Desde hace ocho años los jabalíes han estado siendo abatidos para proteger las
granjas y zonas agrícolas cercanas al Parque Provincial Moose Mountain, en el
sureste de la provincia canadiense de Saskatchewan, donde se introdujeron a
finales de los años setenta como una manera de diversificar la economía agrícola en
la provincia.
En 2006, había 81 granjas de jabalíes operando allí y, aunque los números se han
reducido en los últimos años, los jabalíes salvajes no disminuyen. Dale Harvey,
director ejecutivo de la Asociación de Municipios Rurales Saskatchewan, ha
afirmado que los técnicos han estimado que en la zona la tasa de jabalíes que se
escapan es de un 3% anual y, una vez libres, se adaptan perfectamente al hábitat
circundante, pues, a pesar del duro invierno en Saskatchewan, como muchos de los
ejemplares procedían de Siberia, no notan diferencias significativas.
La forma en que el jabalí está siendo controlado por el momento es mediante su
caza, pero no es tan fácil como puede parecer, ya que parte del problema es
seguir los movimientos de los jabalíes y esto es lo que la Universidad de
Saskatchewan está tratando de hacer, investigando sus rutas gracias al uso de cámaras de
presencia.
Los jabalíes en esta zona, demás de ser una amenaza para la agricultura, lo son también para el ecosistema
local, por ejemplo, desplazando a otras especies como las aves que anidan en el suelo, y también
suponen una amenaza para la salud pública, pues pueden transmitir enfermedades
tanto a los humanos como al ganado, como la tuberculosis bovina, la pseudo-rabia
y la brucelosis (una enfermedad que se transmite a los seres humanos y ya se
relaciona con la caza y el manejo de jabalí).