«Se pechan os coutos de caza, os agricultores tamén pecharán». Con estas palabras, los cazadores gallegos amenazan con cerrar sus cotos si les multan.
Los socios del coto de caza Caxigueiras han decidido cerrarlo si alguna vez una sentencia judicial los condena a pagar por destrozos provocados por jabalíes. La decisión no es de ahora, pero cobra actualidad a raíz de la decisión de un ganadero de este municipio de denunciar a los cotos por los daños que provocan los jabalíes.
El ganadero tiene en el municipio de Taboada fincas sembradas con plantas forrajeras en terrenos situados dentro de los ámbitos de actuación de los cotos Vilameñe y Caxigueiras. Francisco Diéguez es el presidente de la sociedad de cazadores que gestiona el segundo de estos cotos se niega a contestar directamente a las críticas por la gestión de las especies cinegéticas. Lo que sí hace es asegurar que entienden perfectamente el problema de la superpoblación de jabalíes. Hacen todo lo que está en su mano para controlarla. «Cumprimos estrictamente -asegura- co cupo de porcos bravos que nos dan cada ano para cazar».
Un cupo de ochenta
El coto Caxigueiras tiene asignado un cupo anual de alrededor de ochenta jabalíes. Pero, además, sus socios también llevan a cabo batidas extraordinarias autorizadas cuando hay daños en terrenos agrícolas. Mediante este tipo de batidas, dan caza todos los años a entre treinta y cuarenta ejemplares más. Los cazadores de Caxigueiras llevan a cabo también esperas nocturnas.
Los agricultores afectados avisan de episodios como los de estos días. «Facemos -insiste Diéguez- todo o que nos permite a lei».
La asamblea de socios del coto tomó hace tres años la decisión de echar el cierre a la sociedad si algún día una sentencia les condena como responsables de destrozos provocados por jabalíes. Francisco Diéguez asegura que ninguno de ellos quiere tener que llegar a esos extremos. Pero avisa de que si algún día se viesen obligados a hacerlo, las consecuencias serian muy graves. «Se pecha os coto de caza, a maioría dos agricultores tamén terán que pechar», advierte. Se refiere a lo que pasaría con el crecimiento continuo de la población de jabalíes en caso de que se acaben las baticas de caza.
Los daños los debe pagar la Administración
Diéguez ha participado en los últimos días en reuniones entre organizaciones agrarias y las entidades de cazadores gallegos, convocadas precisamente para abordar este problema. De estos encuentros, él saca la conclusión de que en realidad todos están del mismo lado. «Os danos hainos que pagar, pero ten que ser a administración quen os pague, nin os cazadores, nin os agricultores», afirma. En cualquier caso, el presidente de este coto de Taboada insiste en dejar claro que son conscientes del problema que tienen los agricultores y ganaderos y que ellos seguirán haciendo batidas. «Que a xente estea tranquila -explica-, que mentres nos deixen nós seguiremos facendo todo o que está nas nosas mans».
Fuente: La Voz de Galicia
