Armas y munición Armas y municiones. Michel Coya Caza Mayor

Equipo de montaña. En óptica, sólo lo justo. Por Michel Coya

Equipo de montaña
Dentro del equipo de montaña la óptica es fundamental.

Definido el rifle y sus premisas, continuemos con el resto del material que compone el equipo de montaña.

La óptica es de capital importancia

En primer lugar y de capital importancia, la óptica: visores, prismáticos y catalejos.

Una vez más acotamos las necesidades, siendo tras ello más fácil marcar sus límites.

Al igual que ocurría con los rifles, el peso marcará distancia; de nada nos servirá contar con unos prismáticos fantásticos si finalmente los tenemos que dejar en casa ante la tortura que significa su transporte.

Mis binoculares japoneses de bolsillo de 7×20 de los 18 años Equipo de montaña

Con poco más de 18 años me regalaron unos binoculares japoneses de bolsillo 7×20.

Mirados con la objetividad de la distancia, ni su óptica ni su mecánica eran especialmente buenas, al contrario, serían correctos para un uso lúdico ligado a algún campeonato deportivo y poco más.

Con ellos cacé muchos años, acompañándome por la montaña con un resultado, cuando menos, sobresaliente.

La correa de transporte, un cordón delgadísimo, era en principio el presagio en firme de una tortura.

Sus aumentos, limitados, sobre el papel dejaban a la vista una carencia segura para un trabajo tan especializado como la valoración del trofeo de rebeco a larga distancia.

Y qué decir del objetivo: diminuto, en principio suficiente para un día soleado y poco más.

Recubiertos de una carcasa de plástico duro parecía que se acabarían rompiendo a la primera de cambio, y empañándose ante tanto chaparrón y humedad corporal.

Éste que escribe terciaba los pequeños binoculares quedándome practicante bajo la axila… y al monte.

La clave del éxito estaba en el mínimo tamaño y peso, que hacían del cordón una correa de lo más cómoda, de sus aumentos y objetivo lo suficiente, y de la óptica, a la vista de los resultados, también.

La montaña es exigente, crítica con el físico, pero en cambio, agradecida en vistas.

La caza allí es caza de día, caza de luz, con atmósferas nítidas que permiten observaciones en las mejores condiciones posibles.

Estoy completamente seguro de que si mis pequeños prismáticos hubiesen sido de una marca premium, hoy seguiría utilizándolos.

El deterioro de tanto maltrato y mala limpieza acabó dañando las ópticas impidiendo ver correctamente.

¿Por qué, entonces, utilizamos aparatos mucho mayores? Equipo de montaña

Fundamentalmente, porque son combinaciones que nos sirven para todo, que nos dan potencia suficiente para juzgar y, a la vez, objetivos luminosos en condiciones adversas.

Está claro que colgándonos unos 8 o, mejor, incluso unos 10×42 quedarán cubiertas nuestras necesidades de observación; pero, siendo escrupulosos, estaremos sumando un peso y tamaño por encima de lo deseable.

Seguro que muchos de ustedes, contentos con los suyos, estarán pensando que soy excesivamente crítico, realmente no es así.

A poco que observe los catálogos de las principales ópticas de caza verá como tienen muy claro este punto.

Todas acaban ofreciendo entre sus modelos compactos que, con una potencia similar a la dicha, reducen el objetivo para conseguir minimizar peso y tamaño.

Si quedó sentada la nitidez ambiental y la claridad de las condiciones donde cazaremos, usar objetivos de 30 o 32 mm es todo un acierto, ofreciendo todo lo necesitaba en este aspecto.

Aumentos de 8 son suficientes, aunque reconozco que para un trabajo donde el tamaño del trofeo es tan pequeño, 10 aumentos siempre nos darán un plus de agudeza.

Equipo de montaña
En Brañagallones tras cazar una rebeca selectiva con el desaparecido guarda de la Reserva Regional de Caza de Caso, Graciano, el de la Foz.
Observe cómo lleva colgados sus Swarovski Habitch 7×42 con los que homologaba a ojo con una precisión sorprendente.

Graciano, el de la Foz Equipo de montaña

El mejor ejemplo de la eficacia de estas combinaciones y de la potencia necesaria para valorar con precisión caza en montaña nos lo ofrecen la guardería de las reservas que tienen, como reinas, a este tipo de piezas.

Recuerdo, por lo impactante, la forma de juzgar de Graciano, el de la Foz, guarda del antiguo Coto Nacional de Reres, que seguramente ya me habrá leído en otras ocasiones.

En sus manos, unos Swarovski Habitch 7×42, un ligero movimiento hasta acercarlos a la cara, un instante mínimo de acomodo y cantaba la homologación en vivo con medios puntos incluidos.

Esto que les cuento no sería raro si las distancias fuesen cercanas, lo increíble es que era capaz de juzgar rebecos a cualquier distancia lógica de rececho…

Realmente, amigo, yo no daba crédito.

Hombre, es evidente que entre la experiencia y habilidad del añorado Gracianín y nosotros hay un mundo, pero está claro que los aparatos que utilizaban, generalmente, eran de 7 u 8 aumentos y les resultaba suficiente para ver con absoluta profesionalidad y sin catalejos.

Teniendo, además, en cuenta que los usaban como herramienta todoterreno tanto para un corzo o venado, como para una batida de jabalí o un rececho de rebeco, se entiende que el objetivo idóneo fuese de 42.

En nuestro caso, sólo para montaña con 30 o 32, como decíamos, sobra.

Elección del visor

El mismo sentido práctico debe recoger la elección del visor, con la salvedad de que estaremos obligados a contar con suficiente potencia para enfrentarnos a disparos largos o muy largos.

De todas maneras, la publicidad y la ambición por vender ha conseguido crear un clima de necesidad en cierta forma irreal.

Volemos un instante al pasado para intentar explicar la afirmación anterior, volvamos a lo utilizado habitualmente hace solo unos pocos años y que ahora mismo parecería algo totalmente inapropiado.

Sólo mirando treinta años atrás veremos como el rifle y la cartuchería, como tales, han cambiado muy poco, desde un punto de vista balístico, prácticamente nada.

Claro que hay nuevos diseños, ¿cómo no va a haberlos en un mercado tan dinámico?, pero, sobre todo, obedece a la inclusión de nuevos materiales, fundamentalmente con la adopción de los sintéticos, tanto en rifles como proyectiles, a lo que podemos sumar unos pocos cartuchos nuevos, desarrollos que, en general, se solapan en prestaciones con lo ya existente.

Ahora piense en la óptica que generalmente vestía al rifle de entonces, ¿se acuerda? Pues sí, en su mayoría 4×32, 6×42, algún variable de 1,5-6×42, algún raro 8×56 y poco más.

«¿Para qué tanto?», solían decir.

Ahora parece un poco increíble, sumidos en una carrera continua hacia la magnificación.

Lo cierto es que, bien analizado, la merma en la capacidad de abatir caza tampoco era excesiva.

Silueta de rebeco a 300 metros con 4x

Recuerdo una visita a Zeiss y la prueba en campo tirando a silueta de rebeco a 300 metros con 4x.

Algunos participantes se maravillaban de que fuésemos capaces de conseguir resultados tan sobresalientes, posiblemente sin pararse a pensar que era como tirar a 75 metros ‘a pelo’.

Ponga una diana a esta distancia, un visor variable a 1x y verá con que precisión es capaz de tirar.

Al final, en distancias de rececho, incluso largas, es más una cuestión de cabeza y costumbre, que de carencia real.

Hoy en día tirar con más de 12 aumentos se ha convertido en normal

Pocos años después y ya en estas páginas, comparé una buena muestra de cartuchos .300 a medio kilometro.

La historia ya había cambiado, el universal 1,5-6 ya no era el rey, había cedido el trono a los 2,5-10 y a los 3-12. El visor ‘tipo’ que usé en aquella ocasión fue, precisamente, este último.

Entre todos los equipos el .300 WSM venía sin visor y le monté un viejo 3-9×40.

Tiré con él a 500 metros sin mayores problemas y fantásticos resultados.

Sin embargo, hoy en día tirar con más de esos 12 aumentos se ha convertido en lo normal.

Para montaña tubos de 1″ y objetivos de 36, 40 o 42 mm, son lo lógico

El otro día en el campo de tiro un cazador me decía que 18x le parecía poco. ¿Poco, para qué, para tirar a dos kilómetros?

Está claro que cuando nos acostumbramos a muchos aumentos la comodidad es más alta, concretando con mayor detalle, pero sólo con un rendimiento muy superior cuando la distancia comienza a ser una barbaridad.

Para montaña tubos de 1″ y objetivos de 36, 40 o 42 mm, son lo lógico, ofertando el tan buscado descenso del peso del aparato.

Los aumentos variables, partiendo de esos perfectos y suficientes 3-9 hasta los 5-25, e incluso más.

Los universales de tubo de 30 mm y objetivos de 50, 56 o, incluso, 60 añadirán un peso extra del que huiremos en esta búsqueda del equipo perfecto.

Las retículas, como las Plex y la nº 4, sencillas y eficaces.

Completémoslos con una torreta balística, ese complemento que ha venido a revolucionar el mundo de la óptica cinegética, y ahí tienen su visor de montaña ideal.

Catalejos terrestres Equipo de montaña

Cerrar estas letras sobre óptica de montaña no estaría completo sin sacar a la arena a los catalejos terrestres.

Sin duda, es una ayuda eficaz que evita mucho esfuerzo y garantiza en cierta medida resultados.

Su mayor problema es precisamente el peso, un suplemento al equipo que no todos estamos dispuestos a asumir.

Como norma intentaremos que tengan un objetivo lo más pequeño posible, siendo los 60 o 65 el límite práctico para mantener un peso asumible.

Piense que al aparato deberemos sumarle el obligado trípode que, aun estando construido en materiales muy ligeros, vendrá a sumarse a lo que llevaremos a la espalda.

Hombre, cuando uno ve la cabrada en el collado opuesto y monta el ‘mirón’, la verdad es que la caza toma otra dimensión, pero, del mismo modo, cuando la mochila nos entierra y hay que llegar…

El tema concreto es toda una cuestión de preferencias, de eficacia, de lo prescindible y de lo obligatorio.

Así como en todos aquellos recechos donde la espera se mezcla con el acercamiento siempre me acompañan, en montaña, les seré sincero: si soy yo quien cazo, acabo dejándolo en casa, escapo de todo aquello de lo que puedo prescindir y me conformo con los 10 aumentos de los prismáticos.

La ecuación es sencilla: o el catalejo o el bocadillo…

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El rebeco a 430 metros Equipo de montaña

Utilizo un visor S&B Classic 3-12×50 con retícula nº 4 en primer plano y sin torretas. Un buen reglaje del visor optimizando la curva del, en este caso, .300 Weatherby Magnum, permite cazar piezas tan extraordinarias como ésta sin mayores complicaciones e, incluso, a gran distancia.

Rifle Heym y óptica Swarovski Equipo de montaña

Un rifle ligero y potente con disparador al pelo, visor potente con torreta balística, prismáticos con telémetro y catalejo, un equipo al más alto nivel el que nos proponen Heym y Swarovski.

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Torretas balísticas Equipo de montaña

Las torretas balísticas, se han convertido en el complemento perfecto para vestir al visor de rececho, con ellas se acabaron las correcciones a ojo.

De todas formas, un reglaje que optimice la trayectoria balística nos permitirá tirar muy lejos sin grandes complicaciones ni cálculos.

Binoculares Equipo de montaña

La comodidad del transporte llega a los binoculares con los arneses.

Con ellos se reparte el peso entre los hombros sin tirar directamente de nuestro cuello, pegándolos, además, al cuerpo de forma que no van golpeándonos al caminar.

Durante mucho tiempo utilicé unos sencillos binoculares de bolsillo de 7×20.

Su poca potencia, su poco objetivo y su cordón de transporte podría parecer que les haría inservibles.

Nada más lejos: su poco peso y el uso en buenas condiciones de luz consiguieron ofrecerme aquellos años todo lo necesario.

De alguna forma, esta es la lección: poco peso, nada superfluo, en montaña el equipo perfecto es el que nos da ‘sólo lo justo’.

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Swarovski EL 10×42 Equipo de montaña

Las combinaciones todoterreno como estos Swarovski EL 10×42 son siempre válidas.

Sobran objetivo y peso, lo ideal para montaña son modelos de los mismos aumentos pero campanas de 30 o 32 mm.

Ejemplo en la marca misma marca los Companion 8×30.

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Zeiss Terra ED 10×25 de bolsillo Equipo de montaña

Una gran opción para el recechista de montaña son los prismáticos de bolsillo como estos Zeiss Terra ED 10×25.

Ocupan poco, pesan poco y dan calidad de imagen.

No debemos olvidar que las observaciones durante el rececho en montaña suele producirse en óptimas condiciones lumínicas y en atmósferas muy nítidas.

Serie 5 de Swarovski Equipo de montaña

La serie 5 de Swarovski se amolda sin ‘peros posibles’ a los requerimientos del visor para alta montaña.

En las imágenes sobre Heym SR21 Stutzen Z5 3,5-18×44, sobre Josef Winkler Heeren Z5 5-25×52, ambos con torreta balística.

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Conquest HD5 5-25×50 Equipo de montaña

Zeiss se anima a la combinación más escrupulosa de montaña con el nuevo Conquest HD5 5-25×50 dotado de torreta balística.

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Mannlicher + Zeiss Equipo de montaña 

Mire un equipo de otro tiempo que sigue siendo completamente válido. Se trata de un Mannlicher Schönauer .30-06 Sprgf. con visor Zeiss 1,5-6×42.

Este rifle perteneció a un conocido cazador asturiano de rebecos ya desaparecido; miles de ellos cazó con él.

Burris Laserscope Ballistic III Equipo de montaña

Mención especial merece el visor de rececho Burris Laserscope Ballistic III.

Un aparato que aúna dentro del mismo contenedor un visor, un telémetro y un sistema balístico integrado.

Tras optimizar para nuestro cartucho y cargar el programa balístico, sólo tendremos que, vista la pieza, pulsar uno de los botones que tenemos a los lados del objetivo.

A través del ocular veremos como se enciende en la parte superior la distancia a la que se encuentra la pieza, iluminándose también un punto rojo sobre el poste vertical, precisamente con el que deberemos apuntar.

Esa posición del nodo rojo iluminado variará según sea la distancia a la que midamos la pieza, y relacionada directamente con el ajuste del software que hicimos para nuestro cartucho.

Simplemente nos estará dando la compensación de la caída de nuestro proyectil.

He cazado en varias ocasiones con estos visores encontrando sólo una desventaja: pesan algo más de 800 gramos, obligándonos a montarlos en rifles ultraligeros, como este Sako 85 Carbonlight para permanecer en la categoría del equipo de montaña.

Steiner Ranger + Tikka T3x .270 WSM Equipo de montaña

Durante mucho tiempo se consideraba como visor universal europeo la combinación 1,5-6×42.

Actualmente esa definición ha pasado  a las combinaciones 2,5-10×56 y 3-12×50, superándose cada vez mas su ya alto rango de aumentos.

Para montaña 12 aumentos ofrecen todo lo necesario en disparos largos, pudiendo decirse que estaremos perfectamente armados utilizando un visor de este tipo.

El único defecto el mismo apuntado en los binoculares, mucho dinamitero de objetivo que solo aporta peso en la modalidad tratada.

En la imagen, un Steiner Ranger 3-12×56 sobre un Tikka T3x .270 WSM, un equipo potente y ligero capaz de enfrentarse a cualquier reto que la montaña nos ponga.

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Catalejos Equipo de montaña

El catalejo debe guardar un equilibrio entre peso, tamaño y necesidades reales de uso.

Cargar durante horas con uno de ellos supone un esfuerzo físico que en muchos casos acaba dejándolos en casa.

Una buena opción son los desmontables como el Swarovski ATX o los compactos como el Delta Titanium.

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Ropa y calzado para la montaña Equipo de montaña

Por último, la ropa y el calzado de montaña han de ser cómodos, silenciosos, muy ligeros, transpirables e impermeables.

En la mochila, siempre una buena vara y una chaqueta o forro polar cálido. La montaña es engañosa y tanto el continuo viento como la altura harán que nada más que paremos el sudor, seguro, se convierta en frío.

El calzado debe sujetar bien el tobillo.

Las suelas rígidas permitirán una buena marcha sin cansancio en terrenos muy pedregosos, aunque reconozco que con tiempo seco las suelas flexibles aportan confort.

He probado recientemente el equipo completo Set Rececho de Gamooutdoor con un resultado totalmente satisfactorio, incluso en días soleados.

Equipo de montaña Texto y fotografías: Michel Coya

www.apuntomichelcoya.com

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