Internacional

La caza, un gran impulso para la economía de Estados Unidos

La caza sigue siendo un gran impulso para la debilitada economía estadounidense de acuerdo con la «gestión responsable» que, regularmente, examina temas de caza y actividades al aire libre en los Estados Unidos. En un informe exclusivo para el CIC, el director ejecutivo del informe, Mark Duda, describe cómo la caza continúa teniendo un impacto sustancial y es parte de una «economía verde», que es pasada por alto por muchos.

 

Al mismo tiempo, los gastos de caza pagan el mantenimiento de las tierras salvajes, la vida silvestre, la biodiversidad y la conservación de las especies cinegéticas y no cinegéticas por igual. Lo mismo que ocurre en otros países, los cazadores son los principales contribuyentes a los esfuerzos de conservación de la vida silvestre en EEUU.
 
La reciente publicación de los resultados preliminares de la Encuesta Nacional 2011 de Pesca, Caza y Vida Silvestre publicado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos confirma que la participación en la caza en este país va en aumento. Los informes previos sugieren que 13,7 millones de personas salieron a cazar en el 2011, un incremento del 9% respecto a 2006. En el mismo período también se produjo un aumento del 30% en el consumo relacionado con la caza, con gastos que supusieron un total de casi 34.000 millones de dólares americanos, excluyendo el impacto económico sobre los ingresos tributarios del estado, las economías locales, sueldos y salarios (es decir, el efecto multiplicador total).
 
Una mirada más detallada a las partidas de los cazadores de forma individual ilustra el amplio impacto económico de la caza y el efecto a largo plazo del gasto en esta actividad. Las consecuencias se extienden más allá de minoristas, fabricantes y proveedores, pues también ayuda a las empresas a comprar materiales o pagar a sus empleados, por ejemplo. Junto a esto, no hay que olvidar el dinero que supone realizar un viaje para cazar y el combustible consumido a tal fin. Cuando se multiplica por 13,7 millones de cazadores que hay en los EEUU, está claro que la caza tiene un impacto sustancial en el desarrollo económico de la comunidad.

La industria de la caza, en alza
Las ventas en la industria de la caza parecen estar yendo mejor que muchos otros deportes y actividades al aire libre, a pesar de la desaceleración de la economía del país. En los EEUU, mientras que el equipo de caza y el arrendamiento de tierras constituyen las mayores partes de los gastos, el dinero invertido en equipos especiales, transporte, comida y alojamiento también es responsable de una parte sustancial del total de gastos, así como los certificados, abates y permisos de caza.

En 2006, los cazadores estadounidenses gastaron 24.000 millones de dólares en ventas al por menor, generando 9.200 millones en ingresos fiscales, 20.900 millones en sueldos, salarios e ingresos de los empresarios y cerca de 600.000 puestos de trabajo en todo el país. En el mismo año, los cazadores estadounidenses tuvieron un impacto total de 66.000 millones en el global económico del país, incluyendo el efecto multiplicador total.
 
La evidencia sugiere que la caza es una actividad que algunos han adoptado, precisamente, por el reciente debilitamiento económico de EEUU. El aumento del coste del combustible está impulsando a muchos a quedarse cerca de casa y, esto es lo importante, cerca de la naturaleza. Los altos precios de los alimentos también favorece el pragmatismo, pues la carne de caza aporta proteínas relativamente baratas y fácilmente disponibles.

 

Reducción de conflictos agroforestales
La caza es también importante para la reducción de las pérdidas económicas asociadas a los conflictos con la fauna silvestre, el ganado, los daños agrícolas y las enfermedades de los animales. El modelo norteamericano de Conservación de Vida Silvestre utiliza la caza para regular y estabilizar las poblaciones de vida silvestre. A pesar de algunos daños causados por la fauna se atribuyen a especies que no se consideran cinegéticas, la caza puede utilizarse con eficacia para el control de ciertas especies con sobrepoblación.

La caza sigue siendo uno de los más rentables métodos para controlar las poblaciones de vida silvestre y, por lo tanto, ayuda a mantener poblaciones saludables de fauna silvestre y reduce los costos asociados a daños de la fauna y las pérdidas agrícolas.

 

Conservación de la vida silvestre

Los cazadores siguen siendo los principales contribuyentes a los esfuerzos de conservación de la vida silvestre. A través de una combinación de impuestos especiales aplicados a la caza, venta de licencias y donaciones privadas, los cazadores invierten más de 1.300 millones de dólares en la conservación de la vida silvestre cada año. Además, el Duck Stamp federal ha generado más de 750.000 millones desde su puesta en marcha en 1934.

Todo este dinero apoya la gestión estatal y nacional, la vida silvestre, la conservación del hábitat y los programas de educación para la conservación.
 
En los EEUU la caza sigue siendo un actor económico relevante, con aportes cada vez más importantes para las economías locales, estatales y nacionales. La caza ayuda a redistribuir el dinero a las zonas rurales y proporciona una rentabilización de las tierras que fueron dejadas en su estado natural.

Cuando se gestiona como un recurso de ocio, la caza puede llevar a un aumento de los ingresos estatales y nacionales, dando trabajo a millones de personas, y contribuyendo a la conservación y preservación de los recursos naturales y de los hábitats.

Informe completo «La importancia de la caza para la economía de los Estados Unidos»: en  https://www.cic-wildlife.org/fileadmin/Commissions_WG/Sustainable_use/Importance_of_Hunting_US_Economy.pdf

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