Internacional

Los hoteleros declaran a los furtivos como el enemigo público número uno de África

Los asistentes al Foro de Inversión Hotelera en África coincidieron en que el furtivismo es hoy la mayor amenaza para el turismo en sus países y declararon a quienes lo practican como el enemigo público número uno del continente negro.

 

Según el diario digital caribbeannewsdigital, la vida salvaje es una de las principales razones por la que los turistas viajan a África. «Cada vez que una manada es diezmada, se afecta el turismo y el empleo potencial de miles de personas, principalmente de bajos ingresos –señalaron los asistentes–. El furtivismo no sólo mata animales, sino que también destruye los medios de sustento de la población autóctona”, dijo un delegado.

Lazaro Nyalandu, ministro adjunto para Recursos Naturales y Turismo en Tanzania, afirmó que el furtivismo «es un problema global que necesita una respuesta global». Se estima que en Tanzania hay cien mil elefantes, pero cada día muere una treintena a manos de furtivos. Si sus actividades no son detenidas, estaremos sin elefantes en diez o quince años”.

Tanzania, considerada uno de los mayores refugios de la especie en el mundo, un estudio realizado por el Instituto de Investigación de la Vida Salvaje, como parte de un plan oficial para conservar la vida salvaje, reveló que entre 2006 y 2009 el número de elefantes cayó de 74.900 a unos 43.500 en dos importantes santuarios: la Reserva Selous Game y el Parque Nacional Mikumi.

Al respecto, el funcionario tanzano afirmó en la cumbre del sector hotelero africano que “queremos ver a nuestros países vecinos tomando una posición junto a nosotros, haciendo presión sobre los países donde viven los clientes de los furtivos para terminar con este negocio bárbaro”.

Según estadísticas oficiales, el valor del marfil y del cuerno de rinoceronte continúa creciendo rápidamente, y de esa forma crece la demanda por los llamados productos “de vida salvaje”.

De acuerdo con los mismos informes, cada quince minutos los furtivos matan a un elefante en África para enriquecerse con sus colmillos. De seguir el actual ritmo, la especie estaría en serio peligro de extinción hacia 2025.

Algunos expertos defienden el uso de drones y Estados Unidos ofreció a Tanzania y a otros países africanos estos equipos para el control de áreas que son demasiado extensas y cuentan con personal insuficiente. Kenia ha puesto en práctica el empleo de drones de una compañía privada para patrullar una reserva de rinocerontes blancos.

Las preocupaciones del sector hotelero africano en este tema no se han quedado solamente en inquietud. El 5% de los ingresos de los miembros del Foro están siendo donados a David Sheldrick Wildlife Trust (DSWT), una organización que cuida de crías huérfanas de elefante y rinoceronte –principalmente tras ser cazados sus padres– y desarrolla varias iniciativas contra el furtivismo.

Nick van Marken, de Deloitte Travel, Hospitality & Leisure, denunció que el furtivismo en África «ocurre hoy a una escala industrial». Los furtivos usan armas automáticas para exterminar a manadas completas para conseguir colmillos y cuernos. La vida salvaje es parte de la ´infraestructura natural´ de África: si se elimina, desaparecerá una de las razones primarias por las que llegan los viajeros a ese continente”.

Analistas consideran que gran parte del cuerno de rinoceronte abandona África, molido, en valijas diplomáticas.

Actualmente, la DSWT opera con ocho unidades totalmente equipadas para enfrentar a furtivos y desarticular trampas, que trabajan en conjunto con el servicio de vida salvaje de Kenia (Kenya Wildlife Service, KWS) para proteger el área de conservación de Tsavo.

Esos equipos, acompañados por rangers armados del KWS, cuentan con vehículos, equipo de camping, radios, GPS y cámaras, y patrullan diariamente la zona para enfrentar a furtivos y neutralizar la amenaza de las trampas entre los arbustos, de las cuales ha eliminado más de 125.000 desde el inicio del patrullaje en Tsavo.

Andrew McLachlan, vicepresidente de Carlson Rezidor para África y las islas del Índico, afirmó que “África es tan grande y las fronteras son tan largas que es increíblemente difícil la vigilancia. La respuesta tiene que basarse en acciones en los puntos de demanda y en educar a los consumidores de marfil y cuerno de rinoceronte sobre el daño que causan sus caprichos”.

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