La consejera de Medio Ambiente, Catalina Soler, junto con el director insular de Caza, Joan Escalas, presentaron ayer el texto consolidado de la Ley balear de caza y pesca fluvial, que recoge la redacción final del articulado, incorporando los cambios introducidos por el Govern, a instancias del Consejo de Mallorca.
Esta nueva ley, que nace con la máxima transparencia y consenso, ha supuesto importantes mejoras y cambios con el objetivo de llevar a cabo una gestión más eficiente y coherente, equitativa y ágil.
La primera legislación propia, aprobada en 2006, reconoció muchas particularidades autóctonas de la práctica cinegética en las islas y, a la vez, modernizó conceptos de gestión y compatibilización de usos. Si bien, se ha modificado con el paso del tiempo para adaptarse a las necesidades y circunstancias, ha explicado la consellera.
En estos momentos se hacía necesaria una nueva modificación, para adaptarla a los nuevos cambios estructurales y legislativos, sobre todo después de las transferencias de caza a los consejos insulares, y que han afectado a las instituciones y el sector.
La nueva ley clarifica, simplifica o cambia el concepto de ciertos trámites y pondera mejor el régimen sancionador. Igualmente, propicia una mayor coordinación entre los consejos y el Gobierno, y define con precisión los ámbitos de competencia de las instituciones.
Igualmente, cabe destacar que el nuevo texto reconoce la validez interinsular de la licencia de caza que expide cada Consejo a sus residentes en el ámbito respectivo, así como las superficies de los cotos de caza. También se han actualizado los importes de las sanciones graves y muy graves, y se ha creado un sistema de puntos similar al del carné de conducir, aplicable a las inhabilitaciones de los infractores, que cada consejo insular podrá desarrollar reglamentariamente.
Se recogen peticiones de agricultores referentes a la protección de determinados cultivos, tanto ante posibles impactos de perdigones, como por daños producidos por las piezas de caza, y se aclaran las responsabilidades y funciones del propietario del terreno, del agricultor y del titular del coto.
La modificación incluye también medidas destinadas a la estabilidad territorial en los cotos de las sociedades de cazadores locales, y recoge bonificaciones en la tasa de matrícula y campos de entrenamiento. Estas también se hacen extensivas a refugios de fauna creados a instancia de la Administración.
En materia de pesca fluvial, se aclaran algunos aspectos, especialmente de cara al auge de pescadores y establece la aplicación subsidiaria del régimen sancionador de caza a la pesca, entre muchos otros aspectos.
Este texto, que ha sido editado por el Departamento de Caza del Consell de Mallorca en un pequeño librito, sólo tiene validez práctica y funcional, como versión actualizada del articulado.
El objetivo de esta edición es hacer posible una lectura asequible y fácil a la hora de ser consultada tanto por cazadores, propietarios de fincas, arrendatarios, gestores de cotos, guardas y celadores de caza, como por guías de caza mayor, técnicos , agricultores, ciudadanos, etc. Y en definitiva, para todas las personas que, disfrutando del medio ambiente, han encontrado en la caza una actividad en la que participó o con la que interactuar.
En la imagen, la consellera, Catalina Soler, el director insular, Joan Escalas, el responsable de Programas del Departamento, Pedro Bestard, y representantes del sector que han asistido a la presentación del libro.