Caza Mayor

La gestión cinegética, una apuesta técnica

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En menos de una década, el boc balear ha pasado de ser un animal escaso y desconocido a convertirse en un trofeo reconocido por las entidades homologadoras, muy valorado por el cazador de montaña y codiciado por el cazador internacional, como se deduce de la visita a Mallorca de numerosos personajes del ámbito venatorio.

La escasez de precintos conlleva un estricto control por parte de la Administración, la cual, sin embargo, los gestiona con y para los cotos, por medio de un modelo de certificación de calidad de caza mayor, lo que no deja de ser un referente en nuestro país.

Origen biogeográfico 

Compartido con otros caprinos y ovinos insulares mediterráneos, objeto de conservación, el registro fósil prehumano de las Islas Baleares constata que el único mamífero presente era el extinto Myotragus balearicus, un bóvido altamente especializado y carente de depredadores naturales. La llegada del primer caprino a Mallorca se documenta entre el 2300 y 2050 cal BC (o AEC, antes de la Era Común) por introducción antrópica, al igual que el resto de representantes de los géneros Capra y Ovis de las islas del Mediterráneo.

La cabra salvaje mallorquina o boc balear pertenece al grupo de cabras insulares mediterráneas ferales derivadas del bezoar continental, dentro del fenotipo reconocido como dorcas (cf. Capra dorcas, Reichenow, 1888).

357 - Boc balear (1)El tratamiento taxonómico de esta población (así como formas relacionadas de otras islas) dentro de Capra aegagrus o de C. hircus es un tema de debate interesante, pero, sin embargo, no es determinante en cuanto al fondo del asunto (se trata de taxones conespecíficos), que no es otro que conocer, gestionar y conservar debidamente en términos de la biodiversidad que conllevan estas poblaciones arcaicas, catalogadas por la Unión Europea (UE) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) por su valor como fósiles vivientes.

Por eso el cazador debe ser consciente del valor patrimonial que tienen estos ejemplares, así como de la suerte que es poderlos gestionar y, al fin y al cabo aprovechar, en calidad de recurso cinegético. Estos aspectos han sido percibidos por notables cazadores que han cazado ejemplares finos y suponen un aliciente adicional a los propios del trofeo y su caza.

Ejemplares híbridos, fraude y confusión social

357 - Boc balear (4)La mayor parte de la población caprina de la isla (entre 12.000 y 15.000 ejemplares) corresponden a individuos de razas domésticas modernas y a mestizos entre ellas y con la cabra salvaje mallorquina. La hibridación es la principal amenaza de conservación. Por desgracia, las autorizaciones de descaste son a veces usadas para encubrir la caza de ejemplares finos, o para comercializar ejemplares híbridos vendiéndolos como finos, en detrimento de la experiencia cinegética de cazadores que, o bien desconocen las diferencias y valores entre ambos tipos de cabra, o se arriesgan en destinos ilegales buscando un bajo coste. La mitología que se ha generado en España a partir de los relatos de cazadores despechados, frustrados, o directamente estafados, obliga a plantearse seriamente el uso ético de los permisos de descaste, la elección de los outfitters e intermediarios de caza bajo criterios de legalidad y formalidad y, sobre todo, el canto de sirena que suponen las ‘oportunidades’ fuera de los parámetros y escenarios convencionales y regulados, que se reducen única y exclusivamente a cotos con Certificado de Calidad de Caza Mayor. Todos aquellos interesados pueden consultar la normativa y hasta el más mínimo detalle sobre la caza y gestión del boc balear en el Servicio de Caza del Consell de Mallorca ([email protected]).

Distribución de la población fina

Las poblaciones de cabras salvaje mallorquina se encuentran fragmentadas y con un grado de viabilidad variable, exclusivamente en la Sierra de Tramuntana y Serres de Llevant, de la isla de Mallorca. Su caza sólo está permitida en cotos con Certificado de Calidad de Caza Mayor.

Las estimas poblacionales realizadas indican para el 2014 unos 1.030 individuos en poblaciones controladas (en rojo en mapa pág. 40). Se calcula que otro número similar de individuos atribuibles fenotípicamente se hallan en el marco de poblaciones dispersas junto con poblaciones mestizadas en grado variable.

Ecología y parámetros demográficos

357 - Boc balear (2)La cabra salvaje mallorquina tiene un morfología muy bien definida (ver Decreto 91/2006, de regulación de poblaciones caprinas, o la web del Servei de Caça del Cosell de Mallorca).

Presenta una estructura social matriarcal, con una hembra adulta y una o dos de sus hijas y sus respectivos cabritos ocupando un territorio delimitado, de unas 10 ha. Los machos jóvenes permanecen hasta los dos años (edad en la que se denominan segalls) en el grupo familiar, y posteriormente se segregan y reagrupan con machos adultos.

Pueden formarse grandes toradas de machos subadultos y adultos, de hasta 40 individuos, especialmente en la época anterior al celo. No se forman, sin embargo, rebaños grandes de ambos sexos. Las hembras de cabra salvaje mallorquina dan a luz un solo cabrito al año, siendo muy raros los partos dobles. La edad del primer parto puede variar entre hembras y puede ser tardía.

Caza mayor y gestión cinegética. Partiendo de una situación límite

Durante los últimos 50 años se ha producido una desestructuración de los aprovechamientos caprinos históricos que se basaban en la caza y manejo de las poblaciones con cans i llaç (perros y lazo), por parte de la figura mixta cazador-payés.

357 - Boc balear (8)Esto se ha substituido por un nuevo contexto caracterizado por la proliferación de ganado doméstico de razas productivas que se han asilvestrado por abandono y mestizado con las cabras salvajes mallorquinas hasta hacer desaparecer las características morfológicas y genéticas propias de éstas. Este proceso se ha producido paralelamente a una dramática crisis de las actividades agrícolas y ganaderas de las fincas rurales, en general, y en especial de las de montaña.

Recientemente se ha consolidado una importante cultura de caza mayor y de tiro con arma rayada entorno tanto al cabrito como al descaste deportivo, siendo las autorizaciones de descaste por daños que expide la Administración las que amparan legalmente la mayor parte de esta actividad, no siempre orientada al fin que motivó su expedición.

Las poblaciones caprinas que sustentan este tipo de aprovechamiento se caracterizan por una gran densidad y por una elevada productividad, con muchas más hembras que machos. El valor cinegético, en sentido estricto, es nulo al tratarse de animales mestizados o de descendencia claramente domésticos.

En este contexto, la coexistencia de poblaciones de cabra salvaje mallorquina es inviable debido a la introgresión genética. En torno al año 2000, se evaluó la viabilidad de los últimos núcleos en libertad de cabras supuestamente salvajes mallorquinas en menos de diez años.

La caza mayor como estrategia de conservación y sostenibilidad

Como alternativa al modelo de sobredensidad y baja calidad cinegética y ambiental, se han propuesto aprovechamientos como trofeo de la cabra salvaje mallorquina (boc balear), ligados a su recuperación y estabilización demográfica, con densidades mucho más bajas (hasta 0,12 ind/ha), sex ratio equilibrado (1:1) y, como consecuencia, poblaciones mucho menos impactantes para la vegetación.

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El presidente del SCI Balearean Chapter, Miguel Estade, con un magnífico ejemplar de boc.

Estos nuevos aprovechamientos recuperan aspectos históricos, como trabajar con una población con identidad propia y socialmente reconocida y apreciada. Más allá del rifle, la caza tradicional con cans i llaç ha sido y es fundamental para la captura en vivo de los ejemplares que deben ser estudiados, testados genéticamente y translocados. A su vez se suman planteamientos actuales de la caza mayor que progresivamente han sido adoptados por los cazadores, gestores y propietarios mallorquines, como son los elementos de calidad deportiva, pureza y calidad de trofeo, desarrollo técnico, regulación normativa y turismo cinegético.

Los detalles técnicos que definen el modelo, que podemos llamar de calidad, en oposición al de cantidad, se regulan normativamente en el Decreto 91/2006, de 27 de octubre, de regulación de poblaciones caprinas, de ordenación del aprovechamiento cinegético de la cabra salvaje mallorquina y de modificación de los planes técnicos.

Ante todo, un modelo de planificación ejemplar y de calidad

El objetivo final por parte de las fincas es aprovechar racionalmente la cabra salvaje mallorquina (tanto trofeo como cabritos, mediante las modalidades de rifle, arco y perros y lazo). Pero, para poder cazar la cabra salvaje mallorquina antes debe obtenerse el Certificado de Calidad de Caza Mayor.

Para la obtención del mismo, el Servei de Caça del Consell de Mallorca, en colaboración con la propiedad de la finca, elabora un estudio detallado de la población de cabras, con el siguiente contenido:

•Censos poblacionales, por sexo y edad, y porcentaje de individuos puros, evaluados fenotípicamente (semestral, de oficio por la administración cinegética).
•Riesgo de entrada de individuos impuros y medidas para su control.
•Estado sanitario de la población.
•Calidad de trofeos existentes y de los obtenidos en años anteriores.
•Justificación o acreditación del origen controlado de los individuos que se pretendan repoblar o reintroducir, si se requiere.
•Cartilla ganadera de la finca, en caso de que exista ganado en la misma, para evaluar la incidencia y la capacidad de carga global.
•Debe elaborarse un anexo de caza mayor del plan técnico de caza adecuado para el objetivo de calidad y sostenibilidad tanto ambiental como cinegética que establece el Certificado.

Los cotos que acrediten una gestión completa de la población de cabra salvaje mallorquina, con un porcentaje de individuos puros, reconocidos fenotípicamente, mayor del 90%, y densidad y estructura poblacional correctas, obtienen el Certificado de Calidad de Caza Mayor de Primera Categoría. Los cotos que se encuentren en proceso de mejora y que acrediten un porcentaje de individuos puros, evaluado fenotípicamente, entre el 70% y el 90% o que acrediten una gestión completa superando el 70%, pero no alcanzando el 90%, obtienen el Certificado de Calidad de Caza Mayor de Segunda Categoría.

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Hay que hacer constar que un individuo caprino es fino o híbrido sin otra alternativa posible, en virtud de un test de asignación genética basado en marcadores moleculares. Los porcentajes de pureza que se manejan, a veces se refieren a la composición de una población por finos e híbridos, nunca a un supuesto grado de pureza de un individuo.

El reconocimiento fenotipito de los ejemplares es efectivo sólo en un 70% de casos, por lo cual la caza de descaste por sí sola no es suficiente para la recuperación y estabilización de poblaciones finas contrastadas. Una vez se cumplen los requisitos técnicos de pureza y densidad fijados por el Decreto 91/2006, se confecciona un Anexo de Caza Mayor al Plan Técnico de Caza y se otorga el Certificado de Calidad de Caza Mayor a la finca.

El Anexo de Caza Mayor al Plan Técnico de Caza planifica una gestión y aprovechamiento para el coto en consonancia con los objetivos del Certificado de Calidad. Los abates autorizados y preceptivos, por clases de sexo y edad, para cada año, se relacionan en una autorización aneja a la que se adjuntan los precintos correspondientes con individualización de cada animal. Únicamente en este momento es posible la caza legal de ejemplares de cabra salvaje mallorquina.

Aplicación práctica del plan y caza de trofeo 

Toda jornada de caza mayor se notifica al Servicio de Caza del Departament de Medi Ambient del Consell de Mallorca ([email protected]) con 24 horas de antelación.

La antelación debe ser mucho mayor en caso de caza de ejemplares representativos o medallables, correspondientes a precintos de machos de clases de edad III, IV, V o VI, porque debe tramitarse para el cazador su licencia de caza de tipo A o B (arma de fuego o sin arma de fuego, respectivamente), con recargo de caza mayor (R), y licencia C5 para la caza de trofeos. Dichas licencias no se expiden sino se presenta una invitación de un coto legal para la caza de cabra salvaje mallorquina, comunicándose, a su vez, las fechas de caza.

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El día de la cacería, el cazador debe ir acompañado de un guía de caza mayor debidamente acreditado y de alta en el registro correspondiente, que actúa en representación del coto, dirigiendo la cacería. Cuando se produzca el abate, el guía lo notifica telefónicamente al Servicio de Caza, personándose un agente de Medio Ambiente de Caza u otro personal competente para certificar el abate, efectuar la biometría ‘en verde’ del trofeo y expedir los documentos de origen legal. El precinto, que debe ser el que corresponda al animal abatido según su clase de edad, debe marcarse con cortes de cuchillo indicando la fecha de uso, y la solapa o resguardo recortable debe quedar en poder del agente. El precinto se coloca entorno al cuerno del boc aprovechando una muesca en la cual quede apretado no pudiendo salir. En el caso de ejemplares cazados para carne, como los cabritos, el precinto se cierra entorno al garró (tendón de Aquiles) de una de las patas posteriores. Teniendo en cuenta que una cacería puede durar varios días, el despliegue humano que requiere es notable.

Conclusión

La caza regulada de la cabra salvaje mallorquina ha supuesto la recuperación de una valiosa especie severamente amenazada por cuestiones genéticas. Asimismo, supone la aparición de las Islas Baleares en el mapa de caza mayor nacional e internacional mediante un trofeo único en el mundo reconocido por el SCI y el CIC. A nivel local, la caza mayor supone una palanca de desarrollo para la siempre complicada economía de las fincas de montaña mediante el fomento del turismo cinegético. No cabe olvidar tampoco el alto valor patrimonial y etnológico de la caza con cans i llaç, ancestral y particular modalidad tradicional y exclusiva de Mallorca.

Con estos antecedentes, el Departament de Medi Ambient del Consell de Mallorca fomenta un modelo de planificación y gestión orientado a la calidad cinegética del recurso que supone la caza mayor. La colaboración de propietarios y asociaciones relacionadas ha sido un elemento de apoyo básico para el éxito de todo este proyecto, que se halla plenamente consolidado.

 

Estos contenidos serán desarollados en un volumen sobre los 10 años de caza del boc, que publicará el Consell de Mallorca en octubre, en una edición limitada castellano-inglés. Existe una lista de pedidos para los interesados.

 

Por Redacción de Caza y Safaris.

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