Caza Menor

La preparación física del cazador: ejercicios para trabajar en casa

La actividad física regular y moderada es una de las principales estrategias no farmacológicas para envejecer de forma más saludable y con mejor calidad de vida (García-Molina, Carbonell-Baeza y Delgado-Fernández, 2010).

Sin embargo, el ejercicio físico es a día de hoy el principal protector de enfermedades asociadas con la edad, y una de las poblaciones que presenta riesgo debido a niveles de condición física “bajos” son los cazadores. La mitad de los cazadores no realizan ningún tipo de actividad física adicional antes, durante y al finalizar la temporada de caza (Gamonales, León y Muñoz, 2016). Una correcta preparación física del cazador contribuirá al desarrollo del nivel óptimo requerido para la práctica deportiva de las capacidades físicas básicas (fuerza, velocidad, resistencia y flexibilidad) a través de la práctica de una actividad física-deportiva moderada fuera de la propia práctica deportiva de la caza (Gamonales y León 2014), con el objetivo de evitar lesiones y alargar la edad de retirada en este deporte lo que conlleva que el número de jornadas de caza sea mayor (Gamonales, Gómez-Carmona y Mancha, 2017).

La preparación física del cazador requiere que sea antes, durante y después de la temporada de caza (Gamonales y León, 2015). Al igual que en cualquier otra modalidad deportiva, la preparación física del cazador vendrá determinada por una serie de variables que condicionarán su entrenamiento: requerimientos de los cazadores, características antropométricas del cazador (talla, peso o composición corporal), periodo del año, modalidad de caza que se practique y estado físico actual del cazador a través de una valoración (Gamonales, León y Muñoz, 2016). Una correcta preparación física permitirá al cazador recuperar mejor y más rápido de la jornada, esto conlleva de manera implícita que el cazador pueda encadenar mayor número de jornadas seguidas con menor fatiga (Aguilar, Calahorro y Moral, 2015).

Los programas de entrenamientos que deberán llevar a cabo cada cazador, independientemente de su modalidad de caza, deben de ser individualizados (Granell y Cervera, 2006). Estos entrenamientos requerirán de la aplicación de los principios físico-deportivos principales y reglas, las cuales determinan la especificidad de los objetivos, por edades y etapas del desarrollo deportivo (Alfonzo, 2008). Para ello, es fundamental determinar, seleccionar y usar los medios, métodos y procedimientos de entrenamientos óptimos que garanticen la obtención de la forma física (Gamonales y León, 2015) así como la salud principalmente de los cazadores.

Los principales beneficios que la actividad física-deportiva tiene para la salud son: i) activa el organismo, ii) mejora la autoestima y iii) mantiene una condición física óptima para el desarrollo de la vida diaria (García-Molina, Carbonell-Baeza y Delgado-Fernández, 2010). Sin embargo, no siempre se encuentra el momento adecuado para practicar cualquier tipo de actividad física. Por tanto, el objetivo de este artículo es desarrollar una rutina de ejercicios para realizar un entrenamiento individualizado en casa para mejorar y/o mantener la forma física óptima antes, durante y después de la temporada cinegética.

EJERCICIO FÍSICO EN CASA

La realización de ejercicio físico en casa requiere una planificación previa en las que se destacan cinco aspectos: i) espacio, ii) lugar, iii) material, iv) tiempo, v) compañía. En cuanto al espacio, se necesita que éste sea lo suficientemente amplio para que el entrenado pueda estar completamente tumbado, pudiendo estirar brazos y piernas por completo. Para el lugar de realización, debe buscarse espacios grandes como el propio hogar (hall, habitación o terraza) así como, las instalaciones deportivas de la propia comunidad de vecinos (pista de pádel, piscina, etc.).

En cuanto al material es opcional, debido a que se pueden realizar gran cantidad de ejercicios con nuestro propio peso corporal. Aun así, su uso puede hacer las sesiones mucho más dinámicas y permitir una progresión o regresión en las propias actividades diseñadas previamente sin material. El material más común utilizado para este entrenamiento serían pelotas de diferentes tamaños, gomas elásticas, material para entrenamiento en suspensión y mancuernas, entre otros. Finalmente, y lo más importante, es la realización de los ejercicios sólo o en compañía, siendo recomendable la realización con más deportistas debido a una mayor adherencia en la práctica, pues además este se hace mucho más ameno y divertido.

La práctica de actividad física en casa sólo requiere de voluntad y disponibilidad de tiempo. La realización de sesiones de 30 minutos diarias es suficiente para mejorar y mantener la condición física (Hasson et al., 2017). Estos ejercicios no solo tienen la finalidad de iniciar a la práctica físico-deportiva o recuperación tras una lesión, sino que en función de la intensidad y el volumen de trabajo puede ayudar a mejorar nuestro nivel. Entre las ventajas y desventajas más comunes encontradas en los deportistas para el entrenamiento en casa se pueden citar:

Ventajas de entrenar en casa:

  • Económicas.
  • Entorno seguro y cómodo.
  • Material y equipamiento deportivo básico, fácil manejo y asequible (bicicleta estática, máquina elíptica, step, cinta elástica, mancuernas, comba, kettlebell, bosu, foam roller, etc.)
  • Disponibilidad de tiempo.

Inconvenientes de entrenar en casa:

  • Falta de compromiso, la no obligación de ir a un sitio para realizar actividad físico-deportiva, puede provocar una falta de responsabilidad.
  • El gimnasio o parque es un excelente lugar social donde conocer a gente.
  • Técnico de apoyo y asesoramiento para diseñar y controlar los ejercicios así como recomendar cuáles son los más idóneos según las características del usuario.
  • El material y equipamiento deportivo del gimnasio permite realizar mayor variedad de actividades.

EJEMPLOS DE EJERCICIOS A REALIZAR EN CASA

Para empezar a realizar actividad física en casa, el primer paso a tener en cuenta sería el planteamiento de objetivos. Estas metas deben seguir los principios SMART: i) específicos, ii) medibles, iii) alcanzables, iv) realistas, v) programados en el tiempo. Para la realización del entrenamiento en casa, la ayuda de un entrenador personal cualificado puede ayudar a marcar los objetivos, así como asesorar y planificar el entrenamiento vía online o en modalidad presencial. Actualmente, la contratación de estos profesionales es asequible a nivel económico y es la herramienta perfecta para el control de las actividades. Además, para complementar la planificación física, es necesario la realización de un entrenamiento psicológico del cazador específico en función de la modalidad de caza que va a realizar. Esta preparación será clave para evitar posibles patologías y accidentes que puedan suceder durante las jornadas cinegéticas (Gamonales, Gómez-Carmona y Mancha, 2017).

Por tanto, como en cualquier campo, no todos los profesionales son adecuados y válidos. Este profesional debe ser un Graduado/Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFyD, antiguo INEF), y debe cumplir una serie de premisas que ayuden a mejorar el rendimiento físico de aquellos cazadores que contraten sus servicios. Entre las premisas más destacables se encuentran:

  • Estudiar y valorar la condición física del cazador.
  • Conocer las diferentes demandas fisiológicas, psicosociales, así como técnicas de cada una de las modalidades de caza.
  • Diseñar y fijar los objetivos a desarrollar siguiendo los principios SMART.
  • Planificar los ejercicios y rutinas a medida de los usuarios.
  • Indicar en todo momento la correcta técnica en la realización de los ejercicios, así como la intensidad y el volumen adecuados a cada individuo, de manera que no se provoquen lesiones o patologías.
  • Ayudar psicológicamente a los deportistas en la consecución de los objetivos.
  • Evaluar continuamente el proceso de entrenamiento.

Para finalizar, a modo de ejemplo, se ha diseñado una pequeña propuesta de una rutina de ejercicios (ver tabla 1) para la mejora de la condición física de los cazadores. En ella, se dividen los ejercicios en tres zonas: i) tren superior, ii) tren inferior, iii) CORE (zona abdominal y lumbar). La cantidad de series y repeticiones son orientativos. Como se ha remarcado anteriormente, cada individuo es único y por tanto las demandas y los resultados a alcanzar son diferentes. Por este motivo, la contratación de un entrenador personal experto en caza es recomendable, pues conoce las exigencias físicas y psicológicas específicas del deporte para la mejora del rendimiento y la calidad de vida.

CONCLUSIONES

El ejercicio físico en casa, así como el realizado en el gimnasio u otras instalaciones contribuye a mejorar la salud y bienestar de los cazadores. El tener un estado óptimo de condición física permitirá al cazador aguantar mejor sus jornadas de caza de forma más satisfactoria, eficaz y saludable, pudiendo encadenar mayor número de jornadas de manera consecutiva.

Se recomienda contar siempre con la supervisión de un profesional cualificado en actividad física y deporte así como experto en la práctica de la caza, que regularmente evalué la condición física y la salud para adaptar el entrenamiento a sus necesidades específicas, pues sólo ellos son los únicos cualificados para tal fin.

 

Por José Martín Gamonales Puerto, David Mancha Triguero y Carlos David Gómez Carmona. Grupo de Optimización del Entrenamiento y Rendimiento Deportivo (GOERD). Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura, Cáceres.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Aguilar, J., Calahorro, F., y Moral, J. (2009). La condición física y el entrenamiento: objetivos y principios. TRANCES Revista de Transmisión del Conocimiento Educativo y de la Salud.(España)1(5), 222-233.
Alfonzo, Y. (2008). Descripción básica de un proceso de planificación deportiva. Revista Digital EFDeportes, 13(122), 1-1.
Gamonales, J. M., y León, K. (2014). La caza en España. Las capacidades físicas del cazador. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Extremadura. Cáceres.
Gamonales, J. M., y León, K. (2015). La preparación física del cazador. Revista Caza y Safaris, 367, 40-44.
Gamonales, J. M., Gómez-Carmona, C. D., y Mancha, D. (2017). Canicross y bikejoring: modalidades deportivas para la preparación física de los rehaleros. Revista Caza y Safaris, 395, 52-54.
Gamonales, J. M., León, L., y Muñoz, J. (2016). Condición física y hábitos de práctica físico-deportiva de los cazadores extremeños. E-Balonmano, Revista de Ciencias del Deporte, 12(3), 207-222.
García-Molina, V. A., Carbonell-Baeza, A., y Delgado-Fernández, M. (2010). Beneficios de la actividad física en personas mayores. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte10(40), 556-576.
Granell, J. C., y Cervera, V. R. (2006). Teoría y planificación del entrenamiento deportivo (Vol. 24). Barcelona: Editorial Paidotribo.
Hasson, R. E., Brown, D. R., Dorn, J., Barkley, L., Torgan, C., Whitt-Glover, M., y Keith, N. (2017). Achieving equity in physical activity participation: ACSM experience and next steps. Medicine y Science in Sports y Exercise49(4), 848-858.

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