí del Real Club de Monteros.

Tur de Montis Figueroa fue un cazador completísimo: entusiasta de la montería y los ganchos entre amigos, aguardista, amante de la menor, hombre de campo, agricultor y ganadero, guarda jurado rural, apasionado del caballo… Destacó, sobre todo, en el rececho y en la caza de alta montaña que era lo que más le llenaba, porque en las cumbres se encontraba en la gloria disfrutando de la soledad, del silencio y de la grandeza del campo.

Él mismo decía de sí, que no era muy sociable, pero nada más lejos de la realidad. Era sociable y muy querido, de gran timidez con una personalidad llena de modestia y de humildad, lo que le hacía aún más grande ya que no daba importancia a ninguna de sus cualidades que eran muchísimas.

De educación exquisita y gran señorío, era abogado y magnífico escritor. Le encantaba documentarse buceando archivos e historias antiguas fascinado por los personajes femeninos de su familia donde abundan las mujeres sobresalientes en inteligencia, belleza, bondad y sobre todo, adelantadas a su tiempo destacando figuras como Cristina de Montis, Casilda Alonso-Martínez, y su propia madre, Carmen Figueroa Muñoz, eclipsada por la figura del gran Yebes, su padre.

Mujer cultísima, conversadora brillante, de una elegancia sencilla pero sobre todo mujer de campo enamorada de su finca El Robledo de Montalbán, sin duda, una de las dehesas más bonitas de España con parajes como el Valle del Torcón «muy bueno de puercos et osos», según Alfonso XI en el Libro de la Montería, la Raña de Valdebellaco, La Morra, El Barderón, Las Tejoneras, la Solana del Matón, El Marchés… un paraiso toledano en el que Dios quiso que nuestro Yebes, exhalara el último suspiro a lomos de su caballo, galopando con uno de sus hijos.

Desde el Real Club de Monteros queremos transmitir a su esposa doña María Hornedo y Muguiro, condesa de Yebes, sus hijos doña Carmen, don Pedro, doña Pilar, don Álvaro y don Javier Tur de Montis Hornedo, nuestro pesar por el fallecimiento del conde de Yebes tan querido y respetado por todos nosotros.

Descanse en Paz.

Sus restos reposan en Guadalajara, en el panteón familiar de los Romanones y el funeral será comunicado.

Un fuerte abrazo,

Carmen Basarán Conde. Presidente del Real Club de Monteros

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