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Caza y deporte: preparación física del cazador

rececho alpes

Una de las razones que puede atribuirse a la mala reputación que tiene la caza, consiste en la falta de reconocimiento de esta práctica físico-deportiva como tal. Tanto el aficionado a los deportes como el crítico tienden a menospreciar a los cazadores, considerándolos como cualquier cosa menos deportistas.

Foto 20 copiaOpinan que no hay movimiento ni trasfondo físico-deportivo de éstos al permanecer una serie de horas quietos en un puesto o caminar lentamente, ‘por el campo’ en busca de ‘algo que matar’.

Sin embargo, la caza en España constituye una afición, un pasatiempo, una opción turística y cinegética, una forma recreativa de emplear el tiempo libre o una opción laboral (Gamonales y León, 2014a) y, según el Boletín Oficial del Estado, 14 de junio de 2013, núm. 142, pp. 45127-45128, con el respaldo oficial de ser reconocida como modalidad deportiva por la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes.

Como consecuencia de las diferentes inquietudes existentes relacionadas con la caza como práctica físico-deportiva y las Ciencias del Deporte, el Grupo de Optimización del Entrenamiento y el Rendimiento Deportivo (GOERD) de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Extremadura está llevando a cabo una serie de investigaciones relacionadas con la caza físico-deportiva, en la que destaca la consideración de los cazadores como «deportistas», algo casi anecdótico en el mundo de la investigación relacionada con la actividad cinegética y la propia actividad física.espera en puesto cerrado

En estos estudios se persigue el análisis y la observación de la condición física y los estilos de vida de los cazadores. Elegidos por muestreo aleatorio, se abordó una primera medición en la cual, presentaron «niveles de condición física bajos en la mayoría de pruebas seleccionadas y empleadas para valorar dicha condición física», (Gamonales, 2012; Gamonales, León, Muñoz, Hernández y Vizuete, 2012; Gamonales, León, Muñoz y Jorquera, 2013; Gamonales y León, 2014a).

Por lo tanto, la caza existente en España, como actividad motriz que es, en mayor o menor medida, va a demandar unos requerimientos físicos concretos, al margen de otros requisitos de tipo social y psicológico propios de cada modalidad. (Gamonales y León, 2014a, 2014b; Gamonales, 2015 y Gamonales y León, 2015a y 2015b). Se percibe que es necesario un umbral de partida de adaptación física-deportiva para que una persona disfrute de una actividad física, requiriendo un nivel mínimo de condición física y de habilidad para poder realizarla y obtener éxito (Sánchez, 1996).

Teniéndose en cuenta los resultados de las distintas investigaciones y afirmaciones, se recomienda a los cazadores realizar una preparación física para cada modalidad de caza supervisada y controlada por los profesionales de la Actividad Física y el Deporte.

Entrenamiento necesario

La preparación física del cazador requiere que sea antes, durante y después de la temporada de caza. Al igual que en cualquier otra modalidad deportiva, la preparación física del cazador vendrá determinada por una serie de variables que condicionarán su entrenamiento:

cazadoresNecesidades de los cazadores: objetivos y aspiraciones como cazador; si compite o no, a qué nivel (regional, autonómico, nacional, internacional) o, simplemente, práctica su modalidad por afición, pasatiempo, opción turística y cinegética, forma recreativa de emplear el tiempo libre u opción laboral,…

Características antropométricas del cazador (talla, peso, composición, etc.).

Período del año: antes (período preparatorio o precaza), durante (período de caza) o final de la temporada (período sin caza).

Modalidad físico-deportiva que se practique (caza mayor o caza menor), así como tipos de esfuerzos que demanda cada disciplina. 

Control y valoración del entrenamiento. Análisis del control de entrenamiento y su comparación con el diagnóstico inicial para conocer el grado de evolución de las variables evaluadas.

Por lo tanto, la preparación física del cazador será el conjunto organizado y jerarquizado de los procedimientos de entrenamientos, cuyo objetivo será desarrollar y contribuir a los beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales del cazador, independientemente si el cazador compite o no en los distintos campeonatos existentes.

Los programas de entrenamientos que deberán llevar a cabo cada cazador, independientemente de su modalidad (caza mayor o caza menor), se llevarán a cabo en períodos distintos. Estos entrenamientos «requerirán de la aplicación de los principios físico-deportivos, principales y reglas, las cuales determinan la especificidad de los objetivos, por edades y etapas del desarrollo deportivo», (Alfonzo, 2008).

Para ello es determinante la selección y uso efectivo de los medios, métodos y procedimientos de entrenamientos que garantizan la obtención de la forma física.

Fases de la preparación física© A. covarsí copia

Para llevar a cabo el entrenamiento con efectividad es preciso hacerlo a través de una planificación adecuada. La preparación física del cazador a largo plazo comprenderá varias fases:

Fase preparatorio o pre-caza (antes del comienzo de la temporada de caza). El cazador durante este período, de forma general, realizará una amplia variedad de actividades físico-deportivas: marcha, carrera, ejercicios localizados, musculación, senderismo, mountain bike, canicross, bikejoring, caniswim, etc. (Gamonales y León, 2014b). La intensidad y duración de los ejercicios irán en incremento progresivo en función de los condicionantes del entrenamiento y siempre bajo la supervisión y control de un profesional. Se pretende crear y desarrollar una base de condición física, puesto que se pretende que los cazadores aguanten las largas jornadas de caza. Además, se realizarán de forma específica ejercicios relacionados con la técnica de disparo para aquellos cazadores que utilicen algún dispositivo para cazar (escopeta, rifle o arco). Para ello, se recomienda realizar tiro al plato, recorrido de caza, foso olímpico (trap), skeet, doble trap, foso universal, minifoso, etc. De esta manera, el entrenamiento adquirirá un carácter especial, y servirá para ligar armónicamente la parte general con la específica.

Fase de caza (temporada cinegética). Lamentable y habitualmente son muchos los cazadores que no practican ningún tipo de actividad física salvo la propia práctica cinegética que se lleva a cabo durante el fin de semana. Por lo tanto, durante este período, el cazador deberá  realizar algún tipo de actividad física adicional (AFAd). Entendiéndose la AFAd como «aquella práctica físico-deportiva que se lleva a cabo de forma paralela y complementaría a la práctica de la caza», (Gamonales y León, 2014b). Realizar AFAd de forma moderada y controlada por profesionales de la Actividad Física y el Deporte al menos durante 30 minutos al día. En cuanto, a las cargas especificas, se utilizarán las propias que demanden y requieran cada modalidad de caza durante su práctica.

Fase transitoria o sin caza (Final de la temporada de caza). Habitualmente, una vez finalizada la temporada de caza, los cazadores no realizan ningún tipo de actividad. No se trata de realizar un descanso pasivo, sino realizar actividades de tipo general y alternativo para mantener los niveles de condición física adquiridos durante la temporada.

Ventajas de la preparación física

Por lo tanto, se puede decir que una correcta preparación física del cazador contribuirá a desarrollar los niveles de condición física (fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad) a través de la práctica de una actividad física-deportiva moderada; la cual no implicará directamente una mejora en el rendimiento, considerando éste como el número total de piezas capturadas, pero sí permitirá mejorar la satisfacción obtenida tras la jornada de caza; y, además, contribuirá a la prolongación y mejora de la calidad de vida de los cazadores, a través de beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales (Gamonales y León, 2014b).

Beneficios fisiológicos: eliminar grasa y prevenir la obesidad, aumentar la resistencia ante el agotamiento, prevenir enfermedades cardiovasculares, mejorar el desarrollo muscular, combatir la osteoporosis, aumentar la capacidad vital, etcétera.

Beneficios psicológicos: mejorar la atención y concentración, mejorar la sensación de bienestar, eliminar el estrés, prevenir el insomnio, etcétera.

Beneficios socioafectivos: favorecer el autocontrol, mejorar la autoestima e imagen corporal, canalizar la agresividad, etcétera. CyS

Por José Martín Gamonales Puerto y Kiko León Guzmán

Referencias bibliográficas

Alfonzo, Y. (2008). Descripción básica de un proceso de planificación deportiva. Revista Digital. 13 (122).

Gamonales, J. (2012). Valoración de la condición física y estilos de vida relacionado con el consumo de tabaco y alcohol de los cazadores extremeños. Máster Universitario en Investigación. Universidad de Extremadura. Facultad de Ciencias del Deporte. Cáceres. 10 de Febrero de 2012.

Gamonales, J. (2015).Valoración de la flexibilidad en cazadores españoles. XI Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la Educación Física. Seminario Internacional de Nutrición, Medicina y Rendimiento Deportivo. Pontevedra. 7, 8 y 9 de Mayo de 2015.

Gamonales, J. y León, K. (2014a). La caza en España. Las capacidades físicas del cazador. Universidad de Extremadura. Cáceres.

Gamonales, J. y León, K. (2014b). Actividad Física Adicional (AFAd) para los cazadores. Revista Digital CazaFederada. 34

Gamonales, J. y León, K. (2015a). Aspectos psicológicos que influyen en la caza como práctica físico-deportiva: atención y concentración. Revista Digital CazaFederada. 35:18

Gamonales, J. y León, K. (2015b). La ansiedad en la práctica físico-deportiva de la caza. Revista Digital CazaFederada. 36:18

Gamonales, J., León, K., Muñoz, J. Hernández, M. y Vizuete, M. (2012). La práctica físico-deportiva de la caza en Extremadura: condición física y estilos de vida. I Congreso Internacional de Actividad Física en el Medio Natural. Nuevos Retos para las Empresas de Turismo Activo. Sevilla. 23 y 24 de Marzo de 2012.

Gamonales, J., León, K., Muñoz, J. y Jorquera, J. (2013). La caza como práctica físico-deportiva en España. Condición física y estilos de vida. I Congreso Internacional de Actividad Física y Deporte. Madrid. 23 y 24 de Mayo de 2013.

Sánchez, F. (1996). La actividad física orientada hacia la salud. Madrid. Biblioteca Nueva.

Resolución de 29 de mayo de 2013, de la Presidencia del Consejo Superior de Deportes, por la que se publica la modificación de los Estatutos de la Real Federación Española de Caza. Boletín Oficial del Estado, 14 de junio de 2013, núm. 142, pp. 45127-45128.

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