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UNITEGA solicita indemnizaciones para los dueños de los perros comidos por el lobo

La Unión de Tecores de Galicia (UNITEGA) ha solicitado a la Xunta que indemnice a los dueños de todas las mascotas que se vean afectadas por los ataques del lobo en el rural.

 

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras publica anualmente una orden de ayudas para paliar, exclusivamente, los daños producidos por el lobo sobre las reses de ganado. Sin embargo, actualmente también se están produciendo daños sobre otros animales domésticos en aquellas zonas de Galicia donde existen poblaciones de lobo, por lo que es preciso buscar fórmulas para indemnizar a sus dueños.

En los últimos meses también se han ido sucediendo ataques sobre perros de compañía, que se suman a los que ya se venían produciendo sobre los perros que cuidan el ganado. Estos ataques se producen, o bien en las proximidades de las aldeas, o cuando los senderistas pasean por el monte con sus mascotas y éstas se alejan de su vista unos instantes. En la mayoría de las ocasiones, los perros desaparecen sin que el dueño sea consciente de lo que ha sucedido, por lo que acaban pensando que su mascota se ha extraviado y se esfuerzan en buscarlas durante los días sucesivos sin resultado alguno, con la consiguiente desesperación de sus dueños.

Prevención de los ataques

Los ataques sobre los perros que cuidan el ganado no son una novedad, pero sí que lo son que durante las batidas en las que intervienen los perros de caza mayor, éstos sean atacados por los lobos y que, aprovechando el desconcierto, hacen presa de ellos. Para prevenir los ataques y poder evitarlos en el mismo instante en que se producen, los cazadores se vienen sirviendo de collares equipados con localizadores GPS, lo que les permite conocer la situación exacta de los canes y acudir rápidamente a la zona donde se encuentran, cuando ladran agónicamente avisando del ataque que están sufriendo.

En el caso de las mascotas, la solución más eficaz y barata sería pasear a los perros por el monte con la correa puesta, evitando de esta forma cualquier posibilidad de que se alejen de sus dueños y acaben comidos. Esta medida precautoria se debería aplicar sobre todo en aquellas zonas donde los senderistas encuentren huellas de jabalíes y corzos, ya que éstas son las presas habituales de los lobos; si bien éstos sienten especial predilección por los corzos, tal y como confirmó el estudio que publicó en el año 2009 la investigadora orensana Isabel Barja. Esta especialización del cánido salvaje, incluso está llevando a las poblaciones de corzo de algunas zonas de Galicia a caer en un “pozo de depredación”.

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