Armas y munición

.243 Winchester: La herencia del militar (y II)

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Sigamos, entonces, con la infancia de nuestro cartucho, unos años que marcarán su vida y éxito debido, en gran medida, al triunfo que supuso vencer sobre el terreno al .244 Remington. La cuestión parte de lo que se pretendía hacer de ellos. Mientras Remington se vuelca en su faceta Varmint, Winchester –yendo un poco mas allá– gira para hacerlo más cazador de mayor, siendo, al final, ése el acierto. Para concretar lo ocurrido, tenemos que pararnos en el twist o paso de estrías. Se trata, simplemente, de la distancia medida –sobre el eje longitudinal del cañón– necesaria para que una raya o estría dé una vuelta completa, expresándose en pulgadas. De esta distancia depende la estabilización de los proyectiles, variando en función del peso que queramos que vuele bien. No es un tema menor, no; de no utilizar el paso correcto los cañones no son capaces de darnos la precisión adecuada, abriéndose los grupos e, incluso, llegando a tener comportamientos erráticos. Remington elige 1/12” con la idea de hacer volar puntas con pesos comprendidos entre los 75 y 90 grains, resultando que no son capaces de estabilizar correctamente las de 100 y 105. Winchester, en cambio, acierta de lleno, montando tubos con paso de 1/10”, perfectos para que estas puntas más pesadas se estabilicen correctamente. A poco que conozca al .243 Winchester su uso se vincula a la caza mayor, estando claro que, en general, las puntas más ligeras son las que menos trascendencia tienen. Trasladando, implicó que el cazador viese en él un perfecto aliado para la caza de especies ligeras e incluso medias, abandonando, o al menos quedando en segundo plano, su faceta alimañera. De todas formas, aunque la menor propensión a desviarse por vientos cruzados le dé cierta ventaja sobre los .22 de fuego central, competir con un .223 Remington, un .22-250 Remington o un .220 Swift no es sencillo. Analizados, la velocidad y tensión que desarrollan pueden medirse de tú a tú; pero, en cambio, la suavidad y, sobre todo, lo justo del tamaño de las puntas para las piezas catalogadas como Varmint, inclina la balanza a favor de ellos. Fíjese como los desarrollos que van calando miran precisamente hacia el lado contrario, disminuyendo el diámetro del proyectil… 204 Ruger o la gama de los .17”. Bueno, pongámosle final a la batalla que aún hay heridos. Unos años después, en 1963, Remington lanza de nuevo a su cartucho, nomenclado esta vez como 6 mm Remington, ofreciéndolo ahora con un paso de 1/9”. Ya era tarde, a pesar de ser ligeramente más potente que el .243 Winchester, la equivocación había pasado factura, convirtiéndolo para siempre en el gran derrotado.

Los pesos que monta el .243 Winchester van desde los 55 de algunas puntas Varmint hasta los 105 grains de puntas de caza y tiro. Las velocidades fluctúan, con estas dos cargas extremas, entre algo más de los 1.200 m/s de las ligeras y los 900 m/s de las pesadas. Está claro, viendo las cifras, que eligiendo correctamente tendremos una magnífica trayectoria, perfecta para disparos largos de rececho con una ventaja añadida, el poco retroceso.

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La muestra de cargas probadas da una imagen de la popularidad y difusión de este cartucho.

Es este uno de los puntos claves en la difusión de este cartucho. Unido al poco estampido, este suave comportamiento en el tiro, propicia que el cazador se sienta muy a gusto con él, concentrándose en una puntería fina que suplirá en muchas ocasiones las carencias propias de ambos. De todas formas, asumamos que es un cartucho válido para rececho de especies ligeras y crítico para el de las pesadas, añadiendo, además, que en batidas y monterías no es lo adecuado. Seguro que usted está pensando que tal vez me equivoque en esta aseveración, más si lo ha visto actuar. Claro que mata, no va a matar casi… lo que ocurre es que mi obligación es poner ladrillos sobre cimientos estables, nunca en el aire.

Definir como un cartucho apropiado para monterías y batidas al .243 Winchester es una equivocación absoluta. Pensar que, porque muchas veces sea capaz de matar, en este tipo de cacerías, podemos estar perfectamente armados con uno de ellos, es caer de lleno en el error. Su campo de aplicación lógico y adecuado, donde garantiza un comportamiento homogéneo y eficaz, es en recechos sobre animales ligeros, de ahí en adelante, los pasos pequeños. Éste que le habla, sabe usted bien que se pasa la vida probando cartuchos pequeños sobre piezas grandes, llevándolo muchas veces al extremo en un intento por poner límites concretos. Sé, por supuesto, que con un .243 Winchester se mata toda nuestra fauna cinegética perfectamente y, con un poco de suerte, sin complicaciones. Puedo ir más allá: con un .243 Winchester posiblemente matemos toda la fauna mundial… Pero, eso seguro que usted ya lo imaginaba, ¿verdad?

Volvamos, entonces, a la Piel de Toro y a nuestras cacerías. He visto utilizar bastantes .243 Winchester en batidas y monterías, alguno de ellos con tremendo acierto. La temporada pasada cazábamos los del Piqueru en Roazo al jabalí. En mis manos un Sako Finnlight en .300 Winchester Magnum al que había alimentado con Orix de 165 grains. Oscurecía echando les Collaes de la Felguerina. Puesto en un pequeño saliente, dominaba sólo dos collados de campera haciendo de divisoria entre montes distintos. Avisan que acaban de desencamar. A mi izquierda tengo a un compañero que porta un Blaser R-93 Profesional en .243 Winchester. Es muy buen cazador, ha matado muchísimo cochinos con él. Dispara. Nos avisa por la emisora que cree haberle dado, pero no sabe si ha caído. Yo, sigo pendiente de mi puesto. No veo mucho, apenas cuarenta metros de cada collado. De pronto, lo veo subir, me cumple muy cerca, no le doy opción. Surgen, entonces, las dudas y por más que lo miramos sólo encontramos mi tiro en medio de la paleta. Los presentes, los que han visto el lance, dudan de que el primero lo tocase. Al disparo, pegó una pequeña carrera y paró a orientarse. Luego, subió sin hacer ni un extraño más de 200 metros, muy pendientes, hasta cumplir en mi postura. Así todo, sé que es posible, y espero al desuello. Un proyectil de 6 mm, a no ser que tenga cortapelo, y éste no era el caso, no deja ni gota de sangre, hace una entrada como un alfiler, cerrándose con la piel y la grasa, haciendo muy difícil encontrarla. Pues sí, tenía el disparo del «dos cuarenta y tres». Le había entrado por el jamón izquierdo y lo tenía alojado por la parte derecha detrás de las costillas. La distancia de tiro rondaría los 150 metros, la carga utilizada Norma Nosler Ballistic Tip de 90 grains, el jabalí era un macho de unos 90 kilos.

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El disparo fue sencillo. Bien apoyado tirarle a un rebeco a poco más de 50 metros es más propio de una bala del 12/70 que del «dos cuarenta y tres». La salida de la KS, como pueden ver, por el hombro, no es de grandes dimensiones. Es significativo que, a pesar de la distancia tan corta, un proyectil a priori tan blando, consiguiese salir sin problemas.

El ejemplo que acabo de narrarle describe claramente porque no es óptimo este cartucho para este tamaño de piezas y modalidades. Un monte cerrado y un disparo rápido que no permiten exactitud de colocación, una pieza muy grande que necesita de un canal balístico largo en determinada posición y tenemos el coctel servido. Podemos mitigarlo algo usando puntas más pesadas, envueltas más duras, dobles núcleos, soldados o monometálicos, pero tarde o temprano no seremos capaces de apuntar con precisión y la pieza se irá.

Con cartuchos mayores también se va la caza, pero la cavidad creada es suficientemente grande como para permitir un error de puntería acorde con la modalidad, no es lo mismo tirar en rececho que en montería. Si lo utiliza tome conciencia: el día que más lo necesite, ante la pieza de su vida, estará vendido, no es capaz de garantizar.

¿Qué carga y para qué?

Con el .243 Winchester tenemos una amplísima oferta de munición, prácticamente todas las cartucheras lo montan. Para corzo podemos elegir los proyectiles de 75 grains en adelante. Serán muy expansivos y volarán muy bien. Cuídese mucho de no pecar de valiente, no caiga en la tentación de utilizar pesos inferiores, puntas Varmint, la expansión que producen es tan explosiva que fácilmente pulverice la bala nada más tocar la piel, haciendo solo una herida superficial. Un buen ejemplo de estas puntas de 75 grains válidas para el corzo son las Norma V-Max, punta de polímero y cola de bote, y la Geco Express de 76, también de plástico, pero con base plana.

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La vaina del .308 Winchester ha dado desarrollos de un nivel balístico muy alto.

Para rebeco puede utilizar este mismo peso. Yo las he utilizado y matan de maravilla, pero es preferible subir hasta un mínimo de 85 grains pensando en la menor deriva por viento cruzado, tan habitual en cazaderos de montaña y doloroso en tiros lejanos. Puntas como las Ballistic Tip de 90 grains son una opción excelente.

De rebeco para arriba, para no equivocarnos, lo mejor es irnos a puntas de 95 grains en adelante. Puntas semiblindadas como las RWS KS de 96 grains, RWS T-Mantel de 100, Norma Soft Point, Winchester Power Point 100 grains, Geco Soft Point de 105 grains, serán una buena opción de caza mayor para este cartucho, con un rendimiento aceptable siempre. Si queremos tirar las piezas más pesadas o utilizarlo en batidas y monterías sabiendo a lo que se arriesga, decántese por pesos cercanos a estos 100 grains. Le servirán las semiblindadas anteriores, pero tendrá algo más de profundidad usando puntas soldadas. Ejemplo de ello son la Norma Orix, las huecas-soldadas como Winchester Power Max o las Brenneke TOG (con cortapelo) o, finalmente, las soldadas con doble núcleo como las Blaser CDP.

 

Tirando con el .243 Winchester

Pruebo esta vez tres rifles y doce cargas distintas. Marchar al campo de tiro con semejantes equipos es un placer. Sobre Blaser R8 Profesional Succes Stutzen, un visor Zeiss HT 3-12×56. Sobre Heym SR-21 Stutzen, visor Swarovski Z5 3.5-18×44. Finalmente, sobre Bergara BA13, visor Vortex Viper 6.5-20×50. Banco con torretas y diana a 100 metros. El retroceso es mínimo y la precisión muy alta. El disparador directo del Blaser y el pelo del Heym son fantásticos. El del BA13 cumple a la altura, no sintiendo en ningún momento que estoy ante un rifle mucho más económico que los otros dos; las pruebas están ahí. Finalmente, mido la Norma Orix de 100 grains en el Blaser, Brenneke Tog de 96 en el Heym y RWS T-Mantel en el Bergara. Hago sólo un grupo con cada uno de ellos resultando que los dos Stutzen, en el tercer disparo, saltan algo más de un centímetro hacia arriba. Hace bastante calor y posiblemente ése sea el motivo. Días atrás había regulado ambos rifles y con tiempo más frío no había ocurrido nada destacable. Dejo enfriar un buen rato y hago un nuevo disparo con ambos, pegándose al primer grupo. El Bergara, en cambio, no necesita de un cuarto disparo, cerrando directamente en 1,8 cm. Blaser finalmente queda en 1,5 cm y Heym en 1,4 cm.

Aprovecho una escapada a los corzos a León para probar el Heym a 200 y 300 metros. Visor a 18 aumentos, buen apoyo tumbado en la mochila y dos disparos. Ambos entran ligeramente a la derecha, posiblemente ayudados por el viento cruzado. A 200 metros hace cero en altura. A 300 metros cae unos 24 cm, dejando claro que éste es un cartucho que se comporta muy bien con cañones cortos, no olvidemos que este Stutzen sólo tiene 51 cm.

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Todas las cargas evaluadas. De izquierda a derecha: Geco Express 96 grains, Norma V-Max 95 grains, Sologne GPA Subsonica de 65 grains, Norma Nosler Ballistic Tip 90 grains, RWS KS 96 grains, Brenneke Tog 96 grains, Winchester Power Max 100 grains, Blaser CDP 100 grains, Norma Orix 100 grains, Winchester Power Point 100 grains, RWS T-Mantel 100 grains, Norma Soft Point 100 grains y Geco Semiblindada 105 grains.

 

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Algunos rivales del .243 Winchester, de izquierda a derecha: .22-250 Remington, 6 mm Norma BR, 6mm XC, .243 Winchester, .243 WSSM, 6×62 Freres, .240 Weatherby Magnum, 6.5×57, .270 Winchester y 7 mm-08 Remington.

Cazando

Cazar rebecos en Caso es un privilegio para el amante de la montaña. Esta vez nos acompaña, además, su guarda mayor, Carlos Granda, quien guía la cacería ayudándome a conseguir una pieza que se amoldase al permiso, es decir, un animal de los denominados «otras cacerías». Llegamos al puerto de Tarna al amanecer, comenzando a ver rebecos muy pronto, entre ellos una hembra con dos crías, nada habitual en esta especie. Colgado al hombro el Professional Succes Stutzen, alimentado con RWS KS de 96 grains. Pronto vemos un grupo de machos entre los que se encuentra un ejemplar que reúne las características buscadas. Es joven, pero a pesar de tener bastante grosor, es muy junto, con muy poca separación. Realizamos entonces una entrada sencilla hasta dar vista a las peñas donde vuelcan. La caza es la caza, y esta vez, tenemos la suerte de nuestro lado. Se nos levanta a poco más de 50 metros. Ligeramente sesgado, busco su hombro contrario y se rompe el cristal. Las KS hacen su trabajo a la perfección, con salida clara. Una vez más el doscientos cuarenta y tres ha demostrado que, para montaña, es una excelente opción.

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Los tres equipos momentos antes de iniciar la prueba en cancha.

Conclusión

Hablar del .243 Winchester es hacerlo de uno de los gigantes de la cartuchería mundial, demostrando sus virtudes a base de permitirnos mejorar fácilmente nuestro rendimiento. Déjese llevar por esta dama sólo donde pise tierra firme. Tenga cuidado, que no le engatuse, aspira a ser más de lo que puede. Utilice su sentido común, no pierda la cabeza, póngale freno, o tarde o temprano, le engañará.

 

Por Miguel Coya.

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