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San Huberto celebra hoy su festividad

Huberto fue el hijo mayor de Bertrán, duque de Aquitania, nacido en el año 655. Como los nobles merovingios de su tiempo, Huberto practicaba asiduamente la caza. Se trasladó a Metz, donde se casó (682) con Floribana, quien murió al dar a luz, retirándose Huberto a las boscosas Ardenas para dedicarse a la caza.

Pronto se obró un cambio espiritual en él. Cuando un Viernes Santo se encontraba cazando, al perseguir a un hermoso venado, éste se volvió y dejó ver un crucifijo entre la cornamenta, resaltado por luminosos rayos, según relata la pía leyenda. Seguidamente, oyó que decía: «Huberto, si no vuelves al Señor y llevas una vida santa, irás al infierno». Al oírlo, Huberto bajó del caballo, se postró y dijo: «Señor, ¿qué quieres que haga? La respuesta fue: «Ve y busca a Lamberto, que te dirá lo que tienes que hacer».

Huberto partió inmediatamente hacia Mastrique, donde Lamberto era obispo, y a partir de entonces actuó como su director espiritual. Huberto renunció a su rango y derechos de primogenitura en el ducado de Aquitania en favor de su hermano. Distribuyó a los pobres su riqueza y estudió órdenes sagradas, para ser consagrado presbítero, asistiendo en la administración de la diócesis de Mastrique-Tongeren a San Lamberto. Siguiendo su consejo, partió en romería hasta Roma el año 708, durante su ausencia fue asesinado su obispo y mentor. La hagiografía de Huberto indica que este asesinato fue revelado al Papa con la indicación de designar a Huberto, sucesor de San Lamberto en la diócesis de Mastrique-Tongeren, como así sucedió.

Como obispo, trasladó la sede de Mastrique a Lieja, enterró a su predecesor en una basílica construida para honrar su memoria en el lugar mismo del asesinato y sentó las bases para hacer de Lieja una gran ciudad. Ésta tiene hoy a San Lamberto como su santo patrón y a San Huberto como su primer obispo. El obispo Huberto destacó por su sencillez y austeridad, por intensidad de sus oraciones y ayunos y su famosa elocuencia. Evangelizó el área de las Ardenas.

Huberto murió en Tervuren, Brabante en 727 o 728 y fue enterrado en Lieja. Sus restos fueron luego exhumados el año 825 y trasladados a la abadía benedictina de Andain, situada en la población que actualmente se llama San Huberto. En los siguientes años hasta el siglo XVI, en que desaparecieron los restos, su sepulcro fue muy visitado y centro de peregrinación.

El nombre y la protección de San Huberto se tomó por algunas órdenes militares en el siglo XV. Felipe IV de España, rey cazador, tenía a San Huberto como protector.

Es patrono contra la rabia y de los cazadores, matemáticos, ópticos y metalúrgicos. Celebra su festividad el día 3 de noviembre, aniversario de su canonización.

Fuente: wikipedia.org. Imagen: Alto relieve del milagro de S. Huberto en el Castillo de Amboise, Francia.

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