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La Asociación Armera inicia conversaciones ante los cambios en la normativa

Ante los cambios que se prevén en la normativa que regula la materia armas, y más en concreto el Reglamento de Armas, la Asociación Armera ha iniciado rondas de conversaciones a nivel político.

En esta ocasión ha sido con representantes del partido en el Gobierno, los señores Alfonso Alonso (presidente del PP en el País Vasco) y Carmelo Barrio (diputado en el Parlamento Vasco).

La Directiva Comunitaria sobre el control de la adquisición y posesión de armas ha sido reformada. Desde el momento de su publicación en el Diario Oficial de la Comunidad Europea se establece un plazo de quince meses para que todos los Estados Miembros adapten sus legislaciones nacionales a la nueva norma europea.

La Directiva no nos preocupa, ya que el Reglamento de Armas español es más restrictivo que ésta, lo que nos preocupa es la apertura del Reglamento español, momento que suele ser aprovechado por los poderes públicos para operar un nuevo endurecimiento del texto.

La experiencia nos ha enseñado que cada nueva modificación que ha sufrido nuestro Reglamento ha servido para endurecer las medidas, restringir derechos tanto de los usuarios como de los operadores económicos y establecer nuevas prohibiciones. Cada nueva vuelta de tuerca provoca el cierre de empresas y no nos podemos permitir perder una empresa más.

Ya es hora de que la industria armera sea tratada con respeto, como un sector de la economía que crea riqueza y empleo, que invierte, que desarrolla producto continuamente, que compite en los mercados internacionales y que exporta la manufactura española a los cinco continentes.

El control de las armas es necesario y deseable, pero no está reñido con el establecimiento de unas normas coherentes que permitan a la industria desarrollar su labor con normalidad, como lo hace nuestra competencia en Europa.

El mismo criterio debe aplicarse con respecto al usuario de armas deportivas, sea cazador, tirador o coleccionista. Son personas que merece un respeto, que entienden que están sujetos a unas normas, no se las puede tratar como a presuntos delincuentes.

No sólo nos preocupan las nuevas restricciones que el texto pueda contener, nos preocupa también arreglar algunos de los desaguisados que la norma actual contiene y que se han convertido ya en las tradicionales reivindicaciones del sector.

Citamos como ejemplo y sin ánimo de ser excluyente:

– La limitación en el número de escopetas que un usuario puede adquirir y poseer: no tiene ningún sentido establecer límites al derecho de propiedad, entendemos que se trata de armas y no estamos en contra de que se establezcan modelos de seguridad razonables para su guarda. Además, sabemos que las normas que van contra los usos y costumbres sociales están llamadas a no cumplirse, así el cazador que quiere superar el límite pone las armas a nombre de otras personas de su entorno y nos preguntamos: ¿qué necesidad hay de hacer cargar a otras personas con una responsabilidad que no les corresponde cuando puede establecerse una regulación correcta y razonable?

– La arbitrariedad que la normativa permite y respalda en la retirada del permiso de armas: cualquier infracción administrativa puede ser motivo de la retirada del permiso y esto es inadmisible además de vulnerar el principio de seguridad jurídica, pilar de cualquier sistema democrático. Las causas de retirada del permiso deben ser claras y estar claramente tasadas.

– Campos de tiro eventuales: los requisitos que el Reglamento de Armas establece para la celebración de las tiradas eventuales, tan tradicionales en nuestra cultura popular, han dado al traste con las mismas. Antes era habitual que, con motivo de las fiestas patronales, se organizaran tiradas en la mayoría de los pueblos. Eran esperadas con expectación y atraían a aficionados y ajenos a este deporte. Nadie entiende por qué se endurecieron los requisitos para la organización de una tirada eventual cuando la accidentalidad ha sido siempre nula.

La lista de problemas es larga y más o menos conocida y sufrida por todos los que vivimos y sentimos alrededor de este sector.

En la reunión la Asociación Armera tuvo la oportunidad de transmitir al Sr. Alonso y al Sr. Barrio nuestra preocupación y la necesidad de que a nivel político entiendan y se hagan cargo de nuestros problemas.

La reunión fue altamente satisfactoria, entendieron a la perfección la problemática y cogieron el testigo de la defensa del sector, al cual calificaron como una industria ejemplar que ha sabido superar la crisis, reestructurarse, incorporar las últimas tecnologías a la producción, adaptarse a la demanda y presentarse como un sector puntero a nivel internacional.

No se mantienen unos niveles de exportación del 80% si no se es altamente competitivo. En un mundo cambiante en que los centros de producción han migrado a países de mano de obra barata, la industria armera ha sabido mantener el made in Spain y seguir aportando riqueza a nuestra economía. Merece la pena apostar por el sector.

 

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