Montería

Monterión en La Solana

 

Vaya mesecito llevan Felipe y Marco. Después del éxito cosechado, y tan comentado, tan solo una semana antes en la Ribera Alta llegaba la montería de La Solana, en las cercanías de Abenojar, provincia de Ciudad Real.

La cita, a las nueve de una lluviosa y fría mañana. Desayuno montero, sorteo de puestos, aclaraciones sobre la mancha a cazar, y al monte.

Organizados por la guardería de la finca, José Luis al mando, las posturas estaban completamente colocadas sobre las once de la mañana, pero incluso antes de la suelta se pudieron escuchar ya varios tiros, constatándose más de medio centenar de tiros. Era el preludio de la fiesta montera que se iba a prorrogar durante las cuatro horas que duró el monteo a las 1.000has. que se cazaban.

Cuando los camiones de los perreros, entre los que destacamos las rehalas de los Hermanos Galán y las de Rafa, iniciaban su entrada en la finca, con la algarabía provocada por los ladridos que preludian la caza, el movimiento de las reses fue continuo, de principio a fin, lo que hizo las delicias de los monteros.

Una vez cazando las rehalas, y los cazadores, el tempo de la montería fue soberbio, en gran parte por el buen trabajo de los perros, pudiéndose disfrutar de un sinfín de lances chorreados, continuos. La tensión en las posturas era constante, pues además de los 3 venados de cupo, que los había, y muy buenos, el caño era libre en cuanto respecta a los muflones. Y además, había cochinos, aunque no cumplieron tanto como las reses, en parte porque la intermitente lluvia mermó un poco las oportunidades con éstos. No obstante Fernando se llevaba para casa un cochino con una boca que daba miedo.

Eusebio Núñez defendió su postura con gran suerte y efectividad, pues aparte de cobrar 3 excelentes venados, cada uno con metal superior, logró abatir siete muflones de buena calidad.

Joaquín Leal también estuvo fino, y en su cara se le notaba en la comida posterior. Nada menos que 6 venados logró dar caza, entre ellos 2 platas y 1 bronce. Y respetando como el que más las leyes monteras, pues nos consta que renegó sin dudar a algún lance de gran trofeo por dudar de la seguridad en el disparo. Como debe ser.

El plantel final mostró 46 venados (entre los que hay 2 oros, 4 platas y 15 bronces), 41 muflones (2 bronces), y 3 buenos guarros (1 plata y 1 bronce)

Luis de la Torriente, Caza y Safaris

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