Cuesta creer que la ética en la caza pueda llegar, digamos de forma palpable, a las marcas que producen todo ese mundo que equipa al cazador. Poner por delante de los números esa clase de consideraciones que dignifican la caza, puede suponer, por otro lado, una buena pérdida de potencial económico,
renunciando a una cuota de mercado potencialmente enorme, que seguro será aprovechada por otras marcas. Recuerdo como hace unos meses, visitando Swarovski en el Tirol, pregunté, precisamente, por este tema. Rechinaba un poco que una firma con la proyección interna-cional y de una calidad tan contrastada, no se hubiese metido de lleno en el mundo del equipamiento militar. La respuesta fue precisa: Swarovski no fabrica visores cuyo fin sea utilizarse sobre personas. Le mentiría si le dijese que no me sorprendió la razón, aunque le aseguro que fue, fundamentalmente, una sorpresa agradable por lo cercano a mi personal sentimiento vital en estos temas. En muchas ocasiones he tenido que explicar que no me gustan los fusiles de asalto o las armas cortas sencillamente por una razón: ‘me queman en las manos’, exactamente por el mismo motivo que Swarovski no desarrolla complementos militares. Dicho todo esto, que de algún modo viene a acotar el posible rango de uso del nuevo producto, está claro que la tendencia actual en caza mayor recoge un fuerte interés por el tiro a larga distancia, una práctica que para dominar requiere amplios conocimientos balísticos complementados con rifles y ópticas muy específicas. Seguro que alguno de ustedes tendrán en mente ya a los más potentes de los Z5 y Z6 como una posible coartada para rebatir la necesidad de la creación del nuevo producto. Es cierto que dentro de estas series existen modelos que pueden servirnos, por potencia, para tirar muy lejos; pero, de algún modo, su nivel de corrección no es del todo perfecto para las prácticas que se tratan de cubrir ahora. Las disciplinas de tiro a larga distancia o la caza cuando pretendemos llegar fuera de los límites habituales, requieren que el soporte óptico admita un nivel de corrección muy alto, de tal modo que podamos compensar tanto en altura como en deriva con unos márgenes mucho mayores de lo que nos permite un visor convencional. Tanto el rango de trabajo de las torretas como las propias retículas deben ser específicas si queremos poder sacar un rendimiento sobresaliente. Tal vez recuerde la ocasión en la que me embarque en la caza al kilómetro. Utilicé entonces un Swarovski Z6 de 5-30×50 sobre un Ultramark .30-378 Weatherby Magnum. El insuficiente rango de compensación de las torretas fue suplido en aquella ocasión con el uso de una retícula TDS que sirvió para hacer correctamente su trabajo. De todas formas, está claro que un sistema tan elaborado como el nuevo X5 me habría facilitado mucho todo el proceso, desde los cálculos y la puesta, hasta el lance, pues aún siendo la óptica y potencia del Z6 absolutamente sorprendentes, las carencias en modalidades tan extremas pasan factura.
Conocedores de ello, y dispuestos a dar el paso, entra en escena el proyecto X5, ya convertido en toda una realidad. Esta nueva serie desarrollada en el horizonte del tiro crítico, entra con fuerza, pero, digamos también, con cierto cuidado, conscientes de la dificultad de ofrecer visores que aporten no sólo lo existente, sino incluso que vengan a mejorarlo. Por ello, ahora mismo estamos ante un proyecto vivo que posiblemente se vaya complementando y modificando, muy al estilo Swarovski, que no deja de sorprender por esa continua mejora de sus productos, en muchas ocasiones con detalles tan pequeños que sólo demuestran el compromiso de la marca con sus usuarios.
Con ello trato de decirles que, con seguridad, a los actuales modelos vendrán a acompañarlos variantes creadas en función de las necesidades, incluso con personalizaciones, alguna ofrecida ya. De todas maneras, no puede pasarse por alto el hecho de que en esta ocasión el visor es sólo una parte del equipo que la marca nos ofrece para estas disciplinas. Junto a él, los nuevos prismáticos EL Range y el telescopio terrestre STR 80 complementan el equipamiento óptico necesario para enfrentarnos al tiro extremo, un ‘todo’ óptico desarrollado para ofrecer al tirador un soporte sólido en sus próximos retos con la gran distancia.
La prueba, esta vez, sólo pudo ser en cancha y a cincuenta metros, algo incompleto para un amante del tiro al horizonte como yo. Quedo emplazado desde este instante, me comprometo con usted, y haremos algo crítico, algo a la altura de los nuevos X5 de Swarovski. CyS