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Migración de las palomas. El octubre palomero del Pirineo navarro

Nada más acabar el verano se produce la migración de las palomas. Las líneas de puestos  en los collados pirenaicos vuelven a llenarse de febril actividad.

Ya se pueden ver a los palomeros en su ir y venir restaurando la cobertura vegetal de los puestos, reponiendo maderas y escaleras, o haciendo acopio de víveres en las chabolas donde pasan gran parte del mes de octubre.

No en vano muchos de ellos suelen estar todo el mes de octubre disfrutando de sus vacaciones, a ratos en los púlpitos disfrutando del espectáculo que supone el ver cruzar a los miles de torcaces que en su ruta migratoria. Cruzan los collados de las montañas navarras, otrora degustando excelentes comidas seguidas de interminables partidas de mus en compañía de sus amigos de cacería.

Las fechas

Las fechas más propicias para la caza de las torcaces son las semanas anteriores y posteriores al 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar. Decrecen paulatinamente conforme se acerca el fin de mes, aunque cada vez es más frecuente que las palomas aguanten sin pasar resguardándose en los maizales de las Landas.

Allí no les falta comida, hasta que tiene que emigrar con la llegada de los primeros fríos invernales. Aprovechando días de fuerte viento norte, se producen golpes de pasa muy fuertes y a gran altura, fuera de tiro procedentes de los bandos que ha aguantado en el sur de Francia.

La meteorología

Un condicionante muy importante para la caza de la paloma migratoria es la meteorología y la gran importancia de los vientos. En primer lugar es necesario que el tiempo esté despejado, ya que la lluvia, los temporales o la niebla impiden la migración. En segundo lugar, es preferible que haya viento sur o bochorno, ya que con ello los bandos van contra el viento.

Entonces se acercan a los collados muy cercanas a las copas de los árboles y facilitando la labor de los cazadores al tenerlas más cerca. Los días de viento norte las palomas los cruzan con viento de cola a gran altura y velocidad, lo que dificulta y más bien impide su captura al cruzar estas fuera de tiro.

Tipos de puestos

Los hay de todos los tipos, chozas donde las siguen cazando como desde antaño con cimbeles, redes donde se combina la captura en vivo con puestos situados detrás de ellas. De oeste a este merece destacar las redes de Etxalar. Es un espectáculo ver trabajar a sus palomeros desde sus atalayas a la entrada del valle. Logran bajar hasta las alturas de las copas de los hayedos a los bandos con la sola ayuda de sus paletas de madera que imitan el picado de los halcones sobre ellas. Luego las dirigen hasta las redes donde sus compañeros las atrapan por docenas.

Los frentes de Urkiaga y Zuraun en Quinto Real y el mítico Luzaide-Valcarlos en el valle de Lindux, son de los mejores puestos de todo el Pirineo. Allí la caza de la paloma es toda una religión. También las as de Guibelea en las cercanías del monte Orhy. Ya en las cercanías de Huesca destacan los del alto Roncal situados a gran altura. Se pueden ver unas inmejorables vistas de la cordillera, habiendo muchos otros en las sierras del interior.

El número de palomas que se pueden abatir durante la temporada no se ha sabido nunca oficialmente. Los cazadores no tienen la obligación de informar de las capturas realizadas, pero popularmente se ha hablado de cifras anuales de unos 100.000 ejemplares. Esta cantidad creo que en la actualidad es bastante inferior. Parece ser que a pesar de que las poblaciones de paloma que hay en Europa, cada vez aumentan más y más, habitando muchas de ellas en ciudades donde se hacen sedentarias.

Posibles causas de los cambios en la migración

En mi opinión, que llevo cazando palomas desde niño, y la de muchos expertos consultados, algunas de las causas de estos cambios son las siguientes:

Antiguamente los bandos de palomas llegaban a los míticos collados del Pirineo navarro sin tirotear al estar prohibido en Francia el instalar puestos por encima de una altitud. Hoy en día una paloma que llegue a la frontera puede haber tenido que pasar por unas 30 líneas de puestos. Al ser tiroteadas, las obligan a elevarse.

Como los vientos suelen tener componente del oeste, cada ráfaga las eleva y las manda hacia la izquierda, forzándolas a recorrer rutas alternativas a través de otros subvalles más occidentales. Esto ha llevado a que hayan disminuido las capturas en los lugares antaño tradicionales, pero que han elevado de forma espectacular en los nuevos lugares por los que intentan cruzar. Así ocurre en los cotos de la regata del río Bidasoa, incluso en la vecina Guipuzkoa, donde se las puede ver incluso cruzar por la costa cantábrica procedentes del mar pasado San Sebastián. Desde allí se dirigen hacia las Sierras de Burgos y la Demanda en busca de sus cuarteles de invierno en el centro y sur de la península.

El cambio climático

El cambio climático, que está provocando la bonanza de la meteorología hace que los inviernos sean ahora más suaves, así como el espectacular aumento de los cultivos intensivos en toda Francia y en resto de Europa.

Esto hace que un cada vez mayor número de aves no se tengan que desplazar al sur en busca de alimento, perdiendo parte del espíritu migratorio que tenían hace años.

Antiguamente cruzaban el Pirineo unos 10 o 12 millones de palomas, pero hoy en día ha disminuido hasta los 3 o 4 millones, e incluso actualmente menos.

Un artículo de ADECANA informa

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