El juez Francis Legodi, del tribunal de Pretoria, basó su veredicto en que la aplicación de la moratoria sobre la venta de cuernos de rinoceronte en el mercado sudafricano no había seguido el procedimiento adecuado y que, además, sólo ha servido para aumentar los niveles de caza furtiva de estos animales, cuyos cuernos alcanzan un alto precio en los mercados asiáticos, sobre todo en Vietnam y China, por sus supuestas propiedades curativas y afrodisíacas.
Con este fallo, el juez Legodi da la razón a los propietarios de reservas privadas John Hume y Johan Kruger, que habían recurrido ante la justicia la prohibición de la venta de cuernos de rinoceronte para obtener el derecho de venderlos legalmente, alegando que así se asestaría un golpe al furtivismo. Los criadores aseguran que si se legalizara su venta se podrían extraer los cuernos anestesiando el animal y luego volverían a crecer sin problema.
La decisión del tribunal se ha dado a conocer meses antes del congreso de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), que se celebrará en Johannesburgo el año próximo y podría levantar la prohibición mundial del comercio de cuerno de rino.
Desde la aplicación de la moratoria en 2009, el furtivismo se ha multiplicado en el país, y según las estadísticas oficiales, 1.215 animales fueron abatidos por furtivos en 2014, frente a 1.004 en 2013, 668 en 2012, 448 en 2011, 333 en 2010, 122 en 2009, 83 en 2008 y sólo 13 en el año 2007.