Las autoridades japonesas han emprendido una campaña de sacrificio de los numerosos jabalíes, mapaches, cerdos asilvestrados y otros animales salvajes que deambulan por las cuatro localidades que fueron evacuadas en 2011 debido a los altos niveles de radiación por su proximidad a la central nuclear de Fukushima.
Em concreto, la multiplicación de jabalíes en el entorno de la planta nuclear es peligrosa, al ser una especie que además de provocar destrozos puede resultar agresiva, por lo que quiere evitar que los animales merodeen por estas zonas.
El pasado noviembre unos residentes de la localidad de Namie, a unos ocho kilómetros de la central, que realizaron una breve visita a su casa fueron atacados por un grupo de jabalíes. En este pueblo, 43 vecinos que han podido retornar a sus casas temporalmente han informado de destrozos provocados por los jabalíes entre abril de 2013 y febrero de 2014. A su vez, la población de mapaches –considerada por el Gobierno japonés como especie invasora– parece haberse disparado en la zona y está empezando a trasladarse a otras regiones.