Armas y munición

Batidas cochineras en Chequia, testando las TipStrike y EcoStrike de Norma

La región central de República Checa, rodeada de montañas y frondosas manchas de vegetación, entre los que destaca el famoso bosque de Bohemia, fue el lugar elegido por el fabricante de munición Norma para desarrollar sus últimas y exigentes pruebas con la saga de puntas Strike, y a las que tuve la fortuna de asistir.

En dirección al sur, aproximadamente a 150 kilómetros de distancia de la capital, se abre una zona de mucho encanto, por donde las carreteras discurren entre lagos, embalses y canales, adentrándose en bosques de abetos, hayas, arces y abedules, salpicados por extensos y ondulados prados y tierras de labranza, tan grandes y antiguos que ocupan una tercera parte del territorio y están bajo la protección de la Unesco. Ambos biotipos forman el lugar perfecto para la proliferación de animales silvestres, encontrando cobijo y comida abundante, y en donde el jabalí destaca por encima de todos.
Un grupo de doce cazadores especializados en armas y municiones, procedentes de diferentes países como Alemania, Suecia, Italia, Estados Unidos, etc., formamos filas para testar durante tres días las nuevas puntas TipStrike y EcoStrike de Norma.
Durante más de 115 años Norma ha gozado de la confianza de cazadores y tiradores deportivos por todo el mundo, respondiendo con éxito a las demandas de un mercado exigente y en continua evolución. Por ello, no dudaron en fabricar una punta propia y todoterreno, con parámetros balísticos sorprendentes y de las más altas prestaciones.
Dos son las nuevas líneas de munición pertenecientes a la familia Strike que incrementan el amplio portfolio de la marca sueca. La TipStrike está cargada con un proyectil de punta de polímero y la EcoStrike es una munición de las denominadas lead-free, o libres de plomo, ambas de elaboración 100% Norma.
TipStrike es un proyectil de punta de polímero diseñado para obtener un alto poder de parada gracias a su importante penetración y retención de peso que se combina con una excelente expansión. Una munición que ha desembarcado de lleno en monterías y batidas dadas sus excelentes cualidades. Pero no sólo quedan aquí sus bondades. Dado el elevado coeficiente balístico y estabilidad, se convierte en una punta ideal para recechos, incluso de alta montaña.
Las pruebas realizadas en el campo de tiro, tanto en dianas fijas como blanco móviles, dejaron constancia de la suavidad del cartucho y de su excelente agrupación en los distintos calibres probados, desde el .308 Winchester al 9,3×62.
La suerte estaba echada. Estas fueron las posturas que me tocaron para el primero de los tres días de batidas en las que participaría en República Checa. Unos ganchos cortos, con solamente dos líneas de posturas cerrando la mancha y en la que jabalíes, zorros y hembras de ciervo y muflón serían las piezas a abatir.
Como es costumbre en Centroeuropa, la jornada empezada al toque del halali, la tradicional tromba que anuncia de forma festiva y bucólica el inminente comienzo de la cacería.
Tras el halali llegan las presentaciones formales de todos los participantes. El capitán de montería va citando uno a uno los nombres de cazadores y batidores, quienes, de forma solemne y en total silencio, escuchan las indicaciones a seguir en las distintas batidas del día. Pocos perros, y de rastro, conforman las fuerzas rehaleras para mover la caza.
Puestos cortos, con poca visibilidad y en medio de densas arboledas fueron los más comunes. A pesar de no tener monte bajo, el ramaje seco y la cantidad de líneas asimétricas de coníferas dificultaban jugar bien el lance cinegético.
A pesar de inaugurar las batidas con una postura cuyo número para muchos es sinónimo de mala suerte, la providencia hizo que hasta mí llegara una cochina de respetable tamaño, y que fue abatida de un certero encontronazo con la EcoStrike de 150 grains del legendario .30-06 Springfield que escogí para este primer día.
¡No sin mi Blaser! Son muchos años lo que llevo monteando con esta reconocida marca. Su rapidez, precisión y fiabilidad son incomparables, y especialmente necesarias para monterías y batidas. Como lente llevé un Zeiss V8 de 1,8-14×50, con el fin de defender bien aquellos puestos a campo abierto, de los que también puede disfrutar.
La solemnidad y respeto por las piezas abatidas se ponía de manifiesto al finalizar cada jornada. Un bonito tableau rodeado de ramas de roble y abeto, escoltado por unas apetecibles hogueras, convertían el plantel de caza en un bucólico cuadro de época.
Los afortunados monteros recibían, uno a uno, la felicitación y el respeto del capitán de montería y batidores. Costumbres y tradiciones llenas de admiración que ponen en valor el sentimiento que los pueblos centroeuropeos conservan sobre la acción venatoria. Algo que, quizás, nosotros hemos perdido y debiéramos recuperar.
Poco a poco los días iban pasando y los resultados cosechados en los distintos lances fueron más que satisfactorios. Las TipStrike y EcoStrike cumplían a la perfección su cometido.
Un rendimiento notable incluso en grandes animales, como este buen macareno, de casi 150 kilos, que logró parar a toda carrera el colega sueco Jens Ulrik con una TipStrike de 170 grains, y que previamente dejó tres perros rajados.
Los canales balísticos de la Norma TipStrike presentan unas cavidades de expansión muy amplias, pero ya dentro del animal, evitando así la sobreexpansión. Además, el empuje de penetración es muy alto, consiguiendo alcanzar las zonas más vitales de la pieza a pesar de efectuar un disparo sucio.
Los tres fundamentos básicos del poder letal de esta munición se centran en su meticulosa construcción:
• Punta de plástico sin cámara de aire que actúa como espoleta para retardar la expansión hasta que llegue al interior de la pieza.
• Anillo mecanizado al final del proyectil para retener la expansión, pero con una camisa fina en la punta y más gruesa en el centro del cuerpo para que su deformación sea controlada.
• Perfil aguzado para conseguir un alto coeficiente balístico generando trayectorias muy tensas.
Con el bosque bohemio en pleno esplendor otoñal, en donde los intensos colores ocres, rojizos y dorados de los árboles de hoja caduca se mezclaban con los penetrantes verdes de las diferentes especies de coníferas, fui disfrutando una a una de las tres o cuatro batidas que celebrábamos en cada jornada diaria.
Las tertulias cinegéticas, al final de cada batida, comentando los sucesivos lances, dejaron impagables y buenos momentos de compañerismo, aprendizaje y emoción por un lance bien jugado. Esta instantánea recoge el momento en el que Thierry Daguenet, vicepresident sales de la casa RUAG; Carin Höglund, directora de marketing de Norma, la conocida cazadora checa Maria Jurova y un servidor, comentábamos en el campo el fascinante lance jugado sobre una cochina que me entró por la espalda de mi postura y me consiguió sacar tres tiros hasta que me pude hacer con ella a toda carrera.
Para finalizar la estancia entre los bellos bosques checos, puede despedirme con un bonito doblete de jabalíes. Otra vez la TipStrike de 170 grains del .30-06 cumplió sobradamente su cometido y poco tuve que pistear. ¡Cayeron redondos!

Por Antonio Adán Plaza

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