Internacional

El ejército sudafricano se implica para poner fin al furtivismo de rinocerontes

El pasado martes, el Gobierno sudafricano anunció que ha enviado al Ejército a las zonas fronterizas con Mozambique y Swazilandia para detener el furtivismo de rinocerontes que se mueve entre esos países y Sudáfrica.

 

El fin de semana anterior, ocho rinocerontes más fueron abatidos por furtivos en una reserva de la provincia del Noroeste, siendo detenidos el martes tres hombres, entre ellos un guarda, en el municipio de Lethabo, por estos hechos.

Hasta el momento, 570 rinocerontes han sido abatidos furtivamente en Sudáfrica este año y, de ellos, 58 lo fueron en la provincia de KwaZulu-Natal.

Este último ataque ha hecho que se solicite al presidente de la provincia del Noroeste, Thandi Modise, que el ejército intervenga, ya que los organismos de conservación no tienen recursos ni la capacidad para detener la masacre contra los rinocerontes que últimamente se viene realizando.

Bandile Mkhize, dirigente de Ezemvelo KZN Wildlife (organización encargada de la conservación de la biodiversidad en Sudáfrica) afirmó que su organización ha participado en diversas reuniones con el ejército para enfocar el lado tecnológico de la «guerra del rinoceronte», tras sospechar que la muerte de estos últimos ocho rinocerontes en la provincia del Noroeste pueda «animar» a los furtivos a ser más «atrevidos» con estas prácticas en la vecina KwaZulu-Natal.

Sudáfrica está viendo un cambio en la estrategia contra el furtivismo del rinoceronte, enfrentándose a furtivos «dispuestos a matar y morir por estos cuernos», por lo quiere movilizar todos los recursos a su alcance para acabar con esta lacra.

El plan presentado implica la formación de un equipo de trabajo altamente especializado contra la caza furtiva, volver a utilizar helicópteros para la vigilancia, renovar la flota de todoterrenos, centrándose en la evaluación de riesgos y amenazas en trece reservas de rinoceronte y cinco áreas de expansión del rinoceronte negro en la provincia, destinándose un total de 28 millones de rands para la campaña contra los furtivos. También quieren implicar a otros países, como China, donde el mercado de la medicina tradicional impulsa esta práctica, a que se involucre en detener esta demanda.

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